La Jueza Ruth Bader Ginsburg «dedicó su vida a proteger los derechos, las libertades y la salud de las mujeres, los hombres y las personas en todo el país. Fue una verdadera pionera que inspiró a millones de niñas y mujeres a luchar contra el sexismo y la discriminación para hacer de Estados Unidos un lugar mejor para trabajar, vivir y amar», reiteró Alexis McGill Johnson, presidenta del Fondo de Acción de Planned Parenthood.
Miami, 20 sep (EFE).- Organizaciones estadounidenses que defienden los derechos reproductivos de la mujer se mostraron este sábado temerosas de un retroceso en su misión luego de la muerte de la Jueza Ruth Bader Ginsburg si el Presidente Donald Trump y los republicanos nominan y aprueban a su reemplazo en el Tribunal Supremo de EU.
«El destino de nuestros derechos, nuestras libertades, nuestra atención médica, nuestros cuerpos, nuestras vidas y nuestro país depende de lo que suceda en los próximos meses», subrayó Alexis McGill Johnson, presidenta del Fondo de Acción de Planned Parenthood.
Agregó que sería una «bofetada» para los millones de estadounidenses que honran el legado de Ginsburg si el Presidente Trump y el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, la reemplazaran «con alguien que desharía el trabajo de su vida y les quitaría los derechos y libertades por las que luchó tan duro».
La activista de Planned Parenthood consideró que los derechos de millones de personas estarían «en peligro si el Presidente Trump pudiera confirmar a otro nominado al tribunal más alto del país».
Fátima Goss Graves, presidenta y directora ejecutiva del Centro Nacional de Derecho de la Mujer, se expresó en el mismo sentido al señalar que sería «indignante» que a sólo 45 días para las elecciones presidenciales se considerara ocupar su puesto.
Manifestó que la Juez progresista, que murió este viernes a los 87 años debido a complicaciones por un cáncer de páncreas, fue «una visionaria que revolucionó el movimiento de igualdad de género, y el derecho, mucho antes de convertirse en Jueza de la Corte Suprema».
En ese sentido dijo que fue una de las fundadoras del Proyecto de Derechos de la Mujer de la ACLU, llevó el primer caso derogando una ley que discriminaba a las mujeres y construyó el caso que definió «el estándar para los casos de discriminación sexual».
Para Nancy Northup, presidenta y directora ejecutiva del Centro para los Derechos Reproductivos, la Jueza Ginsburg entendió que el acceso a la atención del aborto implicaba ‘la autonomía de la mujer para determinar el curso de su vida'».
Subrayó que Ginsburg dejó ese sentimiento muy claro en su audiencia de nominación en 1993 en contraste con los actuales candidatos judiciales que «evaden preguntas sobre si están de acuerdo con la celebración de Roe v. Wade», caso que legalizó en 1973 el aborto en el país mediante un fallo del Tribunal Supremo.
La Jueza Ginsburg «entendió que las mujeres necesitan control sobre su fertilidad y un trato justo durante el embarazo si queremos lograr la igualdad de género», enfatizó la presidenta del Centro para los Derechos Reproductivos.
«Fue inequívoca. Declaró abiertamente que la Constitución protege el ‘derecho de la mujer a decidir si tiene o no un hijo», lo que, explicó, es «fundamental para la vida de la mujer y su dignidad», recordó Northup.
Lamentó que la muerte de la Juez Ginsburg crea una vacante en la Corte Suprema «en un momento ya tenso para millones de personas, que cuentan con tener una Corte justa e independiente».
Ginsburg «dedicó su vida a proteger los derechos, las libertades y la salud de las mujeres, los hombres y las personas en todo el país. Fue una verdadera pionera que inspiró a millones de niñas y mujeres a luchar contra el sexismo y la discriminación para hacer de Estados Unidos un lugar mejor para trabajar, vivir y amar», reiteró por su parte McGill Johnson.