Hasta el jueves pasado, las autoridades han confirmado el hallazgo de diez cadáveres: tres muertos dentro de la finca, cuatro enterrados y otros tres en bolsas que estaban en fosas clandestinas. Los peritos forenses no descartan localizar más osamentas y continuaban en busca de más restos.
Ciudad de México, 19 de julio (SinEmbargo).- Hasta hace poco más de un mes, todos los días un joven vigilaba la finca de la calle Reforma, en Santa Cruz de las Huertas, en Tonalá, Jalisco, los dueños le pagaban por cuidar. Sin embargo, de un tiempo para acá, los vecinos dejaron de verlo. Y este sábado la Policía Federal descubrió una casa de seguridad en dicho terreno en el que se confirmó el hallazgo de al menos 10 cuerpos.
De acuerdo con información disponible, la finca era empleada por presuntos secuestradores, quienes ingresaban a sus víctimas para torturarlas y, en caso de no pagar los rescates, asesinarlas. Luego las enterraban en el patio de unos 200 metros cuadrados.
Una vez que se hicieron los estudios de rigor, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses dio a conocer que los cadáveres localizados pertenecen a siete hombres y tres mujeres.
Por su parte, Ricardo Franco, director de Comunicación Social de la Fiscalía, explicó que los restos estaban dentro de bolsas negras, enterrados en el patio del domicilio en la Colonia Santa Cruz de las Huertas.
«Hemos encontrado algunos que se han encontrado mutilados, otros están completos», aclaró.
Cabe mencionar que el pasado 13 de julio, policías federales iniciaron las investigaciones en la casa, y en ese momento hallaron tres cadáveres en habitaciones; mientras que el resto estaban sepultados en el patio.
«Es variado, en realidad no hay como una superficie pareja para los restos, se han encontrado a diferentes profundidades», agregó.
Según las declaraciones de un vecino, en alguna ocasión una visita suya quedó aterrada al escuchar los gritos de una persona al interior del domicilio.
«Una vez mi hijo tuvo amigos que estaban sentados aquí (en la banqueta) y los amigos empezaron a oír los gritos, ‘¿viste qué gritos tan feos?’, y dijo mi hijo, ‘sí’, y agarraron y mejor se fueron por cómo se escuchaban. Ahora caemos que a lo mejor era gente que torturaban».
Hasta el jueves pasado, las autoridades confirmaron el hallazgo de diez cadáveres: tres muertos dentro de la finca, cuatro enterrados y otros tres en bolsas que estaban en fosas clandestinas. Los peritos forenses no descartan localizar más osamentas y continuaban en busca de más restos.