“Su Gobierno puede salvar a la vaquita y poner el ejemplo para México y el mundo”, escribieron los científicos a López Obrador.
Por Mark Stevenson
Ciudad de México, 19 de diciembre (AP).- Un grupo de reconocidos científicos solicitó el miércoles al nuevo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tomar medidas sin precedentes y prohibir la posesión de redes agalleras en el alto Golfo de California para salvar a la vaquita marina de la extinción.
La vaquita marina es la marsopa más pequeña y amenazada del mundo, y sólo vive en el Golfo de California, también conocido como Mar de Cortez. Los expertos dicen que sólo quedan unos 15 ejemplares en estado silvestre, y nunca han sobrevivido en cautiverio.
La vaquita marina ha sido llevada al borde de la extinción por las redes agalleras colocadas ilegalmente para capturar totoaba, el pez cuya vejiga se vende a precios astronómicos y es considerada un manjar en China. Las vaquitas se enredan en las redes y se ahogan.
Aunque el Gobierno mexicano ha prohibido el uso de dichas redes en el territorio conocido de la vaquita, ha sido casi imposible velar el cumplimiento de esa ley.
Así que los científicos pidieron en una carta abierta a los principales funcionarios medioambientales de López Obrador que el Gobierno prohíba la posesión de redes agalleras en toda la zona. Los investigadores también pidieron patrullajes terrestres e inspecciones de barcos que están por zarpar para imponer la prohibición. Por ahora, las autoridades patrullan la zona, pero los pescadores furtivos con frecuencia huyen en lanchas rápidas y logran llegar a la orilla.
“Es la única opción para que la ley se cumpla efectivamente”, escribieron los científicos, que incluye a expertos como Barbara Taylor de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, y Omar Vidal del Fondo Mundial para la Naturaleza.
La carta también hizo un llamado al Gobierno “para proteger a las vaquitas marinas que todavía existen”, una tarea titánica, pero una que la reciente investigación sugiere que todavía puede lograrse.
En un recorrido realizado a finales de septiembre, los investigadores avistaron a seis o siete ejemplares, incluida una madre con su cría. Las observaciones sugirieron que las vaquitas que todavía viven están concentradas en un rectángulo de unos 20 x 40 kilómetros (12 x 15 millas), un área suficientemente pequeña que podría protegerse con bollas flotantes para que no pasen los barcos pequeños utilizados para la pesca ilegal.
“Su Gobierno puede salvar a la vaquita y poner el ejemplo para México y el mundo”, escribieron los científicos a López Obrador.