La investigación sobre la corrupción en Brasil, conocida como Car Wash (Lava Jato, en portugués), es motivo de un programa que dirigirá el conocido José Padilha y escribirá Elena Soares
Ciudad de México, 20 de abril (SinEmbargo).- Brasil es la octava economía del mundo, el país más poblado del continente –con 200.4 millones de habitantes hasta 2013- y dueño además de una poderosa cultura multirracial que es rectora en el continente y admirada en todo el planeta.
Por esa razón, la crisis política que atraviesa de lado a lado su territorio mantiene en vilo al mundo entero y constituye sin duda un verdadero desafío para las jóvenes democracias latinoamericanas.
El asunto no ha pasado inadvertido para la cadena de televisión por streaming Netflix, cuyos directivos han anunciado la producción en curso de una serie original, basada en la actual investigación acerca de la corrupción en Brasil, conocida como Car Wash (Lava Jato, en portugués),
La noticia proviene de San Pablo, fechada el viernes 15 y precisa que ya han iniciado las grabaciones de la serie aún no titulada, que dirigirá José Padilha (Narcos, Tropa de Elite y Robocop) y escrita por Elena Soares (Xingu, Filhos do Carnaval and Casa de Areia).
“Netflix reconoce el talento de José Padilha de convertir los eventos actuales cambiantes en irresistibles narrativas; además se encuentra en el momento perfecto para documentar esta importante época dentro de la historia de Brasil”, comenta Erik Barmack, vicepresidente internacional de Contenido Original en Netflix.
Esta será la segunda serie original de Netflix producida en Brasil, luego del thriller post-apocalíptico de ciencia ficción 3%, que se estrenará a final de este año.
“Este proyecto seguirá la investigación judicial en su proceso para descubrir la más grande conspiración de corrupción que Brasil ha vivido. Fue fundamental para la serie que fuese producida de forma imparcial y no tengo duda de que Netflix es el mejor socio para realizar este proyecto”, dijo Padilha.
El caso de corrupción que investigan las autoridades brasileñas ocurrió de 2003 a 2010 y según los fiscales, las constructoras más grandes de Brasil, Petrobras –el gigante petrolero estatal– y los líderes políticos intercambiaron sobornos, contratos y apoyo político en un vasto complot para beneficiarse mutuamente.