¿Has pensado poner un restaurante?, ¿qué tal aventarte a diseñar tu propia app? ¿O quizá apoyar a artesanos locales distribuyendo sus creaciones? Platicamos con siete emprendedores que recurrieron al crowdfunding para empujar sus proyectos, todos ellos con un delicioso sabor a México.
Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).– Los obstáculos para emprender en México son muchos: desde falta de apoyo de instituciones gubernamentales, trabas administrativas, falta de compromiso de las empresas y desinformación de los consumidores, sin embargo, cada vez se populariza más el crowdfunding o financiamiento colectivo, una opción para “entre todos” apoyar nuevos proyectos que también tienen en miras la gastronomía.
Probablemente para estas fechas has visto en algún restaurante, bar o mercado gourmet la botella roja de Mezcamaica, una bebida hecha con Jamaica, mezcal y miel de agave, que en 2013 buscó apoyo en la plataforma Fondeadora, ahí sus creadores llegaron a apenas el 31 por ciento de su meta, y consiguieron sólo 15 mil de los 50 mil pesos que pedían para acelerar su empresa. No obstante, los entonces estudiantes recién graduados del Tecnológico de Monterrey continuaron con su empresa que ahora distribuye en las principales bodegas de bebidas, supermercados, y llega a toda la República Mexicana.
Como este caso de éxito existen otros, unos más en proceso, y otros que no se dejaron vender por la falta de apoyo de la comunidad, Mundano platicó con algunos de ellos y esto fue lo que nos dijeron:
LA CONQUISTA DE LOS 300 PLATOS DE MOCTEZUMA
¿Te imaginas comer como un verdadero Tlatoani? El chef e historiador Rodrigo Llanes, en conjunto con Luis Equihua del Centro de Investigaciones en Diseño Industrial de la Facultad de Arquitectura de la UNAM quieren hacerlo posible.
“La tesis con la que me titulé se llama ‘Conquista a la carta’ que es una investigación histórica de cómo consiguieron alimento los españoles durante la Conquista y hay un capítulo dedicado a describir cómo comía Moctezuma, quien tenía una forma realmente suntuosa de comer: todos los días le servían 300 platillos distintos, era un desfile de todos los hijos de la nobleza que en el palacio iban mostrando el alimento, él seleccionaba con una varita a aquel que se le antojaba”, dice Rodrigo Llanes en entrevista con Mundano.
Cuenta que los platos llevaban un brasero debajo para que se mantuviera caliente la comida y la idea le surgió cuando vio que distintos colegas de todo el mundo fomentaban el diseño de vajillas, y consideró importante rescatar ese patrimonio para que la cocina mexicana tuviera también esa cuestión de investigación, diseño y rescate histórico.
“A mí me pareció que era un patrimonio cultural perdido de los mexicanos, pero que por sus características de sofisticación y suntuosidad merecía ser rescatado, porque después de la Conquista algunos trataron mantener cierto protocolo de esta forma de comer pero nunca llegaron a estos niveles, entonces con el paso de los siglos se perdió por completo”, dice.
Su campaña de dos meses en Fondeadora fue exitosa, pues consiguieron poco más de 120 mil pesos y desde hace cuatro meses trabajan en la manufactura de los platos, que tienen ya sus modelos impresos en 3D y donarán el diseño al Museo de Arte Popular, para que ellos se encarguen de la manufactura en serie y comercialización a través de su propia tienda.
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Pero entonces, ¿cómo vamos nosotros simples mortales a comer como Moctezuma? Los primeros afortunados serán los fondeadores que apoyaron la causa, seguidos de los comensales del restaurante de Rodrigo, llamado El Jolgorio.
“La vajilla siempre va a constar de un plato base que va en espejo, si tú estás sentado de un lado de la mesa y tu compañero enfrente las dos personas tienen el mismo plato base y al centro se van poniendo una serie de bandejas que van a llevar distintos alimentos en pequeñas porciones de degustación para que puedas escoger con base en lo que ves, hueles y lo que se te antoja dentro de seis platillos”, explica Llanes.
“Una vez que hayas terminado esa selección vamos a cambiar el plato base y la bandeja, vamos a llevar un alimento completamente distinto, y será una sucesión de cinco tiempos. Todos los menús van a tener primero seis sopas diferentes, luego van a tener seis tamales diferentes, luego seis guisados con salsas, luego se trata de temporadas, en la de secas (o sea, la época en la que no llueve) vamos a tener guisados a las brasas y si es de lluvias, tendremos productos frescos de la tierra, desde verduras crudas con ensaladas u hongos. Los menús van a terminar con seis postres distintos, de esa manera reproducimos los 30 guisados que le servían al Tlatoani y se van a servir en una mesa común de 20 comensales, si multiplicas los 30 guisados por 20 comensales tendrías 600 platos diferentes”, continúa.
“Yo siento que una plataforma como Fondeadora lo que está logrando es algo que antes parecía imposible, pues las aportaciones de instituciones que le pertenecen al Estado a proyectos culturales han ido disminuyendo de forma paulatina, entonces crear cosas nuevas se vuelve algo difícil si uno está supeditado a ese apoyo estatal, ha sido una maravilla saber que la gente puede lograr proyectos con aportaciones de manera individual, y las posibilidades para la creación cultural por este tipo de plataformas de crowdfunding, yo creo que van a ser las instituciones del futuro”, finaliza.
CAP CAFÉ, GRANOS MEXICANOS EN CÁPSULA
Cap Café es la propuesta de dos jóvenes emprendedores con una gran ambición: crear la primera alternativa mexicana de Nespresso. Conocemos esa máquina confeccionada por Nestlé, que en cuestión de segundos puede darte una bebida saborizada a través del café encapsulado, pero ¿por qué conformarnos con eso si México tiene granos de calidad?
Hablamos con Elías Rudoy, quien junto a Denise Kling formó la empresa Cap de Café en 2013, tras meses de la búsqueda de «la mejor muestra de café del país», el desarrollo de la fórmula de la cápsula y el diseño del empaque. «Actualmente ya vamos para más de tres años con el producto y estamos en la etapa de crecimiento, buscando clientes, distribuidores, algunos interesados en exportar y en llevarlos a diferentes partes del país, pues ahora la mayoría de nuestras ventas están localizadas en la Ciudad de México», dice.
Por ahora ofrecen seis variedades de cafés: Veracruz, Oaxaca, Chiapas, la mezcla de la casa, gran reserva, descafeinado y algunas ediciones especiales.
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«En Fondeadora no nos resultó tan bien, pues la gente que ya nos conocía yo creo que pensaban que Cap Café ya era una empresa establecida y no que estábamos buscando 200 mil pesos para crecer. Sí somos una empresa muy pequeña, y estábamos buscando ese dinero para poder crecer, para poder comprometernos para comprar mejor café con un solo productor y no comprando pequeñas cantidades. No es un proyecto, no es una idea, es un negocio, que tiene ventas, que tenemos empleados, ya hace seis meses que tenemos oficinas, venta al público, vendemos desde Comercial Mexicana hasta tiendas gourmet en Condesa, Roma, Pedregal”, continúa Elías, quien menciona que se pueden solicitar pedidos por correo electrónico o a través de Lineo.com y sus distribuidores en San Miguel de Allende, Mérida y Cancún.
Además de la falla en el financiamiento, Rudoy se ha topado con grandes obstáculos operativos: «Proveedores impuntuales. La mayoría queda mal, no son cumplidos […] En México todo es rogar, si son cadenas, gobierno, al policía. Pero hay muchas cosas buenas, hay café buenísimo, productores que están haciendo cosas padrísimas con el café, muchísimo potencial para el café mexicano».
CALABACITAS TIERNAS, SALUDABLES Y OAXAQUEÑAS
Fue allá por agosto del 2013 cuando a través de la plataforma de financiamiento colectivo Ideame, la chef Melissa Mena logró juntar apenas 30 mil de los 100 mil pesos que buscaba para abrir el restaurante Calabacitas Tiernas. No obstante el malogrado crowdfunding, hoy es una realidad.
Ubicado en el centro de Oaxaca, este comedor tiene varios objetivos que giran alrededor de la alimentación saludable y el apoyo a los productores locales. Su comida se concentra específicamente en tres tipos de dietas: la ovolácteovegetariana, la vegana y la paleo.
«Inicié el proyecto sola y a dos años de tener un local pequeño y caro, que no me generaba lo suficiente para sostenerme y poder crecer, decidí a finales de enero hacer una alianza con el Librespacio Cultural La Jícara, en dónde tengo más capacidad de mesas, horario extendido, más espacio para la venta de productos de productores locales, cocina más grande para los talleres, sin perder la visión y objetivos esenciales de Calabacitas Tiernas», cuenta Melissa a Mundano.
«Cuando inicié la campaña de crowdfunding fue desde la importancia de creer en el apoyo colectivo para poder hacer lo que nos gusta en la vida. Muchas veces tenemos grandes ideas o proyectos que se quedan archivados por la inmovilidad que genera la falta de recursos económicos. El proyecto de Calabacitas Tiernas inició con ésta motivación. Aunque su base sea la de desarrollar un negocio, el motor principal fue el de generar un espacio que brindara un bien colectivo al nutrir y mostrar diferentes vías de alimentación a cambio de un sustento digno para las que lo realizamos. Pero siento que las plataformas de crowdfunding se han vuelto una vía cada vez más difundida para recaudar fondos y en ese sentido se ha ido perdiendo el objetivo de los proyectos, ¿tienen un bien común o solo es un bien personal?», cuestiona la también especialista en desarrollo ambiental.
Sopa de hongos silvestres y setas con nopales; lasaña de elote, chile poblano y requesón en salsa de flor de calabaza; agua de tuna con hierbabuena y panqué de mamey es uno de los menús que a diario se pueden encontrar en el restaurante, donde además se ofrecen talleres, pero no ha sido un camino fácil: «Para mí –dice Melissa– lo más complicado ha sido la parte económica del día a día del proyecto, pago de renta de local, trámites burocráticos, permisos, Hacienda, etc. Tener comensales del diario y mantener la creatividad ha sido más sencillo, en el sentido de que Calabacitas Tiernas propone algo nuevo y diferente al resto de los restaurantes en Oaxaca, si bien podemos tener cosas en común, como el uso de insumos locales, el enfoque en la nutrición, la salud y el placer es algo que lo hace particular».
FUDSOM APP: COMER RICO Y EN OFERTA
Querían empezar con 100 mil pesos, pero en Fondeadora les aconsejaron tirarle en grande, y de una vez, ir por los 250 mil que necesitaban para desarrollar completamente un aplicación móvil. Para su fecha límite, habían ya conseguido 363 mil 800 pesos, es decir, habían fondeado su idea al 146 por ciento.
Humberto Sánchez Valencia y sus socios idearon Fudsom, un directorio de promociones que tenía un poco de Foursquare, otro poco de Google Maps, SinDelantal y Groupon, pero bajo la idea de que los usuarios puedan «salir a comer y ahorrar un poco de dinero».
En entrevista con Mundano, Sánchez Valencia informó que tras su exitosa campaña para comprar equipo de cómputo, renta de servidores, pago de licencias y registros de marca, están todavía en el desarrollo de la app. Empezaron mapeando la ciudad de Guadalajara con restaurantes reales con promociones ya existentes y sin letras chiquitas, para que posteriormente sean los propios locales de comida los que soliciten su entrada a la aplicación, para de manera gratuita poder publicar una promoción a la semana.
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Y entonces, ¿dónde está el negocio? Ah, pues en las microinversiones de publicidad que cada restaurante o franquicia podrá hacer dentro de la app. Así, existirán varios tipos de certificaciones, como la gold, con la que es posible publicar todos los días de la semana por 300 pesos. También es posible pagar, por ejemplo, 10 pesos al día para que la promoción salga hasta arriba de las recomendaciones, eso sí, sólo será visible para las personas que estén cerca del sitio, ya si quieres arrasar con toda una ciudad podrás pagar un banner.
Pero así como su campaña ha sido una de las más exitosas de la plataforma, también se han encontrado con varias trabas. «El primer obstáculo es que no hay mucha información, por ejemplo, de estas página de crowdfunding, de proyectos en el Inadem (Instituto Nacional de Emprendedores). Realmente la gente no se interesa por ser parte de proyectos innovadores, tratar de convencerlos de que inviertan en un proyecto de tecnología fue muy difícil porque es algo intangible, entonces cuando le proponíamos la opción de invertir y ser socios, todavía piensan que la tecnología no es redituable, siento que ese es un obstáculo grandísimo y súmale que no hay mucha información para jóvenes que quieren emprender, pero yo creo que ya ahorita hay una cultura más amplia, cada vez está creciendo la cultura del emprendedurismo. Desde que yo empecé a interesarme en el crowdfunding con Kickstarter, me encanta ver todos los proyectos porque son cosas que dices ‘wow, ¿a quién se le pudo imaginar eso?’ que si tú puedes ser parte de eso a mí se me hace genial», finaliza Humberto.
XAMĀN, NO ES TEQUILA NI ES MEZCAL
Kickstarter es la plataforma de crowdfunding más grande del mundo, y fue ahí donde Luis y Nancy Arias intentaron fondear su bebida 100 por ciento agave. Desafortunadamente, tras un mes de campaña, concluyó sin éxito, lo cual no fue un impedimento para que iniciara la producción de este destilado.
Luis cuenta a este sitio que Xamān es producto del ensamble de dos variedades de agave: Agave Azul Tequilana Weber y Angustifolia, también conocido como espadín, «el resultado de este ensamble es un destilado con intenso aroma a agave y sabor muy suave a pesar de tener 35 grados. La suavidad que caracteriza a Xamān se obtiene al someterlo a un proceso de oxigenación el cual, como pasa con los vinos de mesa, volatiliza los alcoholes más fuertes, manteniendo la graduación alcohólica».
Entonces, ¿es tequila o es mezcal? Pues ninguno de los dos, pues el primero se hace únicamente de Agave azul y éste de la mezcla de dos tipos. Y tampoco es mezcal porque debido a la denominación de origen de esta bebida, sólo los producidos en Oaxaca, Zacatecas, Michoacán, Guerrero, San Luis Potosí y Puebla pueden llamarse así.
Como sea, es una bebida distintas 100 por ciento hecha con agave y que ya se comercializa en sus versiones blanco y reposado y cuatro distintas presentaciones de botella.
CHALUPA STORE, ARTESANÍA DE DISEÑO DIRECTO A JAPÓN
Una colaboración entre diseñadores y artesanos, la elaboración de objetos decorativos y útiles, y una historia detrás de cada uno de ellos. Eso es Chalupa Store, la idea que nació cuando Mariel Lozano se fue a vivir a Tokio y junto a Marisol González y el diseñador Ariel Rojo se encuentra todavía en proceso de fondeo.
Aunque ya tienen un sitio de internet, Marisol dice en entrevista con Mundano que es necesario perfeccionarla, incorporar la tienda en línea, traducirla y hacerla capaz de extender sus ventas a más países además de Japón, su mercado principal al que decidieron llegar porque su socia se dio cuenta que allá no hay mucha noción ni acceso a la cultura mexicana.
Pero ellas no querían sólo exportar artesanías, sino mostrar todo el proceso intermedio. «Hicimos contacto con entre 15 y 20 diseñadores, esa etapa fue muy importante porque buscamos a los que estuvieran colaborando con artesanos mexicanos y nos interesó que aportaran a una comunidad o recuperaran técnicas artesanales típicas de nuestro país y además pudieran documentar ese proceso, para compartir el valor que hay detrás de cada pieza. Cada uno tiene una historia bien padre, comparten algo diferente dependiendo de la región que sea. Porque mandamos cosas de Oaxaca, Nayarit, Monterrey, de la Ciudad de México, de Guadalajara, y cada uno trae mucha historia. Queríamos mostrar eso, que además de ver mil caras del producto en la página pudieras también ver el proceso», dice González.
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Así, en su página se puede ver el nombre del artesano y del diseñador, la ciudad de donde viene, leer un poco de la técnica artesanal que se utiliza.
“Los diseñadores aprenden de los artesanos porque les comparten sus técnicas y el uso del material, y los diseñadores conocen las necesidades del mercado actual, saben qué está funcionando, qué necesita la gente por su estilo de vida hoy en día. Es una colaboración padre porque los dos aprenden, finalmente el punto es que los artesanos entiendan las necesidades de la gente y puedan hacer productos comercializables. No son artesanías porque lleva un proceso de diseño atrás y sí hay un artesano, pero es algo que no es nada más un souvenir, es un objeto funcional y además tenemos que evaluar que funcione para Japón», dice.
AK PULQUE EMBOTELLADO
Neutle artesanal juntó en agosto del año pasado 28 mil pesos en Fondeadora, se trataba de un grupo de jóvenes que en alianza con familias pulqueras elaboraban productos hechos con aguamiel, es decir: pulque, curados, salsas, mermeladas, pan…
Hoy en día están basados en Querétaro, desde donde hacen reuniones pulqueras o levantan pedidos de los curados de temporada, hay de zarzamora con arándanos, guayaba – fresa, apio – pepino, mango.
Además, ponen su stand en eventos especiales y viajan a otras partes de la República con sus productos, siempre resaltando los beneficios nutricionales del corazón de maguey
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