Antes de viajar en avión siempre reviso el número de horas porque es igual a la ansiedad que tendré en el aire. Volar no me da miedo, pero ya en el avión siempre imagino situaciones fatalistas: un bebé que se asfixia (aunque esté seguro que no hay bebé abordo), la posibilidad de asfixiarme con un pedazo de galleta; un ataque terrorista hecho por un OVNI y el capitán que sale de la cabina para mostrar su identidad alienígena. Hace pocos días tomé un vuelo largo y en algún momento de ansiedad pensé en Bárbara Délano, poeta chilena que murió en un accidente aéreo el 2 de octubre de 1996. En vida escribió dos libros de poemas México – Santiago (1979) y El rumor de la niebla (1984). Bárbara siempre estuvo interesada por los movimientos sociales en México y en su país. Durante la década de 1980 en Chile fue integrante de la Federación Juvenil Socialista y en 1990 realizó un estudio sobre el asedio sexual a la mujer en el trabajo.
Leí a Bárbara Délano por primera vez en la antología Poesía chilena de hoy. De Parra a nuestros días. De Erwin Díaz y editado por el sello Metales Pesados. Encontré en este libro un poema que pensé que puede hablar de lo que se vive en la actualidad en México. Y claro, ella vivió casi la mitad de su vida ahí, algo de visionaria tuvo que tener.
«Un globo trojo en las manos de un niño
Un auto que sé detiene
Un hombre que muere
Una mujer compra el pan
Cinco hombres se mueren
Una bibliotecaria hace ssshht
Treinta hombres asesinados
Un obrero se arremanga la camisa
Cincuenta hombres desaparecidos
Una hoja cae de un árbol
El poeta da el último grito
Sus amigos aullan como una sirena
Camino al cementerio
Y las cosas ahí se quedaron
Esperando que su mano resucite
Para que este globo pájaro
Siga aleteando como un feto de gorrión
En el espacio celeste»
Yo me fui a encontrar el aleteo de los poemas de Bárbara varias décadas después. En un avión distinto, en el mismo espacio celeste.