De acuerdo con el estudio, el consumo moderado de ambas bebidas podría proteger contra ictus y demencia.
Madrid, 19 de diciembre (Europa Press).- Beber café o té puede estar asociado a un menor riesgo de ictus y demencia, según un estudio sobre individuos sanos de entre 50 y 74 años que se publica en la revista de acceso abierto PLOS Medicine. El consumo de café también se asoció a un menor riesgo de demencia tras el ictus.
Los accidentes cerebrovasculares son acontecimientos que ponen en peligro la vida y causan el 10 por ciento de las muertes en todo el mundo, mientras la demencia constituye un problema sanitario mundial con una elevada carga económica y social. La demencia post-accidente cerebrovascular es una condición en la que los síntomas de demencia aparecen después de un accidente cerebrovascular.
Consumption of coffee and tea and risk of developing stroke, dementia, and poststroke dementia: A cohort study in the UK Biobank (open access)https://t.co/9ToJJ07wzN#aging #coffee #caffeine #tea
— Nick Krontiris (@nick_krontiris) November 19, 2021
El investigador Yuan Zhang y sus colegas de la Universidad Médica de Tianjin (China) estudiaron a 365 mil 682 participantes del Biobanco del Reino Unido, que fueron reclutados entre 2006 y 2010, y los siguieron hasta 2020. Al principio, los participantes informaron de su consumo de café y té. Durante el periodo de estudio, 5 mil 079 participantes desarrollaron demencia y 10 mil 053 experimentaron al menos un ictus.
Las personas que bebían de dos a tres tazas de café o de tres a cinco tazas de té al día, o una combinación de cuatro a seis tazas de café y té tuvieron la menor incidencia de ictus o demencia. Los individuos que bebían de dos a tres tazas de café y de dos a tres tazas de té al día tenían un riesgo 32 por ciento menor de sufrir un ictus y un riesgo 28 por ciento menor de padecer demencia en comparación con los que no bebían ni café ni té. La ingesta de café solo o en combinación con té también se asoció con un menor riesgo de demencia tras el accidente cerebrovascular.
El Biobanco del Reino Unido refleja una muestra relativamente sana en relación con la población general, lo que podría restringir la capacidad de generalizar estas asociaciones. Además, fueron relativamente pocas las personas que desarrollaron demencia o ictus, lo que puede dificultar la extrapolación exacta de las tasas a poblaciones más amplias.
Por último, aunque es posible que el consumo de café y té proteja contra el ictus, la demencia y la demencia posterior al ictus, esta causalidad no puede deducirse de las asociaciones. «Nuestros resultados sugieren que el consumo moderado de café y té por separado o en combinación se asoció con un menor riesgo de ictus y demencia», precisan.