El fantasma del escritor Witold Gombrowicz, en un libro de descarga gratuita

Witold Gombrowicz, un autor fascinante y provocador. Foto: Especial

Witold Gombrowicz, un autor fascinante y provocador. Foto: Especial

En 2014, cuando se cumplieron 75 años de su llegada a la Argentina, se llevó a cabo el I Congreso Internacional dedicado al autor de Ferdydurke. Las 37 ponencias de ese encuentro fueron integradas en un volumen que explora la personalidad y la obra de un escritor tan provocador como fascinante. El coordinador del Congreso, Nicolás Hochman, explica la calidad de fantasma que tiene el escritor en el país donde vivió durante 24 años, contrarrestada con el lugar central que ocupa en Polonia, su país de origen.

Por Nicolás Hochman

Ciudad de México, 20 de agosto (SinEmbargo).- Un fantasma recorre la Argentina: el fantasma de Witold Gombrowicz (Małoszyce, Polonia, 4 de agosto de 1904 – Vence, Francia, 24 de julio de 1969), que no se queda quieto, no se deja encasillar y sigue siendo tan molesto como cuando estaba vivo.

Podríamos decir que recorre Polonia o que recorre Europa y sería igualmente cierto, pero hay una diferencia fundamental: en Polonia, Gombrowicz es uno de esos autores que llegaron al panteón de ser leído en las escuelas. Dudoso privilegio, pero muy real.

En el resto de Europa su apellido es conocido y quizás hasta bien pronunciado desde hace décadas, cinco o seis por lo menos. En Argentina, en cambio, sus apariciones fantasmagóricas no fueron tan frecuentes y parar por la calle a alguien y preguntarle qué opina de Ferdydurke es invitarlo a que salga corriendo, espantado, ante esa demostración de esnobismo.

En Argentina son pocos los que oyeron hablar de él, muchos menos los que lo leyeron y seguramente ínfimos los que lo disfrutaron. Porque es claro: hay quienes llegan a Gombrowicz, quienes dicen leerlo, quienes lo leen verdaderamente y quienes se sienten a gusto con su literatura, que incomoda manifiestamente.

Cuando comenzamos a organizar el I Congreso Internacional Witold Gombrowicz suponíamos que iba a ser un acontecimiento chico, sencillo, de entrecasa, para pocos. Claramente la percepción estuvo muy equivocada o eso pensamos después, al ver que más de mil personas habían asistido a las diferentes actividades, a lo largo de cuatro días, y que llegaron expositores desde trece países diferentes.

Durante esos días el fantasma de “Witoldo” sobrevoló a algunos de los que los conocieron, a amigos y a amigos de amigos que asistieron a la Biblioteca Nacional, al teatro, al city tour gombrowicziano. También vieron pasar su sombra escritores, periodistas, psicoanalistas, académicos, dramaturgos.

Y jovencitos. Jóvenes inmaduros que fueron a escuchar, que participaron discutiéndoles de igual a igual a algunos de los especialistas más prestigiosos del mundo, que terminaron en Buenos Aires sin imaginarse que algo de ese ímpetu rebelde y provocador sigue transmitiéndose de generación en generación.

Algo de ese estilo que se degenera, que hace que chavos de menos de veinte años crean que pueden leer a este polaco y entenderlo.

¿Por qué lo hacen? Porque pueden, porque quieren, porque evidentemente encuentran en sus palabras algún elemento con el que hacen empatía, que los identifica, que los interpela, que los impulsa a seguir leyendo. Son los menos, es cierto, pero existen, están ahí, acá, y por algún motivo enigmático, son cada vez más. Hace no mucho empezaron a reproducirse, a reconocerse, porque el significante Gombrowicz no es solo una palabra rara en Argentina, sino un password, un código de acceso.

Si dos personas descubren que leyeron a Gombrowicz, esas dos personas van a descubrir que tienen en común mucho más de lo que creen.

Gombrowicz funciona como una marca, como un sello, como un parte aguas que define claramente una pequeña porción del lugar que adopta cada uno.

Hay en él, en su obra, en sus lectores, algo de esa frase que Luca Prodan (1953-1987, fundador del grupo SUMO), otro europeo que se terminó desarraigando en Argentina, impuso como un mantra: “Yo estoy al derecho. Dado vuelta estás vos”, que en cualquiera de sus acepciones puede ser leído como una manera de quebrar con un orden establecido. Con una manera predominante de pararse frente al mundo. De hacer algo con la mirada del otro, que nos condiciona siempre, pero no necesariamente determina nuestra existencia.

Gombrowicz conocía todo esto muy bien. Reflexionaba sobre eso, era lo que más le preocupaba, seguramente porque sabía que no hay forma de escapar a las formas, que estar al derecho o al revés en realidad es parte de la misma cosa, de la que uno no se puede disociar así como así. Sí se puede hacer algo con todo eso.

En su caso, escribir, forjar un personaje, un estilo, una identidad que se impuso sobre la base de la resistencia que causaba. Gombrowicz dejó una obra, que no es poco, pero además dejó ideas que a medio siglo de su muerte resultan tan actuales como perturbadoras.

Un libro de descarga gratuita. Foto: Especial

Un libro de descarga gratuita. Foto: Especial

LUEGO ESTAMOS SUS LECTORES

Y luego, de este lado, estamos nosotros, sus lectores. Los que al leerlo podemos reír, padecer, quizás las dos cosas a la vez y que tenemos como punto en común el no poder escapar de los sentimientos encontrados que despierta su lectura.

Es probable que más de uno, desprevenido, se enfrente a sus novelas, sus cuentos, su teatro, sus diarios, sus cartas, sus enseñanzas filosóficas y huya despavorido. Pero no que esa lectura le pase inadvertida. Que olvide eso a lo que se enfrentó: una manera de organizar el discurso, una serie de argumentos, ciertas fijaciones temáticas, la posición subjetiva del autor, lo absurdo del lenguaje por momentos, la postura cínica, el rechazo al cliché, la provocación. Siempre, la provocación.

Este libro está compuesto por treinta y siete artículos que formaron parte del I Congreso Internacional Witold Gombrowicz. Originalmente lo pensamos como “las actas del Congreso”, que iban a ser un copy & paste funcional, rápido, aséptico. No pudimos. No supimos cómo hacerlo fácil, como no hubiera sabido hacerlo Gombrowicz.

Y la edición y corrección (incompletas, seguramente con más erratas de las que hayamos visto en todo el proceso) nos demandó mucho trabajo, mucha energía, mucha libido. Felizmente.

Al poner a circular este libro con descarga libre y gratuita desde Internet, Copy Left mediante, buscamos que la obra de y sobre Gombrowicz continúe dando vueltas por ahí. Que lo haga cada vez más, con un público diverso, heterogéneo, impensable en otro momento en el que el acceso a los libros era más complicado.

Nuestra ambición es que al descargar este volumen cada uno lea lo que quiera y lo que pueda, y que las ideas volcadas acá adentro hagan mella en las suyas. Ojalá que entre tantas reflexiones, hipótesis, conjeturas y sospechas en torno a Gombrowicz encuentren algo que los conmueva, que los movilice, que les provoque hacer algo con eso. Es la mejor manera que encontramos de ayudar a que su fantasma siga apareciendo por ahí, asustando a los maduros, rompiendo lo establecido, riéndose un poco mucho de cada uno de nosotros.

¿Quién es Witold Gombrowicz? (1904-1969) es uno de los escritores más importantes de la literatura universal del siglo XX. Su creatividad, su humor, su inteligencia, su sentido crítico, su originalidad, su manera de trabajar con la palabra  marcaron un antes y  un después en la tradición literaria internacional, con obras como Ferdydurke, Los hechizados y Transatlántico, entre otras. En 2014 se cumplieron 75 años de su llegada a Argentina, en agosto de 1939, donde vivió durante 24 años. Para conmemorar dicha circunstancia, se llevó a cabo el I Congreso Internacional Witold Gombrowicz, buscando convertirse en un espacio de discusión sobre su obra, pero también de disfrute. De ese encuentro surgió el libro El fantasma de Gombrowicz recorre la Argentina,  compuesto por 37 artículos presentados al I Congreso Internacional Witold Gombrowicz (Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2014). Su descarga es libre y gratuita en este enlace http://www.congresogombrowicz.com/libro-del-congreso

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