Un estudio publicado en la revista científica Nature revela que las ratas son capaces de expresar decepción y arrepentimiento.
Ciudad de México, 19 de octubre (SinEmbargo).– Una investigación realizada por científicos de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos, sugiere que las ratas, como los seres humanos, muestran decepción y además arrepentimiento. De acuerdo con los mismos, «la decepción [no implica cuál es la criatura que lo siente] implica el reconocimiento de que uno no obtuvo lo esperado y, en contraste, el arrepentimiento implica el reconocimiento de que una acción alternativa habría producido un resultado más valioso».
Para comprobar que estos roedores comparten estos «sentimientos», los estudiosos analizaron la actividad de la corteza orbitofrontal del animal, una parte del cerebro, con la que cuentan tanto las ratas como los primates no humanos, que se encuentra activa durante las expresiones de pesar e implicada en los cálculos de recompensa. Esta corteza, junto con el estriado ventral fueron monitoreadas durante una serie de situaciones en las que las ratas podían sentir decepción o arrepentimiento.
Según información recabada por National Geographic, durante el experimento, los estudiosos implantaron electrodos en los cerebros de cuatro roedores que habían sido previamente entrenados para recorrer un laberinto con igual número de pasillos, de los que tenían que obtener un alimento. «Al final de cada pasillo [se] colocaron alimentos con sabor a chocolate, cereza y plátano; en el cuarto pusieron un alimento sin sabor», indica el medio.
La gracia de esto es que, al parecer, las ratas demuestran preferencia por ciertos sabores, misma que se manifiesta en los patrones nerviosos de su cerebro al sentirlos, de modo que los científicos pudieron identificar el momento en que el roedor comparaba dos diferentes sabores.
Después, «al llegar a uno de [los pasillos], se emitía un sonido antes de recibir el alimento, que indicaba cuánto tendría que esperar [la rata] para conseguirlo (entre 1 y 45 segundos)». Una vez que el animal tenía que esperar por conseguir su bocadillo, «tenía que tomar una decisión: esperar el tiempo indicado antes de ir a por la comida o ir al siguiente punto».
Según el estudio, cuando los ratones se daban cuenta de que al cambiar de pasillo tendrían que esperar aún más para conseguir el alimento, los animales presentaron respuestas neuronales que indicaban que «pensaban en la opción anterior»: «las ratas miraban hacia atrás, hacia el pasillo anterior y el patrón de células nerviosas del cerebro que representaba la primera opción se iluminaba», señala el medio estadounidense.
Es como si la rata hubiese pensado algo como «¡Debí quedarme en el otro pasillo! ¡Ahí esperaría menos tiempo!».»La ratas miraron hacia atrás, hacia la opción perdida. Las células dentro de la corteza orbitofrontal y el estriado ventral representaban la acción perdida», indican los autores.
En cuanto a su reacción conductual, los estudiosos encontraron que las ratas se hicieron más propensas a esperar el tiempo necesario para obtener su alimento, y que una vez que podían comerlo, se apresuraban a comerla. En cambio, en el caso de las ratas que mostraban más bien decepción, los científicos encontraron que tenían una conducta diferente: «Algunas se sentaron a mirar la opción frente a ellas; otras visualizaron la siguiente. Esas ratas, según Redish [el autor principal], miraban al futuro», indica National Geographic.