Nadia Murad le dijo al Presidente, «mataron a mi madre, mataron a mis seis hermanos», y el preguntó, «¿Dónde están ahora?».
Washington, 19 jul (EFE).- El Presidente de EU, Donald Trump, ha generado una nueva polémica al divulgarse el video de una reunión que tuvo en la Casa Blanca con la activista iraquí yazidí Nadia Murad, en la que preguntó dónde está su familia después de que ella le hubiera dicho que habían muerto y solo parece interesarse por su Nobel de la Paz.
El video, divulgado este viernes por varios medios estadounidenses, refleja la interacción entre Trump y Murad durante un encuentro que el mandatario mantuvo este miércoles en el Despacho Oval con defensores de la libertad religiosa en varios países.
Murad, de pie a la derecha de Trump y entre varias de las otras activistas, le pide al Presidente ayudar a la comunidad yazidí a regresar a su territorio en Irak mientras el mandatario, sentado en su escritorio, mantiene el cuerpo girado hacia el frente y apenas la mira esporádicamente, sin prestar aparentemente mucha atención.
«Si no puedo volver a mi país y vivir en un lugar seguro y recuperar mi dignidad, esto no se trata del Estado Islámico (EI). Se trata de que estoy en peligro. Mi gente no puede volver», lamentó la nobel, que obtuvo ese galardón en 2018.
«Mataron a mi madre, mataron a mis seis hermanos», añadió Murad.
Trump se giró entonces ligeramente hacia ella y le preguntó: «¿Dónde están ahora?», y Murad repitió: «Los mataron. Están en las fosas comunes en Sinyar».
La activista le pidió por favor que «haga algo» para ayudar a los yazidíes, a lo que el mandatario respondió que él conoce «muy bien la región» y que seguirá siendo «fuerte» en su política.
Entonces, Trump preguntó: «¿Le dieron el premio Nobel? Eso es increíble. ¿Y por qué razón se lo dieron? Quizá puede explicarlo», a pesar de que Murad acababa de contar su historia.
La activista recordó que ella fue la primera mujer que pudo salir de Irak y contar que el EI había «violado a miles de mujeres yazidíes», y Trump replicó: «Entonces, usted se escapó».
«Me escapé, pero todavía no tengo mi libertad», concluyó Murad.
Trump no ha ocultado su deseo de obtener el Nobel de la Paz, y ha dado señales de envidiar el hecho de que su predecesor, Barack Obama, obtuviera ese galardón en 2009.
En febrero pasado, Trump dijo que el primer ministro japonés, Shinzo Abe, le había nominado para el Nobel porque él había «conseguido» que Corea del Norte detuviera sus lanzamientos de misiles, a raíz del proceso de distensión con EU.
Su aparente falta de interés en la historia de Murad generó una oleada de críticas en las redes sociales, entre ellas la de Walter Shaub, que fue director de la oficina de ética en la Casa Blanca bajo el Gobierno de Obama.
«La expresión de dolor en su rostro (de Murad) cuando él dice (lo del Nobel) es dura de contemplar. Él simplemente carece de la parte del cerebro capaz de la empatía», opinó Shaub en Twitter.
En la misma reunión, Trump también pareció no saber de dónde proceden los rohinyás, entre los que cientos de miles han huido desde su Birmania natal hasta el vecino Bangladesh debido a una campaña militar del Ejército, que ha sido acusado de genocidio y limpieza étnica por la ONU.
Cuando un refugiado rohinyá, Mohib Ullah, le pidió a Trump ayudar a su pueblo a «volver a casa lo antes posible», el mandatario preguntó «dónde es eso».