Londres, 19 oct (EFE).- Los abogados del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, indicaron hoy que estudian «medidas legales» después de que se haya revelado que la fiscalía del Reino Unido pudo impedir supuestamente desde el principio que las autoridades suecas le interrogaran en Londres, lo que habría hecho avanzar su caso.
En un encuentro con un pequeño grupo de periodistas, los asesores de Assange mostraron su «conmoción» por esta noticia, difundida por la revista italiana «L’Espresso», y aseguraron que analizan posibles actuaciones legales en Suecia y el Reino Unido.
Los abogados sostienen que los correos electrónicos entre la fiscalía británica y la sueca obtenidos por «L’Espresso», fechados a partir de 2011, prueban que «la insistencia» de no interrogarle en la embajada de Ecuador en Londres, donde Assange está refugiado desde 2012, «procede del Reino Unido».
«Estos correos prueban que la fiscalía británica y la sueca tomaron una decisión deliberada para perjudicar a un defendido y, además, ocultaron (ante los tribunales) el motivo -lo que les daba ventaja táctica respecto a la defensa-, y demuestra que ello fue una decisión, aunque lo presentaron como una necesidad», argumentan.
Según los documentos obtenidos por «L’Espresso» al amparo de la ley de Libertad de Información sueca, y que ha podido ver Efe, el fiscal británico Paul Close aconseja el 25 de enero de 2011 a su colega sueca Marianne Ly que «no sería prudente» interrogar a Assange en el Reino Unido.
Días antes de que empezara el juicio de extradición del australiano, detenido en Londres el 7 de diciembre de 2010 a petición de Suecia, Close arguye que hacerlo desacreditaría a las autoridades suecas y «la defensa buscaría sin duda darle la vuelta a la cuestión para su beneficio».
Los abogados de Assange consideran que la fiscalía británica pudo extralimitarse en sus competencias al asesorar a la sueca en perjuicio de un procesado.
Otro correo del fiscal británico fechado el 13 de enero de 2011 reza: «Por favor, no piensen que el caso se está tratando como cualquier otra petición de extradición».
Assange expresó también hoy su «conmoción» por las implicaciones de los documentos, facilitados a «L’Espresso» por la Justicia de Suecia.
El 19 de junio de 2012, tras perder el proceso legal en el Reino Unido, Assange se refugió en la embajada en Londres de Ecuador -que después le concedió asilo político- para evitar ser extraditado a Suecia, que le reclama para interrogarle por presuntos delitos sexuales cometidos en 2010.
El australiano teme que, si es extraditado al país escandinavo, de ahí sería entregado a Estados Unidos, donde podría afrontar la pena de muerte por las revelaciones de su portal, que ha destapado secretos de Gobiernos de todo el mundo.
Assange ha pasado más de tres años encerrado en la embajada debido a la falta de acuerdo entre los países implicados, pues el Reino Unido se niega a facilitarle un salvoconducto para viajar a Ecuador y Suecia ha rechazado hasta ahora interrogarle en la legación diplomática.
La noticia conocida hoy de que la fiscalía británica, que supuestamente solo tiene la función de representar a la sueca en el proceso de extradición, pudo tratar de impedir que se celebrara una entrevista en Londres, lo que hubiera hecho avanzar el proceso, complica aún más el caso.
Los abogados de Assange se preguntaron hoy si «el Gobierno británico sabe» que la fiscalía nacional tomó esta posición parcial contra su cliente, que desde su detención ofreció ser interrogado en la embajada de Ecuador o mediante videoconferencia.
Actualmente, tras un cambio de actitud de Suecia, Assange espera ser interrogado en la legación diplomática en los próximos meses.