Tras la tapadera de la «liberación» del Donbás, el Kremlin oculta un secreto a voces, la apertura de un corredor terrestre que una la península de Crimea con territorio continental ruso, lo que exige la creación de nuevas repúblicas populares en las zonas ocupadas por el ejército ruso en el sur de Ucrania.
Redacción internacional, 20 abr (EFE).– El general del ejército ruso Alexandr Dvórnikov, quien acaba de asumir el mando general de la guerra en Ucrania y por tanto de la ofensiva final en el Donbás, según Occidente, tiene un largo historial bélico de mano dura que incluye la segunda guerra en Chechenia y la guerra en Siria.
El nombramiento Dvórnikov como comandante de la guerra en Ucrania «representa un intento de centralizar el mando y el control» de las Fuerzas Armadas de Rusia, ha señalado la inteligencia británica, una designación que Moscú no ha confirmado ni desmentido.
Según Londres, «la selección de Dvórnikov demuestra aún más cómo la decidida resistencia ucraniana y la ineficaz planificación anterior a la guerra han obligado a Rusia a reevaluar sus operaciones», frenadas hasta el momento por «la incapacidad para cohesionar y coordinar la actividad militar».
UN MANDO DE MANO DURA
En esas condiciones, parece obvia la necesidad de un mando de mano dura capaz de lograr los objetivos propuestos a cualquier precio, un puesto en el que encaja perfectamente Dvórnikov, un general ruso de 60 años de la antigua cantera soviética.
Según informó el portal ruso Ura.ru hace seis años, a raíz del retorno de Dvórnikov de Siria, en la operación militar en el país árabe resultaron especialmente útiles las cualidades del general que, con frecuencia, sacaban del paso e incluso ofendían a sus colegas y subordinados en el ejército ruso.
«Es un general de decisiones firmes y no siempre mide sus palabras, suele ser muy brusco», afirmó una fuente castrense citada por el portal, al señalar que a veces tomaba decisiones en la noche y exigía los resultados ya en la mañana.
LA FIRME CAMPAÑA DE SIRIA
Aunque su desempeño en Siria fue muy celebrado por el Kremlin y el Presidente ruso, Vladímir Putin, lo condecoró con la medalla «Héroe de Rusia», Occidente denunció un alto número de víctimas civiles, mientras organizaciones defensoras de derechos humanos denunciaron el uso de armas prohibidas y ataques contra hospitales.
«Justo lo que se necesitaba del general ruso en Siria», dijo la fuente de Ura.ru, al considerar que estas cualidades permitieron dar un giro al conflicto armado sirio, tras el cual los medios occidentales le pusieron el sobrenombre de «el carnicero de Alepo».
«Dvórnikov cumplió exitosamente con misiones de aniquilación de combatientes atrincherados en zonas fortificadas no sólo en Siria, sino también en Chechenia, donde dirigió unidades motorizadas», recordó este mes el experto militar ruso Konstantín Sivkov, citado por el portal Versia.ru.
Pero la «habilidad inusual» del general, según los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, en inglés), sería su «experiencia particular en el establecimiento de nuevas estructuras de mando en entornos de coalición complicados porque fue el primer comandante ruso en Siria».
Durante su comandancia en la república árabe, los aviones rusos llevaron a cabo más de nueve mil misiones de combate, y Rusia probó por primera vez en condiciones de guerra sus misiles de crucero Kalibr, lanzados desde el Caspio, liberó Palmira e inició la ofensiva en el este de Alepo, Latakia y Deir al Zur.
El propio Dvórnikov confesó en 2016 en una entrevista al periódico ruso Rossíiskaya Gazeta que cuando llegó a Siria «la situación evidentemente no estaba a favor de Damasco», pero «las acciones del contingente ruso en apoyo del régimen de Bachar al Asad cambiaron radicalmente la situación en cinco meses y medio».
UNA CARRERA DE DÉCADAS
Graduado en la escuela militar Suvórov de Ussurysk en 1978, sirvió durante casi dos décadas primero en el Lejano Oriente y luego en Alemania.
Tuvo su bautismo de fuego durante la Segunda Guerra chechena e incluso participó en la toma de Grozni en 2000.
Su primera experiencia de combate fuera de Rusia tuvo lugar entre septiembre de 2015 y junio de 2016, cuando fue designado primer comandante de la agrupación militar rusa en Siria.
Desde que volvió de la nación árabe, encabeza el Distrito Militar Sur, cuyo estado mayor radica en la ciudad rusa de Rostov en el Don, ubicada en la desembocadura del Don en el mar de Azov, a apenas 120 kilómetros de la frontera ucraniana.
APLICAR EN UCRANIA LA EXPERIENCIA SIRIA
Ahora, el general tiene el reto de darle también un giro radical a la campaña rusa en Ucrania, que ha entrado en la llamada segunda fase tras la retirada de las tropas rusas del norte y noreste del país, al centrarse en la toma de los territorios prorrusos de Donetsk y Lugansk, en el Donbás.
«El ejército ruso está concentrando sus esfuerzos casi exclusivamente en el área de Ucrania que Dvórnikov ya había comandado», indicó el ISW.
Por ello, según este instituto, Dvórnikov es la elección natural para esta etapa de la guerra.
El mando del Distrito Militar Sur «le otorga la mayor familiaridad con las operaciones en el este de Ucrania, ya que supervisó el conflicto -en gran parte congelado- en el Donbás desde 2016 (estalló dos años antes) y es el comandante directo de las principales fuerzas rusas en la región».
De hecho, según los analistas estadounidenses, ha comandado el Donbás y los ejes del sur desde el comienzo de la actual invasión rusa el 24 de febrero, lo que incluye la asediada Mariúpol.