El filme está basado en la historia de Don Alejo Garza Tamez, un empresario y cazador que tuvo que enfrentarse a un grupo de criminales que buscaba adueñarse de su rancho.
Ciudad de México, 19 de enero (EFE).- La directora mexicana Alejandra Márquez Abella llevará al Festival Internacional de Cine de Berlín preguntas fundamentales como «¿a quién le pertenece la tierra?» y «¿cómo se construye la masculinidad?» con su western neoxistencial titulado El norte sobre el vacío, según explicó en entrevista con Efe.
«Levantar preguntas como ¿de quién es la tierra?, ¿de quien la compra o de quien la trabaja, o de quién la habita? -como los animales-. Hemos construido una visión muy antropocéntrica al respecto en el que parece que la tierra es de nosotros los humanos», reflexiona la directora.
Abella forma parte de la sección Panorama de la Berlinale en la que también la acompañan directoras como Flávia Neves de Brasil y la ópera prima de Alauda Ruiz de Azúa.
«A mi me gusta decir que es un western neoxistencial, porque es como una película de vaqueros, pero en sí no es que sea un western, juega con el género», adelanta.
El norte sobre el vacío es el cuarto largometraje de Márquez, cineasta que causó gran revuelo con su filme Las niñas bien en 2019, en donde retrató a la sociedad elitista, clasista y racista mexicana desde la mirada femenina de los años 80.
Después, Alejandra recibió el guión del filme escrito por el actor y productor Gabriel Nuncio, y se sumó al proyecto también colaborando como guionista de la historia basada en un acontecimiento real que sucedió en el noreste de México en el Rancho San José de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
«Es una película con muchas capas, tiene una anécdota muy básica que profundiza un montón en temas como cómo se forma la masculinidad, qué papel tiene la valentía y el heroísmo en su construcción», replica.
El filme está basado en la historia de Don Alejo Garza Tamez, un empresario y cazador que tuvo que enfrentarse a un grupo de criminales que buscaba adueñarse de su rancho.
La película cuenta con las actuaciones de Gerardo Trejo Luna, Dolores Heredia, Raúl Briones, Paloma Petra, Juan Daniel García Treviño y Mayra Hermosillo.
NO REPETIRSE
Márquez busca la diversificación en cada uno de sus proyectos.
«A mí me gusta decir que no es que me gusten las historias de mujeres ricas, o de familias que van a la playa, o de señores vaqueros con problemas de actitud, lo que me gusta hacer es cine, descubrir nuevos mundos y no quedarme en lo mismo, pero (sus trabajos) tienen en común que soy una clavada en el lenguaje cinematográfico», asegura.
En estos tres años de distancia con Las niñas bien, Alejandra incursionó como directora de series de televisión para la serie de Netflix Narcos: México, y estuvo trabajando en una serie de corte feminista junto a las actrices Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Johanna Murillo a quien apoda «las tremendas niñas bien».
«Es sobre el mundo después del movimiento «Me too», las mujeres cuestionándose después de esta sacudida en donde hacemos visibles las heridas patriarcales que nos disciplinaron. Es un grupo de malas feministas atravesando por una especie de iluminación que las conducirá a lo que es la liberación», asegura.
HACER CINE EN INGLÉS
Por último, otro de los proyectos más esperados de la directora, es la película «A million miles away», en el que contará la historia del segundo astronauta de ascendencia mexicana, en llegar al espacio en una misión de la Nasa, José M. Hernández.
«El proyecto va muy bien, hemos estado trabajando mucho en el guión y estamos esperando que las fechas de todos cuadren», afirma.
Esta será su primer película totalmente en inglés y aunque sí representa un nuevo reto, también considera que es consecuencia de lo que ha estado cosechando en busca de expandirse.
«El trabajo que he hecho en los últimos años se ha enfocado a ese mundo, trabajo mucho en Estados Unidos y acá en México y trato de alcanzar más audiencias, al final de eso se trata», dice.
«Ojalá que los contenidos en español tuvieran acceso a mejores presupuesto, la ventaja de trabajar con los estadounidenses es que tienes acceso a más recursos y a más audiencia», concluye.