Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).- En un país con una cifra oficial de homicidios anual que no ha bajado de 20 mil desde hace cinco años, con la mayor cantidad de gente obesa, más casos de bullying, segundo en crímenes de odio, el más corrupto, con la desigualdad más alta de la región, la tercera ciudad más violenta del mundo y 53 millones de pobres. Pese a todo, más del 80 por ciento de los mexicanos es feliz.
“La felicidad no es una frivolidad ni un lujo, es un profundo anhelo que compartimos todos los humanos”, dijo Ban Ki-moon, Secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en su mensaje a propósito del Día Internacional de la Felicidad, celebrado hoy.
“Muchos países están procurando ir más allá de la mera defensa de la calidad de vida y han incorporado ya medidas prácticas para promover esos conceptos en sus procesos legislativos y de adopción de medidas”, continuó.
De acuerdo con el índice Happy Planet, que calcula según el bienestar experimentado, la huella ecológica y la expectativa, qué tan feliz es cada país del mundo, dio en sus resultados más recientes que Costa Rica quedaba a la cabeza, seguido por Vietnam y Colombia. En este caso, México figuró en el 21 sitio de un total de 151.
Asimismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó en mayo de 2014 su “Índice para una vida feliz”, en el que concluyó lo que muchos saben: en promedio, los mexicanos son pobres, gorditos, trabajadores, poco estudiados, pero eso sí, felices.
La organización que agrupa a 34 de las principales economías mundiales, y además midió la de Brasil y Rusia, determinó que México tiene una de las peores, pues en el índice que mide las condiciones financieras y sociales, quedó en el sitio 35. El ingreso familiar neto promedio es de 12 mil 732 dólares anuales, comparado con el del resto de los países se muestra un fuerte rezago, pues el promedio es de 23 mil dólares.
Los salarios muestran una realidad muy parecida, pues un mexicano gana en promedio 9 mil 885 dólares al año, mientras que en la denominada “área OCDE”, que agrupa a las principales naciones desarrolladas, alcanzó los 34 mil 466 dólares. A pesar de ello, en México se trabaja más de 400 horas más anualmente, que en el resto de las naciones miembros, con 2 mil 250 sobre mil 776.
En cuanto educación, es decir, comprensión de lectura, matemáticas y ciencias, los resultados tampoco son decorosos, pues según la prueba del Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes más reciente, los pupilos mexicanos obtuvieron 420 puntos, frente al promedio de 497.
Por si fuera poco, en el rubro de obesidad, la República Mexicana se llevó el segundo lugar, pues la padece el 32.4 por ciento de la población. Sólo superado por Estados Unidos, aunque la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), le había dado en 2013 el primer sitio.
A pesar de todos estos datos poco halagadores, México se colocó como el octavo país con la mayor satisfacción de vida, por arriba de Reino Unido, España, Brasil y Luxemburgo, con el 85 por ciento de sus ciudadanos con más experiencias positivas que negativas en su vida diaria, según reportaron.
El 20 por ciento infeliz
En febrero de este año, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló los resultados de su Encuesta Nacional de Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad (Ensaviso), donde resaltó que un 18 por ciento de la población se declaró abiertamente insatisfecha con su vida en general y un 20 por ciento, no consideró que sus actividades diarias sean valiosas, por lo que dijo ser infeliz.
Con el objetivo de aportar datos complementarios a los que dan condiciones materiales como el Producto Interno Bruto de un país, el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM apostó por avaluar el bienestar subjetivo de la población, es decir, el bienestar que reportan a partir de su propia experiencia cotidiana y evaluación de su propia vida. Ahí interviene su satisfacción hacia aspectos como la situación económica, trabajo, familia, salud y cómo los factores externos (corrupción, discriminación, gobierno) los afectan.
Mediante un comunicado, el doctor René Millán, coordinador del estudio, explicó que los niveles de satisfacción con la vida en general son más altos entre la población joven y van disminuyendo conforme avanza el ciclo de vida.
Un dato a destacar es que un 32 por ciento de los encuestados dijo que nunca o casi nunca ha tomado libremente decisiones que afectan su vida, generando sentimientos de incertidumbre y angustia.
«El 50 por ciento [de los encuestados] expresa dificultades serias para sobreponerse emocionalmente a situaciones difíciles, aspecto conocido como resiliencia, y los costos sociales y familiares de esa situación son de consideración», dijo por su parte el maestro Roberto Castellanos, también involucrado en la investigación.
La economía y el desempeño de las autoridades de gobierno, también se ven reflejados en los hallazgos pues 36 por ciento de los consultados no considera que tiene posibilidades de ascenso laboral, que su ingreso es bajo, las prestaciones reducidas, y que los espacios de creatividad son muy acotados.
“De nada sirve tener un altísimo Producto Interno Bruto si no se tiene un resultado directo en el bienestar subjetivo de las personas”, dijo durante la presentación el Dr. Millán.
La encuesta hecha en distintas regiones del país llevó a que un 75 por ciento de los participantes dieran una calificación baja al gobierno de su localidad, una gran mayoría (85 por ciento) percibe un ambiente corrupto.
Más de la mitad considera que ni los partidos políticos ni las autoridades respetan sus derechos (56 y 49 por ciento, respectivamente). Pero no sólo eso, el 31 por ciento piensa que tampoco los otros ciudadanos los toman en cuenta.
Por su parte, De la Riva Group, empresa de investigación que desde 2012 elabora rankings para medir el estado de ánimo de los mexicanos, registró en su índice anual del 2014, que el estado de ánimo social (IES) fue medio, con un 4.4 en una escala del cero al 10.
En su gráfica informó que un 40 por ciento de sus encuestados presentó un estado de ánimo positivo, en promedio. Sin Embargo, señaló que se observan importantes diferencias durante el año, pues el mes en el que se registró el estado de ánimo más alto fue febrero (48 por ciento), lo cual relacionan con el nombramiento de Alfredo Castillo como Comisionado de Michoacán.
Por el otro lado, el más bajo se vio en octubre, después de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, cuando sólo el 29 por ciento presentó un estado anímico favorable.