El crecimiento de México se encuentra trunco. La corrupción en todos los niveles y la falta de inversión pública estanca el salario de los trabajadores e impacta en la productividad y el crecimiento de empresas que generan empleos. Este ritmo que se ha vuelto una «trampa» para los mexicanos y podría llevar al país a años oscuros con una posible esperanza hasta el año 2064.
Por Daniela Barragán y Dulce Olvera
Ciudad de México, 19 de junio (SinEmbargo).- La investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Eva Arceo, dijo hoy que México está en «la trampa» del ingreso bajo desde hace al menos 25 años y, al ritmo de crecimiento actual, hasta 2064 podría mejorar.
«Los trabajadores no están recibiendo los beneficios de su actividad laboral», aseguró.
A pesar de la Reforma Educativa y Energética, afirmó, no se han cosechado los beneficios por un Estado «capturado» por la corrupción en todos los niveles.
Mónica Aspe, de la OCDE, matizó al asegurar que se debe ser cuidadosos al revisar los puntos positivos de las reformas, sobre todo la de telecomunicaciones en cuanto a infraestructura y mayor competencia.
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Además, agregó Eva Arceo, hay falta de inversión pública, lo que impacta la productividad y el crecimiento de empresas que generan empleos.
Como ejemplo, el académico Bai Chong-En expuso que de 1978 a 2007 China, la segunda potencia mundial, creció a una tasa promedio de 10 por ciento porque el gobierno apoyó a las empresas constructoras, una de las actividades más importantes del país asiático.
En este panorama, Arceo destacó que el salario y la pobreza en México han estado estancados desde 1992 y esta situación económica está correlacionada incluso con el color de la piel.
Ante ello, recordó la responsabilidad del Estado de nivelar la igualdad de acceso a la salud y educación gratuita y universal, empezando con capacitar a los docentes.
Jorge Suárez Vélez, del ITAM, dijo que incentivar la productividad de las empresas es clave contra la informalidad (más de la mitad de los mexicanos laboran sin seguridad social) y los salarios precarios.
Coincidió en que los resultados de las reformas estructurales se ven limitados por la corrupción y ausencia de Estado de Derecho, ya que disminuye la certeza a los inversionistas para hacer negocio en el país.
LA TURBA POPULISTA
En el marco del mismo evento, Tim Beasley del Institute of Global Affairs, comentó que actualmente la forma en que se presenta el populismo es posterior a una ruptura total con el pasado y con las instituciones y siempre se instaura a partir del desencanto.
«El gobierno tiene el derecho legítimo de gobernar y puede pedir la obediencia de los ciudadanos. Las instituciones son producto de la historia de los países y el problema que el populismo les trae es severo, porque no se trata de las preferencias políticas, sino crear una élite política», comentó en conferencia.
Por otra parte, Enrique Cárdenas director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), aseguró que el populismo siempre atacará los síntomas con caminos muy cortos, evitando el dolor de cambio real, «está caracterizado por promesas y más promesas, quien lo instaura trata de mantenerse en el poder de manera directa o indirectamente».
Para detenerlo, agregó, un país debe tener información, prensa fuerte, instituciones independientes y confiables, con capacidad de hacer justicia, instituciones de estadística que no sean vulnerables, un acceso a la información pública, verdadero y abierto y finalmente, un liderazgo.
Para el experto Robert Johnson la palabra populismo siempre tiene el aura de una turba tonta y enojada y lo definió como la deformación de la democracia que se excedió un límite, son los síntomas de la desesperación, de que las cosas se han descuidado por mucho tiempo.