Combinando drama con ligeros detalles de comedia y de épica deportiva, King Richard cuenta con Aunjanue Ellis, Jon Bernthal, Saniyya Sidney y Demi Singleton en el elenco, acompañando a un totalmente entregado Will Smith.
Por David Villafranca
Los Ángeles, 19 de noviembre (EFE).- Will Smith suena ya como cabeza de serie para los próximos Óscar con King Richard, una película sobre la insólita historia del padre de las tenistas Venus y Serena Williams y que ha firmado el director latino Reinaldo Marcus Green.
Todavía queda mucho para que se anuncien las nominaciones de los premios de la Academia de Hollywood, pero Smith, que ya fue candidato -sin estatuilla- por Ali (2001) y The Pursuit of Happyness (2006), aparece en todas las quinielas como mejor actor.
King Richard se estrena este viernes en EU en cines y HBO Max y ahonda en la figura de Richard Williams, el padre de las hermanas Williams y que, siendo estas muy jóvenes, diseñó un ambicioso y sorprendente plan para que alcanzaran lo más alto del tenis desde sus humildes y peligrosos orígenes en Compton (Los Ángeles, EU).
Combinando drama con ligeros detalles de comedia y de épica deportiva, King Richard cuenta en su estupendo elenco con Aunjanue Ellis, Jon Bernthal, Saniyya Sidney y Demi Singleton acompañando a un totalmente entregado Will Smith.
«Era una oportunidad de mostrar un lado de la familia Williams que no conocíamos», apuntó Reinaldo Marcus Green en una videollamada con Efe.
«Sabemos que Venus y Serena son dos de las mejores deportistas de la historia. ¿Pero qué más? ¿Cómo llegaron hasta ahí?», añadió el cineasta estadounidense de origen puertorriqueño sobre una película que cuenta como productoras con las dos tenistas.
MÉTODOS PECULIARES
King Richard muestra a un padre absolutamente convencido del talento de sus hijas con la raqueta y que no está dispuesto a que nada ni nadie se le interpusiera en el camino.
De entrada, las Williams tienen que abrirse paso en un deporte que en los años 90 era propio de familias blancas y ricas, así que la película recurre a esta historia para abordar temas como la desigualdad y la discriminación racial en Estados Unidos.
Green argumentó que Richard Williams era ante todo un padre que quería a sus hijas y que «dedicó incontables horas» de su tiempo a acompañarlas en las pistas de tenis.
«Eso no minusvalora el hecho de que era excéntrico a veces, heterodoxo y que hizo cosas que quizá algunas personas encuentren controvertidas», admitió.
Green, un director que está ganando peso en Hollywood tras cintas como Monsters and Men (2018) y que está preparando una película biográfica sobre Bob Marley, insistió en que King Richard tiene un alma más optimista que derrotista.
«Se enfoca en la alegría negra y la excelencia negra. Los Williams veían estos desafíos en su vida como oportunidades», dijo.
«Las hermanas pensaban: ‘Si he crecido en Compton, puedo triunfar donde sea’. Lo usaban como una fortaleza, lo usaban en su juego como tenistas, lo usaban como una ventaja. No se compadecían de sí mismas para nada. Abrazaron de verdad de dónde son y eso me encanta», explicó el cineasta al mencionar que su origen es similar ya que fue un niño negro y puertorriqueño en el Bronx de Nueva York (EU).
UN LEBRON JAMES DEL CINE
Aunque la verdadera pasión deportiva de Green es el béisbol y King Richard gira en torno al tenis, el director empleó una metáfora de la NBA para describir el rol de Will Smith como actor y productor de esta película.
«Yo le compararía con LeBron James, que no solo puede hacer mates y meter 40 puntos sino que también puede pasar el balón. Y verle pasar el balón a Will en esta película es tan emocionante como verle haciendo un mate», indicó.
El director se refería así a la «generosidad» de Smith y contó que, por ejemplo, el actor no se largaba en cuanto terminaba sus tomas sino que se quedaba en el set para ayudar y echar una mano en lo que hiciera falta.
En cualquier caso, Green elogió la pasión y el compromiso de Smith con su personaje, dijo que es un actor «increíble», y ensalzó su habilidad para interpretar un papel «complicado» e impredecible, ya que Richard Williams a veces era genial y otras parecía un insensato.
«No podría haber pedido a un mejor colaborador que Will. Es todo un caballero», finalizó el director.