En medio de más de 43 millones de vehículos y camiones, 5 mil incendios este año y actividad industrial sin control, además de la Ciudad de México, estaciones de monitoreo de calidad del aire de Monterrey, Durango, Tepic, San Luis Potosí, Guadalajara, Toluca, Puebla, Celaya, Irapuato, Atotonilco y Minantitlán detectaron la tarde de este lunes el incumplimiento de la NOM-25 entorno a los límites de emisión de PM10 y/o PM2.5, de acuerdo con el SINAICA.
Ciudad de México, 20 mayo (SinEmbargo).- La contaminación atmosférica no respeta fronteras trazadas. Sus causas son las mismas en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) y en otras ciudades mexicanas: la falta de control normativo entorno al transporte, a la actividad industrial y a la provocación de incendios para actividades agrícolas, advierte la Estrategia Nacional de Calidad del Aire (ENCA) del Gobierno federal que especialistas no han visto aterrizada a dos años de su publicación.
«[En la Zona Metropolitana del Valle de México] tenemos una condición geográfica diferente y estamos en una especie de olla donde todo se acumula, pero esencialmente la contaminación atmosférica en nuestro país se da por el tipo de transporte que tenemos tanto público como privado y en las condiciones en que se encuentra», dijo Gustavo Sosa Núñez, analista de políticas públicas ambientales del Instituto Mora.
Además de la Ciudad de México, estaciones de monitoreo de calidad del aire de Monterrey, Durango, Tepic, San Luis Potosí, Guadalajara, Toluca, Puebla, Celaya, Irapuato, Atotonilco y Minantitlán detectaron la tarde de este lunes el incumplimiento de la Norma Oficial Mexicana 25 (NOM-25) entorno a los límites de emisión de partículas suspendidas PM10 y/o PM2.5, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información de la Calidad del Aire (SINAICA) del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) al cierre de las 19 horas.
Si en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey se consideraran los estándares de la NOM contra el contaminante PM2.5, se evitaría la muerte prematura de mil 317 personas, e incluso de 2 mil 170 mexicanos si se rigieran y respetaran los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), calculó el INECC.
En abril de este año, este instituto de la Secretaría del Medio Ambiente alertó en el Informe Nacional de Calidad del Aire 2017 que el fenómeno no es exclusivo de grandes ciudades o zonas metropolitanas.
«En la mayoría de las ciudades incluidas en este informe -de 18 estados de norte a sur que sí presentaron datos- predomina el incumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas de calidad del aire para ozono y partículas (PM10 y PM2.5)», concluyó. Esto es, la NOM-25 y NOM-20.
Durante 2017, las concentraciones más altas de PM10 se registraron en Torreón (Coahuila), las de PM2.5 en Valle de Toluca (Estado de México), y las de ozono en Guadalajara (Jalisco).
El mayor porcentaje de días al año con concentraciones superiores a los límites normados de PM10 se registró en Guadalajara (61 por ciento), para PM2.5 en Valle de Toluca (49 por ciento) y para ozono en Valle de México (64 por ciento).
«El contaminante que ocasionó todo el relajo de la semana pasada fueron las partículas de 2.5 que no son comunes en la Zona Metropolitana del Valle de México, donde generalmente es por ozono», precisó Gustavo Sosa Núñez del Instituto Mora.
EL MONSTRUO DE DIFERENTES CABEZAS
La Estrategia Nacional de Calidad del Aire (ENCA) emitida por la Secretaría del Medio Ambiente en 2017, con miras a 2030 e incluye la participación de los tres órdenes de gobierno, particulares y la sociedad civil, «se ha quedado en el aire» o tiene «limitantes», observaron especialistas.
Además de desarrollar ciudades sustentables al transitar hacia procesos productivos amigables con el medio ambiente y hacia el uso de energías limpias y renovables, la ENCA plantea la necesidad de «contar con industrias y un parque vehicular que aplique nuevas tecnologías para mitigar la emisión de contaminantes a la atmósfera».
No obstante, «la actualización de estándares de normas oficiales mexicanas de calidad del aire para proteger la salud de las personas, previstas en la ENCA, son acciones que por mandato de ley pueden y deben cumplirse antes (deben actualizarse cada cinco años y basta con homologarlos al de la Organización Mundial de la Salud)», escribió en Nexos Anaid Velasco, investigadora del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), en un análisis del documento gubernamental.
El investigador en políticas ambientales del Instituto Mora, Gustavo Sosa, aseguró que la contaminación atmosférica es un «monstruo de diferentes cabezas» generada por normas incumplidas pues «tocan los intereses» de la industria automotriz, de la construcción y agrícola.
«Se dice que los vehículos nuevos cuentan con tecnología y ya se tiene abordada la problemática con la medición de emisiones, pero se olvida que las empresas automotrices están maquillando los sistemas de cómputo, por ejemplo, lo que hizo Volkswagen en Estados Unidos».
En México circulan 31 millones 720 mil 842 de autos privados (los que más emiten CO2), 406 mil 376 camiones de pasajeros y 11 millones 371 mil 621 camiones de carga, muestran cifras de marzo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sosa Núñez explicó que «se confunde» que por el hecho de verificar el vehículo se contamina menos, ya que es más una vía de recaudación de ingresos para los gobiernos estatales. Sobre el programa «Hoy No Circula» cuestionó que cómo se va «endurecer» si los hologramas 0 y 00, la gran mayoría, están exentos, por lo que «es discriminatorio» ya que afecta solo a quienes no tienen recursos para adquirir otro automóvil.
Ante ello, cree necesario gestionar el parque vehicular, independientemente del holograma y aunque «los concesionarios den el grito en el cielo», así como ofrecer un transporte público de calidad más allá de una red de Metrobús de dos pisos «al estilo londinense» que no cumple los estándares de EURO VI de control de emisiones, o de microbuses sin controles «que si los tocas salen a marchar» o se amparan.
Anaid Velasco del CEMDA también cuestionó que aunque la ENCA plantea líneas de acción para el sector transporte como tener un parque vehicular más limpio y mejorar la calidad de los combustibles, «faltaría complementarlas con la atención a problemas más estructurales tales como la poca inversión pública para el transporte público masivo y un débil seguimiento a las obligaciones derivadas de concesiones otorgadas a privados para la prestación del servicio».
El especialista en políticas ambientales Gustavo Sosa precisó que además del transporte influye la ubicación de corredores industriales, por ejemplo, la refinería de Salamanca en el Bajío o en Minatitlán, Veracruz, una zona petrolera «donde todo apesta a azufre», así como las actividades de la industria papelera y cementera.
«Si hay contingencia, para la actividad industrial, pero desarrollos inmobiliarios siguen trabajando, construyendo. (…) Hay muchos intereses afectados», aseguró.
Durante este año se han registrado 5 mil 106 incendios forestales en el país que han consumido 242 mil hectáreas, sobre todo en el Estado de México (mil 336), Michoacán (549), Ciudad de México (468), Puebla (324), Chiapas (297), Tlaxcala (293), Jalisco (281), Chihuahua (229), Oaxaca (164) y Veracruz (162), reportó la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
De ellos, el 31 por ciento ha sido intencional, el 22 por ciento por actividades agrícolas, y el 12 por ciento por fogatas.
«Es temporada con mayor sol e incendios que han afectado a las ciudades, no solo a la megalópolis (…) La Conafor está mandatada para atenderlos», observó Sosa.
LA OPACIDAD DE LAS ESTACIONES
En México hay 34 Sistemas de Monitoreo de la Calidad del Aire (SMCA) distribuidos en 30 entidades federativas, pero no todos cuentan con datos que permitan generar políticas para controlar la contaminación atmosférica.
«Persisten los problemas operativos en la mayoría de los sistemas de monitoreo que operan en el país, lo cual se refleja en el alto porcentaje de estaciones donde no se puede evaluar cumplimiento de norma por insuficiencia de datos», expuso el informe del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).
En 2017 no fue posible detectar si se acataba la norma de límite de emisiones de contaminantes en el 38 por ciento de las estaciones con capacidad para medir PM10, en el 53 por ciento de las que cuentan con capacidad para medir PM2.5 y en el 23 por ciento de las que miden ozono.
Las estaciones que no respondieron la solicitud de información sobre su calidad de aire durante 2017 fueron Aguascalientes, Chiapas, Ciudad Juárez, Ojinaga, Durango, Sinaloa.
Además, los sistemas que respondieron, pero de manera incompleta, fueron los de Zacatecas, Tamaulipas, Sonora, San Luis Potosí, Michoacán, Guerrero, Colima y Campeche.