El Servicio de Inteligencia surcoreana supone que no todos los casos de «fiebre» reportados por el Gobierno de Corea del Norte corresponden a COVID-19, pues también podría ser sarampión o fiebres tifoideas.
Seúl, 19 may (EFE).- El Servicio Nacional de Inteligencia (NIS) surcoreano cree que la actual ola de COVID en Corea del Norte alcanzará su pico entre finales de mayo y principios de junio y que no todos los casos sospechosos de «fiebres» que está reportando el régimen son debido al coronavirus.
En sesión informativa con el Comité Parlamentario de Inteligencia, representantes del NIS consideraron que la actual ola comenzará a debilitarse entre dos y cuatro semanas y que muchas de esas «fiebres» (el régimen apenas tiene capacidad para testar) se deben al sarampión o fiebres tifoideas.
El NIS considera que ambas enfermedades ya estaban en circulación cuando la subvariante Ómicron BA.2 comenzó a propagarse, tal y como dice el régimen, a final de abril y que por ello se están contabilizando también.
Según los datos facilitados hoy por Corea del Norte, 1.97 millones de norcoreanos (casi el ocho por ciento de la población) han contraído en las últimas tres semanas «fiebres».
Esas cifras apuntan a una transmisión muy rápida de la COVID en un país en el que la movilidad geográfica está muy reducida por la limitaciones que impone el régimen y la falta de infraestructura.
A su vez, los fallecimientos (63 hasta ahora) indican una mortalidad excesivamente baja en comparación con la países que han sufrido el embate de ómicron.
El NIS estima además que el régimen está notificando tantos casos para tranquilizar a la población y hacer saber que está haciendo un seguimiento de los contagios.
En cuanto a sistemas de cuarentena, la inteligencia surcoreana cree que la mayoría de gente con fiebre es aislada en colegios u otros recintos y que se les da el alta en cuanto les baja la temperatura.
A su vez, estima que la vía de entrada del virus aparenta ser la línea férrea entre la ciudad china de Dandong y la norcoreana de Sinuiju, único enlace por tierra que estaba abierto entre ambos países —Pionyang ordenó su clausura ante el incremento de casos en el país vecino— a través del cual Corea del Norte obtenía buena parte de sus importaciones.
El NIS da por hecho que Pionyang ha rechazado ya de pleno la ayuda humanitaria de Seúl y Washington, y que ambos serían «los últimos en la lista» de posibles donantes dado el nulo interés norcoreano en reparar lazos.
China y las organizaciones internacionales parecen ser la opción más viable, cree el NIS, que afirma que el régimen considera que podrá controlar la situación si obtiene ayuda de estos dos actores.