Escuchar música a alto volumen incrementa los riegos de quedar sordos a una edad prematura, así como también, propicia la falta de concentración.
Por Christian Martínez y Priscila Chavarria
Ciudad de México, 19 de noviembre (Vanguardia/SinEmbargo).- Cada vez son más quienes encuentran agradable y útil usar audífonos. Si se sale a la calle y se observa con atención, se podrán ver a mujeres y jóvenes, adultos y hasta niños realizando sus labores diarias al ritmo de la canción que escuchan con esos aparatos pegados a sus oídos.
¿Y es que a quién no le gusta escuchar música a todo volumen mientras corre, trapea, camina, barre o hace de comer?
El uso de auriculares se ha extendido a lo largo del día y en cualquier espacio, no importa si se está en el trabajo, la escuela o la casa.
A esta generación no le llena una tarea y prefiere hacer mucho al mismo tiempo.
Tienen la idea —en parte equivocada— de que se puede comer, leer, correr, caminar, manipular objetos, escribir, escarbar, pintar una pared, estudiar, operar o conducir un auto al mismo tiempo que se escucha música a alto volumen, y sin que los afecte.
Y bueno, pues no.
Está más que demostrado que el uso de audífonos afecta nuestra concentración, pero sobre todo, daña nuestros oídos y en ocasiones pone en riesgo la vida misma, por ejemplo, al ir por la calle caminando y escuchando música, ya que de alguna manera se pierde la conexión con la realidad.
EL MAL QUE OÍMOS
Utilizar audífonos durante más de 8 horas y a un volumen superior a los 60 decibeles, puede provocar de manera gradual daños irreversibles en el sistema auditivo, que se manifestarán en la etapa adulta de la persona.
Los jóvenes de entre 15 y 24 años son quienes más incurren al uso de los teléfonos y computadores portátiles, juegos de video y demás dispositivos. Estas afecciones también suelen ocurrir a quienes permanecen expuestos al ruido laboral crónico.
“No sólo es preocupante el tiempo que pasan los jóvenes con estos aparatos, sino el volumen que utilizan; lo recomendable es no sobrepasar los 60 decibeles”, señala el doctor Roberto Torres Galindo, de la Clínica 2 del IMSS.
UN DAÑO IRREVERSIBLE
Una vez ocurrido el daño, la pérdida ocasionada no se puede recuperar; además, se debe considerar que al pasar de los años el oído humano tiene una degeneración por el envejecimiento; además de sumar las enfermedades crónicas que un individuo pueda presentar.
Se recomienda evitar el uso de estos equipos y ambientes ruidosos y hacer conciencia de la contaminación que genera el ruido por los altos decibeles de la música, además de las complicaciones ocasionadas en los jóvenes.
El tiempo en el que se presentan las consecuencias varía de acuerdo con la susceptibilidad de cada persona, en función del número de horas que se dediquen a esta tecnología y a la frecuencia con que lo hagan.
“En principio el paciente escucha, pero el daño le impide distinguir lo que la gente dice y por esta razón cada día requiere un volumen de sonido más alto, hasta que el daño es muy severo y entonces la enfermedad se hace evidente”, concluyó el especialista.
Existen cuatro etapas en el nivel de la lesión auditiva
Leve: El individuo pide que le repita algunas palabras.
Media: Oye un 50 por ciento de su audición, necesita que se le hable de frente, porque ya no escucha algunas palabras.
Severa: En este caso, el paciente ya tiene que usar un auxiliar auditivo para que aumente la intensidad del sonido.
Profunda: Es el grado más alto de lesión en el oído, es decir, es casi la pérdida completa de la audición.
SITUACIÓN
Cuando se lesiona al oído de manera súbita, pero durante períodos de tiempo cortos, el oído se recupera, sin embargo, si estos lapsos se repiten de manera constante pueden causar daños permanentes.
Audífonos, tan dañinos como el ruido de un jet.
Es bien sabido que la exposición al uso de auriculares durante largos periodos de tiempo y a volumen alto, puede causar pérdida de audición.
La mayoría de las investigaciones se han centrado en las fuentes relacionadas a actividades laborales, pero existe una creciente preocupación sobre el daño potencial causado por el uso de audífonos provocado por reproductores de audio digital, como teléfonos inteligentes, tabletas y reproductores mp3, sobre todo en la población joven que hace mal uso de estos aparatos y padece disfunciones precoces en la audición, entre otros problemas de salud.
Recientemente se publicó un estudio de la Universidad de Leicester, Inglaterra, donde aseguran que el uso de audífonos en aparatos portátiles a volumen alto podrían dañar nuestro oído de la misma manera que un motor de jet.
Esto se debe a que los ruidos fuertes dañan la capa que cubre las células nerviosas que transmiten las señales de sonido al cerebro, por lo que una exposición constante puede producir sordera permanente e irreversible.
CONSEJOS DE USO
No introduzcas demasiado los auriculares en tus oídos, debes ser capaz de poder girarlos con los dedos fácilmente.
Utiliza un volumen moderado, de tal manera que no se escuche aún fuera de los auriculares.
Cuando te los quites, sé cuidadoso y no jales con fuerza, ya que puedes dañar el tímpano. Se recomienda girar el tapón para extraerlo.
Cuanto más alto sea el sonido, menos tiempo se debe estar expuesto a él, el hecho de que el sonido no sea molesto, no significa que sea seguro.
Cuidado con los auriculares de espuma que se expanden en el interior de los oídos, generalmente ocasionan irritación, molestias y dolor. Si te provocan alguno de estos síntomas deja de utilizarlos.
El uso frecuente y prolongado de auriculares puede obstaculizar la circulación de la cera del oído, lo que puede ocasionar pérdida de la audición, dolor o infección. La cera que producimos todos los días se encarga de drenar los oídos.
Utiliza auriculares de buena calidad, aunque cuesten más. Sus ventajas radican en que gracias a su tecnología cancelan mejor el ruido exterior y te permiten escuchar mejor tu audio sin necesidad de subir el volumen. Dr. Benjamín Villaseñor
Oír y no ver:
LOS RIESGOS DE MOVERSE ESCUCHANDO MÚSICA
El consumo de material auditivo a través de dispositivos móviles se ha vuelto habitual en la ciudad y son principalmente los jóvenes quienes se mueven por las calles con sus auriculares puestos.
Detrás del gusto de acompañar con música el trayecto a casa, un viaje en autobús, o las labores domésticas, existen peligros que podrían poner en riesgo la integridad física de quien porta estos artefactos.
Al respecto, nos habla la psicóloga Sandra Espinoza, quien asegura es un mal que se extiende entre las personas de 30 años.
“Esto realmente es un problema que se va extendiendo en toda la población, y afecta en muchos aspectos, principalmente en cuestión de la convivencia y la percepción de la realidad.
“Quienes los utilizan se aíslan de su mundo exterior y no son conscientes de lo que sucede en su entorno, ¿esto qué provoca?, la factibilidad de ser víctima de un accidente”, advierte.
La también docente de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular, explicó que el aislamiento no sólo se refiere al modo físico, sino mental lo que provoca una nula atención a lo que acontece en su alrededor y por consiguiente una reacción rápida ante los peligros.
“Es una situación que vemos comúnmente cuando las personas andan en la calle con audífonos, no miden su campo de movimiento, van distraídos, y esto en definitiva pone en riesgo su integridad física”, manifestó la psicóloga quien afirmó que en su experiencia como automovilista, ha sido testigo de cómo algunos transeúntes cruzan las calles sin darse cuenta del flujo vehicular.
AFECCIONES EN LA SALUD
La psicóloga Sandra Espinoza detalló que utilizar estos accesorios móviles, también afectan la salud. “Hay disminución auditiva de manera prematura entre jóvenes que no rebasan ni los 25 años; pierden la percepción, se encierran tanto en su mundo que sufren de una distorsión de la realidad”, afirma.
Espinoza señaló que en otros sitios del mundo, el uso de auriculares en la calle son la principal causa de accidentes, por lo que se han implementado programas para concientizar a los jóvenes sobre el peligro al que someten ante un actividad común entre la población.
“Yo invitó a los padres de familia, tutores y hasta a los maestros que hablen con sus hijos al respecto, que los hagan conscientes de que al actuar de esta manera están poniendo en riesgo su propia vida; que las generaciones que no fueron atrapadas por la tecnología ayuden a la población que sí”.
Hace un par de meses una estudiante fue atropellada por una unidad del transporte urbano; ella presuntamente llevaba puestos unos audífonos.
UN HÁBITO COSTOSO
Tadeo Rojas es un joven de 21 años, que al igual que la mayoría de su rango de edad, gusta de escuchar música a todas horas y en todo su esplendor. Él comparte a Vanguardia que invierte alrededor de 17 hasta 20 horas de su día en escuchar música.
“Escucho música mañana, tarde y noche. Lo hago por comodidad mía y ajena, los demás no me molestan con su ruido y yo no molesto a los demás con el mío”, explicó agregando que gasta entre 150 y 500 pesos al mes en estos artefactos, ya que en ocasiones los rompe al realizar movimientos bruscos, y no puede pasar ni un solo día sin ellos.
Tadeo afirmó que al saber de lo contraproducente que puede resultar traer audífonos todo el día, utiliza un solo auricular cuando va por la calle.