Desierto sonoro, la última novela de la autora mexicana, relata el viaje por carretera en Estados Unidos de una familia en crisis que se entrecruza con el éxodo de niños migrantes. La novela ya entró en las listas de libros más vendidos en Estados Unidos y es candidata al Premio Booker.
La escritora reproduce en su libro, a través de las noticias que escuchan sus protagonistas en la radio, cómo cientos de niños van a ser deportados a Centroamérica. En este libro, Luiselli buscó «rescatar las voces de los que no llegan”.
Madrid, España, 19 de septiembre (EFE).- La autora mexicana afincada en Nueva York Valeria Luiselli ha escrito sobre los niños migrantes que cruzan solos a Estados Unidos y lo hace de nuevo en su novela Desierto sonoro en la que ha querido rescatar las voces «de los que no llegan», aunque asegura que no soporta la «literatura moralista«.
Desierto sonoro de Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983), publicada por Sexto Piso, relata el viaje por carretera en Estados Unidos de una familia en crisis que se entrecruza con el éxodo de niños migrantes, una novela que ha sido incluida entre las candidatas al Premio Booker.
En 2017 publicó también Los niños perdidos (Un ensayo en cuarenta preguntas) en el que a través de su experiencia como traductora en la Corte migratoria de Nueva York para la defensa de los niños inmigrantes contaba el proceso legal del que depende el futuro de los miles de menores centroamericanos que llegan a Estados Unidos.
Luiselli, que se encuentra en España por el lanzamiento de su novela, ha explicado a Efe que dar voz a los menores que han desaparecido en ese viaje es un «problema ético» y un trabajo creativo «muy complicado».
«No soporto la literatura moralista, pero sí creo en la que expone y demuestra, sin pontificar desde una altura moral», recalca esta autora, cuyo retrato de la infancia en Desierto sonoro ha entrado en las listas de libros más vendidos en Estados Unidos.
Un retrato también de una familia y un país a través de un viaje en carretera de una pareja junto a sus hijos de 10 y 5 años desde Nueva York hasta Arizona. Ambos son documentalistas y cada uno se concentra en un proyecto propio: él está tras los rastros de la última banda apache; ella busca documentar la diáspora de niños que llega a la frontera del país en busca de asilo.
Mientras el coche familiar atraviesa el vasto territorio norteamericano, los dos niños escuchan las conversaciones e historias de sus padres y a su manera confunden noticias de la crisis migratoria con la historia del genocidio de los pueblos originales de Norteamérica.
La escritora, que destaca la ausencia de cifras oficiales de estos menores migrantes, reproduce en su libro, a través de las noticias que van escuchando sus protagonistas en la radio, cómo cientos de niños van a ser deportados a Centroamérica desde un pequeño aeropuerto local.
Luiselli, que prepara un documento sonoro sobre la violencia en la frontera entre México y EU y los desaparecidos, considera que existe un cierto grado de tolerancia frente al sufrimiento ajeno.
La escritora mexicana cree que la crisis migratoria «está cambiando la cara» de Estados Unidos, un país que aunque ha actuado en ocasiones muy cruelmente contra sectores de la población «nunca en su historia reciente hasta ahora había encarcelado masivamente a niños que llegan pidiendo asilo».