Ciudad de México, 19 de septiembre (SinEmbargo/El Sur).– Familiares de Jhosivani Guerrero de la Cruz, uno de los 43 normalistas desaparecidos y cuyos restos fueron supuestamente identificados por expertos forenses de la Universidad de Innsbruk, Austria, dirigieron una carta a la titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Arely Gómez González, para reclamarle que publicara en los medios de comunicación los resultados de la investigación antes de hablar con ellos, como era su compromiso.
En el documento, reclaman a la Procuradora su “falta de ética profesional… por violar el compromiso que se tiene con el gobierno de dar información primero a las familias y después sacarla a los medios”.
Asimismo, la acusan de “querer hacer creer a la sociedad que los restos encontrados sí son de los normalistas”.
Los familiares de Jhosivani se declaran molestos porque se enteraron de la supuesta identificación de los restos del joven a través de los medios de comunicación, y porque ninguna autoridad, “se ha acercado a comunicarnos algo”.
“La Procuradora dio su informe asegurando que las muestras de ADN analizadas si corresponden en su totalidad a Jhosivani Guerrero de la Cruz, y de antemano ella tenía el conocimiento que el perfil genético es únicamente una semejanza a la familia”, reclaman en la carta.
Desde la divulgación de lo que el ex Procurador general de la República, Jesús Murillo Karam presentó como “la verdad histórica” del caso Ayotzinapa, que asegura que los cuerpos de los normalistas fueron quemados en un basurero de Cocula, y tras las inconsistencias y falsedades que se han demostrado, los padres de los normalistas son escépticos ante cualquier versión difundida por el gobierno federal sobre la detención y desaparición de los 43 normalistas.
“Hasta ahora no tenemos la certeza de los restos óseos sean de Jhosivani porque sabemos que el gobierno nos ha mentido muchas veces… De lo que sí estamos seguros (es de) que no descansaremos hasta saber la verdad y se castigue a los culpables, y seguiremos exigiendo que se continúe con las pruebas necesarias, hasta saber que esos fragmentos óseos si corresponde a Jhosivani”, advierten.
En el último párrafo del documento, los familiares de Jhosivani manifiestan que, “se nos hace mucha coincidencia que cuando supuestamente encuentran los restos de otro normalista detienen a la supuesta pieza clave del caso Ayotzinapa (…) El Cabo Gil”.
Margarito, padre de Jhovsivani, dijo en una entrevista a Vice vía telefónica que no él no confirmará la muerte de su hijo “hasta que yo no vea su cuerpo no será así”.
Margarito, el padre del segundo desaparecido identificado, es un campesino que trabaja en el vecindario de Omeapa, cerca de la escuela normal de Ayotzinapa. La policía local le pidió que asistiera a la morgue después de los ataques ocurridos durante el 26 y 27 de septiembre del año pasado. Los agentes lo contactaron porque algunos testigos creían que su hijo podría estar entre los cadáveres de tres estudiantes descubiertos la noche del 26, detalló ese medio digital.
El pasado 17 de septiembre, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que investiga la desaparición de los 43 normalistas desparecidos, afirmó que la coincidencia genética entre los restos entregados por la Procuraduría General de la República y la familia de Jhosivani Guerrero de la Cruz «es baja en términos estadísticos».
El EAAF, que actúa de forma independiente de las autoridades mexicanas tras la solicitud de los familiares de los estudiantes y de organizaciones sociales, comentó en un comunicado los resultados dados a conocer hoy por el Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Innsbruck, Austria.
El Instituto confirmó la identificación de los restos del segundo de los 43 estudiantes, de nombre Jhosivani Guerrero de la Cruz, mediante el análisis de ADN mitocondrial.
«Una muestra coincidió plenamente con los restos del estudiante identificado anteriormente (Alexander Mora Venancio), y la otra muestra coincidió con el ADN de la familia de otro estudiante mexicano desaparecido (Jhosivani Guerrero)», indicó el Instituto en un boletín.
En el comunicado la EAAF agrega que las «dos muestras provienen de la bolsa que según [la] PGR fue recuperada del Rio San Juan, en las afueras de Cocula. No provienen de restos recuperados en el basurero de Cocula», precisó.
Según la versión de la PGR, el 26 de septiembre del año pasado los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzipapa fueron detenidos por autoridades corruptas del municipio de Iguala, estado sureño de Guerrero, y entregados a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes los asesinaron e incineraron en el municipio vecino de Cocula.
Recientemente, el Grupo Interdisciplinario de la CIDH sacudió de raíz la llamada “verdad histórica”, un informe realizado por Murillo Karam en el que prácticamente daba por concluido el trabajo de búsqueda de los normalistas con la afirmación de que fueron quemados en ese basurero de Cocula.
El GIEI descubrió un quinto autobús que fue parte fundamental en la escena del crimen y que fue omitido por el informe de la PGR. Evidenció que miembros tanto del Ejército Mexicano como de la Policía Federal participaron en la persecución de los jóvenes el día que desaparecieron.