Río de Janeiro, 19 Oct (Notimex).- El presidente del Congreso de los Diputados de Brasil, el conservador Eduardo Cunha, se encuentra en la cuerda floja ante la publicación de decenas de documentos que le involucran en la recepción de propinas vinculadas a Petrobras.
Cunha, tercero en la línea de poder y enemigo acérrimo de Dilma Rousseff, lleva meses en el centro de la polémica, después de que hasta tres imputados en el caso Petrobras y colaboradores de la policía le señalaran como uno de los políticos que se habría beneficiado del pago de propinas a cambio de la adjudicación de contratos.
El hábil y controvertido político está acusado desde agosto de corrupción y lavado de dinero por la fiscalía brasileña, y también es objeto de acusaciones por el ministerio público de Suiza que le atribuyen utilizar cuentas bancarias en el país europeo para recibir cinco millones de dólares ilícitos vinculados al caso Petrobras.
El fiscal general de Brasil, Rodrigo Janot, presentó en agosto un escrito de 80 páginas contra Cunha en el que le atribuye haber presionado en 2011 a empresas extranjeras como Samsung o Mitsui para que pagaran comisiones ilícitas de hasta 40 millones de dólares a cambio de que se les atribuyeran contratos de suministro a Petrobras.
Cunha, que sigue negando tener cuentas bancarias en el extranjero, está ahora en la cuerda floja, ante la publicación por la prensa brasileña de documentos bancarios en los que aparece su nombre y su firma en cuentas que habrían recibido pagos ilícitos por medio de empresas offshore de las que el político sería el beneficiario final.
Ello habría precipitado la pérdida de apoyos en la Cámara de Cunha, incluso en las propias filas de su formación, el Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ante la investigación del Consejo de Ética del Congreso que podría apartarle de la presidencia de la Cámara.
La semana pasada dos partidos políticos presentaron una denuncia contra Cunha por corrupción en el Consejo de Ética, una institución con 21 miembros que tiene la potestad de destituirle y que analizará en las próximas semanas su caso.
La prensa brasileña afirma que, en este escenario, el Ejecutivo brasileño de la presidenta Dilma Rousseff maniobra para que Cunha sea apartado del poder lo antes posible, lo que rebajaría las posibilidades de que la mandataria sea objeto de una votación para un eventual impeachment al que Cunha es favorable.
La Operación Lava Jato (Operación Limpieza, en portugués) que investiga el escándalo de desvío de fondos de Petrobras por medio de contratos sobrefacturados con suministradores de servicios ya afectó a 62 políticos, entre ellos ministros, gobernadores y parlamentarios en activo y retirados.
Además de Cunha, el presidente del Senado, Renan Calheiros, también fue señalado como receptor de las propinas por parte de uno de 3los imputados, Fernando Soares.
