Kabul, 19 oct (EFE).- El Gobierno afgano se opone a que se lleve a cabo una investigación independiente del bombardeo que a principios de este mes causó 22 muertos en un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Kunduz, ya que, según el Ejecutivo, la organización no admite que hubiese talibanes en su interior.
«El Gobierno afgano cree que si hay una investigación independiente, no se descubrirá ni explicará la realidad», dijo a Efe una fuente gubernamental de alto nivel que pidió el anonimato, al detallar que por esa razón Kabul «no apoya» este tipo de procedimiento.
MSF exigió esa investigación tras condenar el bombardeo por fuerzas estadounidenses de un hospital de la organización en la ciudad nororiental de Kunduz, el 3 de octubre, entonces en manos de los talibanes, en un ataque que le costó la vida a 22 personas yq ue fue calificado por el Pentágono de «error» y por el que el Presidente estadounidense, Barack Obama, pidió disculpas a Médicos sin Fronteras.
La fuente del Gobierno afgano aseguró que tienen en su poder «información» que confirma la presencia de talibanes en el interior del hospital en el momento del bombardeo y dijo que el centro médico estaba siendo utilizado por los insurgentes para lanzar sus ataques.
«Tenemos información sobre esto, pero ellos (MSF) dicen que no había nada», aseveró la fuente para justificar el rechazo de Kabul a una investigación independiente.
El portavoz de MSF en Afganistán, Guilhem Molinie, aseguró a Efe que todavía no han recibido ninguna confirmación oficial a este respecto por parte del Ejecutivo afgano.
Médicos Sin Fronteras indicó el pasado miércoles que la Comisión Internacional Humanitaria de Ginebra había activado la investigación independiente del bombardeo, el primer paso para investigar el ataque a la espera de que Washington y Kabul accedan a la apertura del procedimiento.
Al menos 22 personas, doce de ellas personal de la ONG, perecieron el 3 de octubre en el bombardeo.
El ataque aéreo se produjo en el marco de la contraofensiva de las tropas afganas por recuperar la ciudad de Kunduz de manos de los talibanes, su mayor logro militar desde el fin de su régimen en 2001 tras la invasión de EU.
Poco después de los hechos, el portavoz del Ministerio del Interior afgano, Seddiq Seddiqi, justificó el bombardeo asegurando que «entre 10 y 15 terroristas se ocultaban en el hospital».