Al exigir la estabilidad de la divisa china Estados Unidos busca frustrar cualquier intento de Pekín por devaluar su moneda con el objetivo de amortiguar los aranceles impuestos por Washington. A lo largo del año pasado, el yuan llegó a devaluarse un 5 por ciento y en lo que llevamos de 2019, el yuan ha repuntado un 2 por ciento después de haber tocado mínimos de una década en su cruce con el dólar en octubre.
Por José Luis de Haro
Ciudad de México, 20 de febrero (Economía Hoy/SinEmbargo).- La nueva ronda de conversaciones entre funcionarios estadounidenses y chinos en Washington arrancó con la intención de la Administración del presidente, Donald Trump, de incluir una garantía de estabilidad de la divisa china como parte de un posible acuerdo comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Según fuentes citadas por Bloomberg, los equipos negociadores barajan cómo abordar las fluctuaciones cambiarias del yuan en el memorando de entendimiento que servirá de pilar para el posible acuerdo final al que puedan comprometerse Trump y su homólogo chino, Xi Jinping. Al exigir la estabilidad de la divisa china, Estados Unidos busca frustrar cualquier intento de Pekín por devaluar su moneda con el objetivo de amortiguar los aranceles impuestos por Washington.
A lo largo del año pasado, el yuan llegó a devaluarse un 5 por ciento, lo que levantó las sospechas de que Pekín podría estar interviniendo su divisa para minimizar el impacto de los gravámenes. En lo que llevamos de 2019, el yuan ha repuntado un 2 por ciento después de haber tocado mínimos de una década en su cruce con el dólar en octubre.
Los gravámenes a productos chinos servirían como una herramienta clave para asegurar que el gigante asiático cumple con este compromiso, ya que cualquier intento por manipular el precio del yuan resultaría en un incremento arancelario. Las negociaciones se extenderán hasta el viernes, pero el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y el viceprimer ministro chino, Liu He, se sumarán a la mesa un día antes.
La tregua comercial entre ambos países expirará el 1 de marzo. Si para entonces no hubiera avances, Estados Unido incrementará del 10 al 25 por ciento los aranceles sobre un catálogo de bienes chinos por valor de 200 mil millones de dólares.
Paralelamente, Washington negocia posibles acuerdos comerciales con la UE y Japón. La posibilidad de que Estados Unido pueda imponer aranceles a los vehículos extranjeros se ha convertido en un punto de fricción, sobre todo con Bruselas.
Las tensiones entre la Casa Blanca y Berlín también son patentes, ya que el Gobierno alemán está considerando permitir que Huawei participe en la construcción de la infraestructura 5G en el país, a pesar de las advertencias de seguridad lanzadas por la Administración Trump sobre los riesgos que plantea el gigante tecnológico chino.