Este domingo,Ricardo Monluí se levantó como siempre a las 5:00 de la mañana para empezar a escribir y subir sus notas a El Político de Córdoba. Entre su material informativo se encontraba una nota que abordaba el tema de los conflictos internos y la desbandada de Morena. Luego salió con su familia para ir a desayunar a Yanga como cada ocho días, sin saber que en esta ocasión era para no regresar vivo.
Por Antonio Osorio Ojeda
Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo/BlogExpediente).- Con 35 años de trayectoria periodística, Ricardo Monluí Cabrera hizo historia en la zona centro de Veracruz, historia que hoy es recordada por familiares, amigos, conocidos y compañeros del gremio quienes relatan las aventuras que vivieron a su lado, en sus viajes a la Ciudad de México, para cubrir eventos de dirigentes cañeros y obreros azucareros.
En 1984 también entrevistó al extinto pistolero Toribio Gargallo Peralta, conocido como Juan Zavaleta, quien tenía su imperio en la región de Omealca y Tezonapa, y cuya publicación saliera en los diarios El Sol de Córdoba y El Sol de México, y que posteriormente retomara el reportero Ignacio Ramírez, de la revista Proceso, en sus columna «Parientes del Gobernador, miembros de Familias».
Ricardo Monluí fue asesinado la mañana de este domingo, cerca de las 10:30 horas, cuando junto con su esposa Rosalba Ruíz Bautista y su hijo Jonathan Rodolfo Monluí, salían de la fonda de gorditas «Doña Herme», ubicada en la calle 2, entre avenidas 3 y 5, de Yanga, el «Primer Pueblo Libre de América», donde cada domingo solía ir a desayunar con su familia y comprar los jugos de naranja en otro negocio cercano.
Tras salir del restaurante y dirigirse a su coche, fue alcanzado por un sujeto que aparentemente le disparó por la espalda, pegándole dos o tres balazos en la cabeza, en presencia de su esposa e hijo, quienes también fueron amenazados por el criminal.
Ricardo era un periodista de varios medios de comunicación, pero también fue secretario de Prensa y Propaganda de la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, adheridos a la CNC, habiendo trabajado al lado de dirigentes como Isidro Pulido Reyes, Manuel Pérez Bonilla, don Francisco Castro González y últimamente con su compadre Daniel Pérez Valdés.
Aparte de escribir las notas del día y su columna «Crisol», Monluí tenía desde hace unos años una agencia de elaboración de encuestas, que por estos tiempos electorales ofrecía a distintos personajes políticos o alcaldes, para medir la aceptación de la gente.
Cuentan los compañeros que lo que más gustaba a Ricardo eran los viajes a la Ciudad de México para cubrir los Consejos de dirigentes cañeros y líderes azucareros.
Pero siempre, cuando iba en su carro, lo que prefería era escuchar música, canciones de su paisano José José, o la canción «El Periódico de Ayer» con Josué, y ya ni se diga la música salsa, que también bailaba cuando había oportunidad.
Pero además, y claro siempre acompañado de otros colegas, le gustaba comprar chicles por cajas completas, para ir mascando todo el camino y así evitar dormirse al volante.
Cuando tenía un tiempo libre le gustaba salir con los amigos, con la familia, a visitar y reportear en los municipios de la región, como Amatlán, Cuichapa, Omealca, Tezonapa, Yanga, Cuitláhuac, Atoyac o Paso del Macho, para entrevistar a algún líder cañero y comer en algún restaurante de pollos o mariscos, como los langostinos de Atoyac, que tanto le gustaban.
Cuando platicaba con los compañeros contaba sus historias.
Como cuando fue reportero de Telever por muchos años y en alguna ocasión viajó por carreteras del vecino estado de Oaxaca y como le agarró el horario del noticiero en el camino hizo un reporte sobre las carreteras que estaban en mejores condiciones que las de Veracruz, sin pensar que ese reporte significó su despido de la empresa.
En agosto de 1984 entrevistó al extinto pistolero Toribio Gargallo Peralta conocido como » El Toro», que en la década de los 80 mantuvo su imperio en la región de Omealca y Tezonapa, donde lo cuestionó sobre el terror que infundía en la zona, con sus ejecuciones, y por qué lo hacía.
Ignacio Ramírez, de la revista Proceso, retomó en 1985 parte de la entrevista de Ricardo Monluí a Toribio Gargallo, publicada el 28 de agosto de 1984 en El Sol de Córdoba y y el de México.
«Una semana después, Gargallo respondió en la única entrevista periodística que ha concedido, publicada el 28 de agosto en El Sol de Córdoba. El autor de la nota, Ricardo Monlui Cabrera, refirió en la misma: “Toribio Gargallo quería hablar con este reportero por la buena relación que existe entre ambos y con este diario”
Llevado el amigo reportero hasta la casa del “patrón” —no se precisa dónde— Toribio Gargallo, también conocido como Juan Zavaleta y apodado “el Toro” —en su muñeca izquierda siempre lleva una esclava de oro con la figura de un toro— hizo la siguientes declaraciones:
“De ese asesinato, yo no sé nada. Es necesario dar a conocer que me dedico a trabajar en forma honrada. No soy secuestrador ni pistolero a sueldo. Trabajo como muchos, tengo algunos camiones y un bonito rancho cuando alguien me la debe, me la paga y no importa quien se encuentre presente. Si un sujeto baleó mi hogar y lo encuentro en la esquina, ahí mismo lo mato Vamos a descubrir quién mató a ese periodista para que dejen de involucrarme”
—Señor Gargallo, ¿por qué se le involucra en forma constante en hechos de sangre?
Y responde:
“Muchos me tienen envidia, yo no tengo necesidad de estas madres, que sólo me perjudican”.
José Luis Mejías en ningún momento involucró ni relacionó a Gargallo con el asesinato de Juárez Vázquez Simplemente dijo que dos de sus matones había sido contratados para ello».
Sus últimos años fue reportero crítico, publicaba por igual notas del día que columnas en las que resaltaba las irregularidades, por ejemplo, de algunos dirigentes.
Todavía este domingo, se levantó como siempre, a las 5 de la mañana, para empezar a escribir y subir sus notas a su página El Político de Córdoba, así como a las redes sociales. Entre su material informativo se encontraba una nota donde abordaba el tema de los conflictos internos y la desbandada de Morena, en Fortín.
Luego, salió con su familia para ir a desayunar a Yanga, como cada ocho días, sin saber que en esta ocasión era para no regresar vivo.
Por la noche, en su velorio, en una conocida funeraria de Córdoba, recibió el acompañamiento de familiares, conocidos, amigos, compañeros de trabajo, alcaldes de la zona como el de Yanga, Gerson Morales Villanos y el diputado Marco Antonio Aguilar Yunes, criticado por algunos, y también recibió la visita del Gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, quien habló con la esposa e hijos del comunicador, para ofrecerles todo el respaldo.
Luego, el Gobernador dio una entrevista a los reporteros locales y foráneos, donde señaló que se está trabajando para investigar los hechos y llevar a los responsables ante la Justicia.