Contra la corriente del Pacto por México y de su propio partido –el PAN–, Ernesto Ruffo Appel, exgobernador de Baja California, votó en contra de la Reforma Energética en 2013. Desde su escaño como Senador panista, de 2012 a 2018, vio cómo un grupo del calderonista Roberto Gil Zuarth pactó con el Senador priista Emilio Gamboa Patrón en torno a la denominada «reina de las reformas estructurales» del peñismo.
Ciudad de México, 20 de agosto (SinEmbargo).– El exgobernador de Baja California, Ernesto Ruffo Appel, quien como Senador de la República votó en contra de la Reforma Energética (2013) por la forma como se acordó, vio desde su escaño cómo un grupo liderado por el panista Roberto Gil Zuarth, cercano al expresidente Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), pactó con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a través del Senador Emilio Gamboa Patrón para impulsar esta reforma desde la Cámara Alta.
«Estos del PRIAN, que encabeza Roberto Gil Zuarth, lamentablemente se entregaron a Gamboa Patrón (2012-2018) en la Reforma Energética. Ahí estaba Ernesto Cordero, Jorge Luis Lavalle, Salvador Vega Casillas. Entraban y salían de su oficina o estaban en su escaño. Viendo ese entreguismo, no puedo evitar especular con que ese dinero [del video de sobornos] tiene que ver con eso. Que investigue la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y que el PAN [Partido Acción Nacional] también investigue», dijo en entrevista con SinEmbargo el exsenador blanquiazul durante la LXII (2012-2015) y LXIII (2015-2018) Legislatura en el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018).
«Conozco a Francisco Domínguez, actual Gobernador de Querétaro [relacionado con Caja Libertad y el video de sobornos], porque fue Senador de la República cuando yo lo fui. Veía que se comportaba muy cercano en su amistad con Gil Zuarth», agregó Ruffo Appel, un panista histórico por ganar, en 1989, la primera gubernatura de oposición en México en 60 años de dominio total del PRI.
También expuso que no le sorprendió que el Senador Lavalle también esté involucrado en el video de la entrega de 2.4 millones de pesos en fajos de billetes, filtrado en el marco de las audiencias de Emilio Lozoya Austin, extitular de Petróleos Mexicanos (Pemex), por los casos Odebrecht y Agronitrogenados.
Ayer, el mandatario estatal Pancho Domínguez afirmó durante la conferencia matutina del Presidente Andrés Manuel López Obrador que «no había necesidad de darme dinero para obtener un voto que ya se tenía por convicción personal» sobre la Reforma Energética y, además, «no se puede creer en las palabras de un delincuente confeso [Lozoya]. Yo doy la cara aquí y ante la autoridad».
Mientras Ricardo Anaya Cortés era el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados (2013-2014) y Ernesto Cordero Arroyo (2012-2013) el presidente del Senado, «la consigna fue que votáramos a favor de la Reforma Energética. Yo dije: ‘ni madres, yo no voto si no sé por qué llegaron a esas conclusiones'», recordó.
El exlegislador panista también consideró que, por el control político e impunidad, se dieron acuerdos entre los expresidentes Felipe Calderón, Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
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–¿Qué pasó con el PAN, lo ve como una verdadera oposición?
–Hay siempre una historia que te explica el momento actual. Lamentablemente, para aquel buen PAN institucional, apegado a sus principios y valores por el bien común, y el proceso democrático, cuando empezamos a tener victorias –a lo mejor soy uno de los culpables– llegó el poder; a tener la capacidad de decidir asuntos muy importantes. Lo peor fue que mucha gente llegó a usufructuar las posiciones de gobierno y no estaban interesados en servir al pueblo y a la ciudadanía de México. Se fueron haciendo grupos de intereses para dominar las siguientes elecciones ya fuera la interna, de gobierno estatal o municipal.
Es una historia que es idéntica en el PRD, en el PRI; es un fenómeno sociológico en un país donde somos mucha gente y hay muy pocas oportunidades. Todos andan viendo a ver qué agarran. Como si fuera una garra de espuma para intentar controlar para ellos mismos. Entonces en el PAN tenemos una vida interna, donde sus principios y valores institucionales han sido en momentos dominados por estos grupos de intereses. Más daño le ha hecho a ese buen PAN el grupo que se formó a través de Felipe Calderón. Tuvo debates muy fuertes con el Presidente Vicente Fox (2000-2006) por arrebatar el control del PAN. Fox fue muy respetuoso de la vida interna del partido y Calderón quería ser dueño del PAN. Lo logró por una temporada, pero cuando vino el cambio de su Gobierno federal en 2012, la gente de él mismo que salía de su administración, muchos de ellos, empezaron a hacer acuerdos con el PRI como el grupo que encabezó Roberto Gil Zuarth, donde estaban los que están apareciendo en las denuncias de [Emilio] Lozoya [Senador Jorge Luis Lavalle]. Es el grupo que se le ha denominado dentro de Acción Nacional como el PRIAN, los que se fueron a pactar con el PRI.
Parece que Calderón tuvo un acuerdo con Peña Nieto. En un país como el nuestro no terminan de instalarse las instituciones. También hubo un acuerdo entre López Obrador y Peña Nieto, porque ya se habla del PRIMOR. Es un esquema de nuestro desenvolvimiento político nacional del que poco a poco vamos avanzando de una forma muy penosa y a veces en escenarios que van a traer enorme sufrimiento, como esta combinación con una pandemia. A parte de que se cae la economía, se caen los ingresos públicos y vamos a sufrirla feo.
–¿Qué tipo de acuerdo hubo entre los expresidentes Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador?
–Es el asunto del control político de la vida nacional. Soy de quienes dentro del PAN siempre lamentó la manera y la conducción de la vida interna del partido por Felipe Calderón. Terminé de Gobernador de Baja California en 1995, y en 1996 quise ser presidente nacional del PAN. Precisamente me enfrenté a Calderón, quien ganó por un pequeño margen de 17 votos en el Consejo Nacional. Y de ahí empezó la descomposición, porque él empezó a cooptar a consejeros nacionales y posiciones de gobierno que acentuó lo que yo denominé «La onda grupera». Es decir, en el PAN de antes, como no había poder, no había grupos. Había más bien una institución un tanto romántica por la democracia, apegada a principios y valores. Pero cuando llegó el poder y el dinero empezó a llegar mucha gente nueva que quería el control. Y Calderón tenía esa forma autoritaria, muy inteligente el tipo, pero nada institucional. Lo manipulaba todo.
Ya sabemos el escenario del Gobierno de Fox, su enfrentamiento con «El Peje», la toma de Avenida Reforma… en la campaña de 2006. Lo probable es que una gran parte del PRI se vino a apoyar a Calderón durante la elección y ya sabemos el resultado del que siempre se quejó López Obrador y salió el tema del PRIAN. Esa fue para mí una época política en la que todo parecía que hubo un entendimiento entre Calderón y Peña Nieto. Se dice que es uno de los elementos del enojo de López Obrador en contra de Calderón. Pero también se dice que hubo un entendimiento entre Peña Nieto y López Obrador en la campaña de 2018. Como Peña Nieto veía muy probable su triunfo, López Obrador le concedió la canonjía a cambio de impunidad. Por eso no persigue a Peña Nieto. Este asunto de Lozoya es probable que sea consecuencia de parte de esos acuerdos. Vamos a ver. La duda política se iría si López Obrador mete a la cárcel a Peña Nieto. Todos los mexicanos ya sabemos que si tiene pico de pato, patas de pato y hacen cuac, son corruptos toda la bola.
–Hablando de Calderón, el 31 de agosto el Instituto Nacional Electoral anunciará si México Libre alcanzó los requisitos para ser partido político. ¿El país necesita un partido de los Calderón?
–Creo en la causa ciudadana. Siempre he sido un ciudadano mexicano en el PAN; en ese orden. Cumplo con la ley en cualquier parte, aunque esté en otro país. Soy mexicano porque nací bajo todos los valores y cultura nacional radicado en Baja California. Siempre me reiré de los chistes y cantaré la música nacional que nos gusta. Y tengo principios y fundamentos que son filosofía sobre cómo debe ser la vida y son los que tiene Acción Nacional. Ahorita los partidos políticos, tan desacreditados y llenos de bandidos, deberían de prestarle sus marcas políticas a una gran Asamblea Nacional Ciudadana para que se seleccionen candidatos ciudadanos para tener una Legislatura que se ocupe de restaurar a la República, que se regrese a los fundamentos constitucionales, y que el interés público sea el que prevalezca y no los intereses de grupos y partidos. Ya no se puede confiar en los que están adentro de los partidos. Los ciudadanos se tienen que organizar para construir al México institucional que deseamos.
–Retomando lo de Lozoya, ¿cuál fue su impresión respecto al video filtrado de entrega de sobornos relacionado con panistas? ¿Cree que saldrán más señalamientos de corrupción de otros panistas, como el mismo Calderón?
–Calderón ya no es panista. Logramos que se fuera como la pus. Yo no sé la veracidad de esos videos, lo que sé es que ahí se ven paquetes llenos de billetes en unas oficinas. Es muy peligroso en estos tiempos andar manejando dinero de esa manera. Eso se hace en los bancos con los camiones de seguridad. Qué tienen que andar haciendo unos tipos con paquetes de dinero. Que se investigue a los que andan ahí, se conoce sus nombres y algunos de ellos están relacionados con el PAN.
Estos del PRIAN, que encabeza Roberto Gil, lamentablemente se entregaron a Gamboa Patrón en la Reforma Energética. Viendo yo ese entreguismo, no puedo evitar especular con que ese dinero tiene que ver con eso. Que investigue la Unidad de Inteligencia Financiera y que el PAN institucional también se ponga a investigar. Está todavía peor que haya algunos individuos involucrados que están en el PAN. Nosotros somos los primeros que tenemos que investigar y, si hay evidencia, ponerla a disposición de la autoridad.
–El Gobernador de Querétaro Francisco Domínguez también fue relacionado con el lavado de dinero de Caja Libertad y el abogado Juan Collado, preso en el Reclusorio Norte. Ahora se le involucra con este video de sobornos, ¿debe ser investigado?
–Todos ante la Ley somos sujetos de un proceso judicial si un juez decide que hay evidencia suficiente para un proceso. Hasta ahora estamos hablando de información circunstancial. Yo conozco a Francisco Domínguez, actual Gobernador de Querétaro, porque fue Senador de la República cuando yo lo fui. Veía que se comportaba muy cercano en su amistad con Gil Zuarth. Había un grupito que comandaba Gil Zuarth, donde no estaba Francisco Domínguez, pero sí estaba en el círculo inmediato. Siempre andaban consultándole cosas al PRI. Así lo conocí. Todos estos venían de la generación del Gobierno de Felipe Calderón. Entonces veo, en lo personal, que Calderón fue y se puso de acuerdo con el PRI en 2006 y como no pudo terminar de dominar al PAN se salió y ahora está formando su propio partido político. Muchas de estas personas que estaban en su gobierno se quedaron flotando en medio del océano y empezaron a platicar con el PRI, liderados por Gil Zuarth. Ahí estaban Ernesto Cordero, [Jorge Luis] Lavalle… Domínguez era amigo de ellos, ahí andaba, pero más lejecitos. Durante la 62 y 63 Legislatura del Senado había una separación en la vida interna del grupo parlamentario del PAN y una confrontación de Calderón con Gustavo Madero, en ese momento presidente del PAN.
–Menciona que el Senador Jorge Luis Lavalle era miembro de este grupo liderado por Gil, entonces no le sorprendió verlo relacionado con el video de los sobornos…
–La verdad no. Ahí estaba también el Senador Salvador Vega Casillas. Ese grupito siempre andaba para arriba y para abajo, esa bolita se movía de una manera sospechosa. Entraban y salían de la oficina de Gamboa o se la pasaban echando novio en su escaño. Hasta el piecito le movían.
–Usted lo vio directamente durante la Legislatura…
–Ahí estaba yo sentado como a unos cinco estaños, en una fila atrás hacia la izquierda de Gamboa. Parecía más bien el coordinador de ese grupito del PAN.
–Si me permite, voy con mis últimas preguntas. ¿Marko Cortés es el dirigente que el PAN necesita? Ya se acercan las elecciones de 2021…
–Marko Cortés, lamentablemente, es consecuencia de muchas dinámicas y enfrentamientos por el control de la vida interna del PAN. Resultó «electo» como presidente del PAN. Yo fui designado por el Consejo Nacional del partido en 2017 para actualizar el padrón de los militantes panistas en coordinación con el INE. Pero cuando llegó el proceso interno electoral del partido para elegir al nuevo presidente, no quisieron usar el sistema de huellas dactilares. Entonces, yo me coloqué como precandidato a la presidencia nacional del PAN y le reclamé a la Comisión Electoral el nuevo sistema del padrón tecnológico. La Comisión Electoral la presidió Cecilia Romero y no quiso. Se operó por parte del CEN del PAN el control grupero a través de la recolección de firmas. Usaron el método viejo para acreditar la candidatura de Marko Cortés. Echaron a andar la maquinaria interna controlada también por el grupo de [Ricarcdo] Anaya, luego Damián Zepeda y luego lo operó Marcelo Torres. Como vi la manipulación que hicieron, terminé desconociendo la presidencia de Marko Cortés.
–Ahora que menciona al excandidato presidencial Ricardo Anaya, ¿lo ve relacionado con la coyuntura de la Reforma Energética, Lozoya y los sobornos?
–No hay duda de que en el momento del proceso estuvo en altos niveles de dirección en el PAN. Fue incluso presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y también fue presidente nacional del PAN. Obviamente le tocó conocer de información. Recibió también de manos de Gustavo Madero el seguimiento que se hizo acerca del Pacto por México, donde la Reforma Energética estaba incluida. Yo voté en contra de la Reforma Energética junto con Javier Corral [actual Gobernador de Chihuahua], no porque no crea que deba haber una Reforma para beneficiarnos del recurso petrolero, sino por la forma, por los acuerdos a puerta cerrada que celebraron. Yo que llegué de Senador quise saber los contenidos de la propuesta. Me pasaron copias, pero nunca me dejaron opinar porque ya lo tenían pactado todo. Incluso en el Grupo Parlamentario quien estaba de Coordinador era Ernesto Cordero y la consigna fue que votáramos a favor de la Reforma Energética. Yo dije «no, ni madres», yo no voto si no sé por qué llegaron a esas conclusiones. Yo veía que entraban y salían para platicar con Gamboa estos cuates alrededor de Roberto Gil. Sabía que el voto que iba a emitir no iba a alterar el resultado final, pero estaba votando en contra en protesta por la manera en como hicieron las cosas. Y sigo protestando.
–A nivel local, ¿cómo evalúa la gestión de Jaime Bonilla en Baja California?
–Hay una situación muy particular de parte de Bonilla. Tuve un hermano que ya falleció con quien él tuvo muchos enfrentamientos, entonces siempre evito tener que ver en algún asunto o comentario sobre Bonilla porque lo traduce a comentarios personales. Él es casi el heredero de la corriente política del exgobernador del PRI Xicoténcantl Leyva Mortera (1983-1989), gente de Manuel Bartlett [director de la CFE]. Se enmarca en un debate político de más de 30 años… La verdad no estoy nada contento con esta administración, pero soy exgobernador y mejor que él siga su criterio.