«Figuras como Sauron no son modelos, son estereotipos que uno debería considerar como ejemplos, en algunos aspectos, del liderazgo», apunta Harri V. Hietikko.
Por Aldo Mas
Ciudad de México, 19 de marzo (ElDiario.es/SinEmbargo).– A la célebre trilogía de El señor de los anillos no solo se la puede considerar una obra cumbre de la literatura de fantasía épica. Bien es cierto que las historias de la Tierra Media que ahí narraba J.R.R. Tolkien tienen que ver con un universo único, creado por un autor cuya obra sigue ganando adeptos. Pero resulta que El señor de los anillos también puede leerse como una fuente de conocimiento sobre conceptos como «el poder, el liderazgo, la esperanza y el hundimiento».
Así lo cree el finlandés Harri V. Hietikko. A diario, es un gestor de desarrollo urbano en la ciudad de Vasa, urbe portuaria del este de Finlandia en la que nació en 1970. Pero además este hombre de 48 años, que también se dedica a la escritura, defiende que, gracias a las fantasías de Tolkien, se puede aprender mucho de nuestra realidad diaria.
«Muchos lugares de trabajo son, de algún modo, como cortes de castillos en los que la gente trata de ganar la atención del rey o el trono», dice Hietikko a eldiario.es. «El libro saca ideas de un mundo fantástico en el que, pese toda la irrealidad que lo gobierna, es a menudo una descripción más certera de fenómenos reales que los gráficos y los libros tradicionales sobre liderazgo», abunda.
En su volumen se describen conceptos como «el liderazgo hechicero». Es el tipo de liderazgo que pone en marcha un «individuo que encuentra su ‘yo’ verdadero y aprende a usar diferentes técnicas de liderazgo. Tan diferentes que incluso pueden llegar a ser contradictorias», explica Hietikko. A su entender, Sauron, el supervillano de El señor de los anillos al que se atribuye la forma de un gran ojo sobre la fortaleza de Barad-dûr en Mordor, no es el mejor jefe.
«Figuras como Sauron no son modelos, son estereotipos que uno debería considerar como ejemplos, en algunos aspectos, del liderazgo», apunta Hetikko. Si en la gestión el jefe se identifica con el «estereotipo de Sauron», eso significa, por ejemplo, «que tiene una misión clara pero no tiene buenos planes», dice Hetikko. Sauron no se sale con la suya en El señor de los anillos.
«Si eres como Sauron, sabes cuál es tu objetivo y que si lo consigues no habrá problemas para pagar pluses o recompensas. El problema es que tienes dificultades a la hora de compartir tu conocimiento con tu equipo», abunda el autor finlandés. Sauron, descrito como un gran amante del orden por Tolkien, pudo tener a su disposición infinidad de ejércitos de orcos, incluso a hombres que tomó por esclavos. Pero nunca se comunicó bien con ellos ni tampoco se mezcló del todo bien con un mundo donde orden y confusión están condenados a coexistir.
Además, los jefes a lo Sauron no saben adaptarse ante cambios radicales. «Si eres un líder como Sauron, no eres el mejor para hacer nuevos planes, por lo que te dedicas a echar la culpa a los miembros de tu equipo», asegura el autor.
FRODO, SAURON Y MERKEL
Pero Hietikko, que descubrió bastante tarde el universo de Tolkien – no empezó leyendo los libros, sino viendo en el cine la trilogía de Peter Jackson recién entrado en la treintena – considera que la obra más mítica de Tolkien encuentra hasta cierto punto un buen reflejo en la realidad política actual. De hecho, Hietikko accede a comparar en clave satírica a notables del relato de Tolkien con los principales líderes de la política internacional.
«Donald Trump sería como Frodo», asegura, «porque llegó a la política por accidente. Hay quien dice que él ni siquiera quería ser presidente. Tampoco Frodo quería llevar el anillo. Donald Trump está en su particular camino al Monte de Fuego para hacer su trabajo, el que sea, y parece estar bastante solo», dice Hietikko, aludiendo al hobbit que acabó con el anillo de poder de Sauron arrojándolo al volcán de Mordor. «Como Frodo, pienso que Trump no siempre está seguro de lo que está haciendo», subraya Hietikko.
Para el autor finlandés, la figura más parecida a Sauron del tablero geopolítico internacional es el presidente ruso Vladimir Putin. «Al menos lo es así en los medios de comunicación occidentales», y el caso es que «los dos vienen del nebuloso este», plantea Hietikko sobre Putin. En esta lógica inspirada del El señor de los anillos, Macron sería como Aragorn, «un joven guerrero que quiere ser rey y que después se da cuenta que es más fácil ser un líder de guerrilla que estar en el poder», mientras que Merkel es una suerte de Galadriel, según Hietikko.
Alude el autor a la que Tolkien consideraba «la más grande de todas las elfas». Como Merkel ahora, de acuerdo con Hietikko, la canciller y Galadriel «tienen mucha experiencia», pero ambas parecen «cansadas».
Dejando de lado la sátira, el autor está convencido, por otra parte, de que «hombres, elfos, orcos y hobbits son el reflejo de sus propios líderes». Si es gracias a estos últimos –en concreto gracias a Frodo– que Sauron pierde la batalla decisiva por el anillo, es también porque los hobbits están llenos de «esperanza». Se podría decir incluso de «esperanza ingenua», un estado de ánimo que también tiene su utilidad para el escritor. El mago «Gandalf suele decir [sobre los hobbits, ndlr.]: ‘incluso el más sabio no ve venir el final’. Algo que significa que siempre hay esperanza», concluye Hietikko.