Nueve meses después de que el cuerpo de «Calcetitas rojas» fue hallado en Nezahualcóyotl, Estado de México, los supuestos madre y padrastro de la menor fueron detenidos.
Miembros de la familia de la pequeña se acercaron a la activista Frida Guerrero, quienes la reconocieron a partir del retrato que difundió. Ellos le comentaron que la menor en vida era llamada «Lupita», que tenía cinco años y que «sobrevivía al mundo de violencia que enfrentó desde el primer momento y que sólo hubo algunos días en los que alguien, que tuvo humanidad, le brindó felicidad».
Ciudad de México, 19 de diciembre (SinEmbargo).- Después de que los supuestos padres de la menor conocida como “Calcetitas rojas» fueran aprehendidos, los abogados de la familia de la niña y la activista Verónica Villalvazo exigieron a las autoridades llevar el debido proceso.
Octavio Armendariz y Cecilia Cruz, representantes jurídicos de la familia de “Calcetitas rojas», identificada hoy como “Lupita», informaron que antes de profundizar en el caso necesitaban confirmaciones por parte de las autoridades.
“Este caso es sumamente doloroso. No solamente este caso, todos los casos de feminicidios, pero en particular este ha sido un caso que ha lacerado el Estado de México porque el hecho de que una chiquita no sea reconocida por nueve meses es algo que nos debe de dejar muchas preguntas», dijo Cecilia Cruz frente al Palacio Municipal de Nezahualcóyotl, Estado de de México.
Los defensores pidieron a los medios de comunicación no difundir la supuesta fotografía de Lupita (al menos hasta que sea oficial y no se afecte a las indagatorias).
“Calcetitas rojas”, de 5 años, fue golpeada hasta la muerte y su cuerpo abandonado en Nezahualcóyotl, Estado de México, el pasado 18 de marzo. Durante 9 meses, nadie identificó el cadáver y nadie fue señalado por el crimen.
Veronica Villalvazo, la activista e investigadora del caso de la pequeña asesinada narra a SinEmbargo cómo llegó de aquel 18 de marzo hasta aquí.
-¿Cómo han sido estos nueve meses de búsqueda?
El 18 de marzo, encuentro la nota de la pequeña, y queda como documentación. El 22 de marzo hay una movilización por parte de algunas ONGs que se acercan al lugar donde la encontraron (en la avenida Bordo de Xochiaca).
El 23 de abril, me doy cuenta, al preguntar (a las autoridades), al dar seguimiento, y nos dicen que la niña sigue sin identificar. En ese momento, yo le solicito a la Fiscal, a la licenciada Irma Millan Velázquez, el rostro de la niña para ayudarles (a investigar, difundir, encontrar la verdad). Me dejó en visto, nunca me contestó. Y entonces empecé.
De la primera imagen que había no se podía sacar un rostro. No se veía bien la carita, era muy mala la calidad de la imagen. No se podía, era imposible.
Seguí todos los días haciendo la petición para que si alguien tenía información nos ayudara para dar con su imagen, un boceto, lo que pudiéramos sacar.
Al principio, la noticia ellos (las autoridades) quisieron manejarla como falsa. Yo mandé esa nota y esa foto a diferentes compañeros al interior de la República y me decían eso: la nota es falsa, la nota no es verdad. Desde ahí me di cuenta cuál iba a ser la postura por parte de estas autoridades. Sin embargo, seguimos.
En septiembre me entero, por tres fuentes diferentes, que la niña había sido ‘sepultada’ en una fosa común. Me alarmo, solicito más apoyo y me llegan, afortunadamente, tres fotos muy dolorosas. Y lamentablemente, a partir de esas imágenes, logró, con la ayuda de una dibujante, el primer boceto, que sale a la luz el 31 de octubre.
Ese mismo día (el 31 de octubre), la Fiscal central, Dilcya García Espinoza de los Monteros, da una entrevista a un medio y ella, orgullosamente, hace saber que la niña no fue sepultada en la fosa común, sino en una tumba privada. Yo me entero por medio de este medio y me traslado al panteón en Naucalpan, el panteón memorial. Hay una tumba, con el nombre de Angelita, con la fecha de la muerte de la niña, y nada más. No me pareció que haya sido lo correcto. ¿Por qué? Porque se debió haber hecho una ficha de identificación…
El día 15 de noviembre tenemos el segundo rostro que es este (señala a su playera), ayudados de una artista forense que se acercó y dijo: ‘sin cobrarte un peso, yo te ayudo’. Sale este segundo rostro y es el que da pie para que empiece a acercarse más gente.
Todo fue por redes. Todo esto fue por Facebook, por Twitter…finalmente me contacta la familia de la mamá (de ‘Calcetitas rojas’). Y empiezan las dudas, y las preguntas».
-¿La familia a la que identifican como la de «Calcetitas rojas» informó sobre algún nombre?
-Desgraciadamente no estaba registrada. Le decían Lupita, tenía 5 años.
Ahorita estamos esperando a que las autoridades terminen de hacer, ahora sí, lo que tienen que hacer. Es evidente que todo lo que se hizo, toda la investigación se le entregó. Cuando yo vi la carpeta en mis manos (de su propia investigación) supe que tenía que manejarlo con mucha cautela. No podía, aunque yo ya sabía que había una familia que estaba buscando una respuesta, decirlo.
Fue trabajar, hablar con ellos (con lo integrantes de la familia de «Calcetitas rojas»), que sintieran que no los voy a dejar solos, ni a la familia ni a los que coadyuvaron en todo esto.
Llegamos hasta este punto. Había un nombre, sí: Lupita. Es una historia de mucho dolor.
Me refieren muchas cosas de la niña, muchísimas. Cómo vivía, cómo andaba, infinidad de cosas, del cómo sobrevivía al mundo de violencia que enfrentó desde el primer momento y que sólo hubo algunos días en los que alguien, que tuvo humanidad, le brindó felicidad.
Un nombre, un rostro, en su momento yo voy a darlo a conocer. Con mucho gusto. La gente lo merece, los que han estado pendientes tienen que tener esta respuesta. Es muy lamentable ver que las autoridades no hicieron nada.
La niña merece justicia y que se sepa la verdad es primordial. Y como lo he dicho y me he dicho muchas veces, yo me comprometí con ella como ser humano y prometí no parar hasta encontrar su identidad, su rostro, a la familia, porque esto me iba a llevar a los responsables. No voy a parar.
-¿Cómo cierra 2017? Siguen apareciendo casos
Desgraciadamente es algo que pasa todos los días. Es grave. Ahorita me preguntaban sobre dos chicas calcinadas esta semana, y sí no nada más son dos. En este año, en el Estado de México, particularmente, ha habido mujeres calcinadas. Es todos los días, calcinadas, destazadas, violadas, asesinadas en sus casas, en los transportes.
No es posible que el mensaje a la mujeres en México sea: si sales o si no sales, te pueden asesinar en cualquier momento. Y no es responsabilizar completamente a las autoridades, también hay responsabilidad social, y mucha. ¿Por qué? La sociedad de repente no ve. Todo el mundo está ciego, sordo, todos dicen que no (saben).
Este caso [el de «Calcetitas rojas»] debe ser un parteaguas para saber qué pasa con la niñez y el tema del feminicidio. No sólo es un estado, es generalizado. Y es muy grave.
-¿Qué les dirías a las familias hoy?
No se cansen. Realmente en este país quienes investigan son las familias. Investigar, buscar, escuchar, acercar a las autoridades, hacerlo mediático. Griten. No se queden callados porque una de las cosas que les dicen (los encargados de investigar) es cállense, cuiden la información, que no salga la información que pueda perjudicar al caso. Exijan a las autoridades y ayuden, si es necesario, para mostrarles que sí se pueden hacer las cosas si se quiere.