David Pastor Vico, o Vico como se le conoce, habló con SinEmbargo, sobre su más reciente proyecto: “Filosofía de supervivencia”, un podcast que puede ser escuchando en Himalaya y que tiene el objetivo de resolver dudas que apremian a la sociedad actual.
Ciudad de México, 19 de febrero (SinEmbargo).– La pandemia ha representado un reto para la sociedad que de un momento para otro vio su estilo de vida cambiado. La situación ha llevado a más de uno a replantearse sobre lo que ocurre con el entorno, la sociedad y uno mismo. Es en este punto que el escritor, filósofo y divulgador David Pastor Vico ofrece una serie de planteamientos desde el campo de la Filosofía para poder sobrevivir en estos tiempos aciagos.
“Es precisamente la Filosofía la que sale en salvaguarda de los seres humanos. Decía Séneca aquella frase maravillosa de: ‘los médicos son los sanadores del cuerpo, los filósofos somos los sanadores del alma’”, comentó en entrevista Vico, como es más conocido, en relación al proyecto que trae entre manos: el podcast “Filosofía de supervivencia” que puede ser escuchado en la plataforma Himalaya.
En esta audio serie que consta de 10 capítulos Vico, con su ya conocido estilo expresivo, habla sobre temas fundamentales como la confianza, la responsabilidad, la salud mental, el pensamiento crítico, la generación de cristal, la sociedad el conocimiento, entre otros, siempre desde el punto de vista de la Filosofía y con el objetivo de resolver dudas que apremian a la sociedad actual.
“Después del éxito de “Yo te explico Filosofía”, que era el abordaje de los grandes temas de la historia de la Filosofía o algunos de ellos. Entonces me dijeron: ¿Cómo damos una herramienta útil a nuestros escuchas? Y bueno pues fue plantearnos 10 capítulos, donde nos acercáramos desde mi planteamiento filosófico y mi análisis de la realidad a los temas más candentes y dar contestación, y por lo menos indicar un camino”, compartió.
De esta manera, por ejemplo, cómo tenemos grandes problemas de falta de confianza en el mundo y esto repercute en la falta de responsabilidad y en muy mal manejo del pensamiento crítico. “No hay posibilidad de pensar críticamente desde la soledad y el ostracismo. Necesitamos confiar en los demás, tener sociedades fuertes, sociedades no tan vulnerables, y esto nos ayuda a salir”.
Además, Vico explicó que en un tiempo donde la salud mental se ha visto de nuevo afectada, como ha ocurrido en otros episodios de la Historia de la humanidad, “es momento de dar un paso adelante desde la Filosofía y ayudar a la gente para que salga de este trance lo mejor que pueda”.
Por otra parte, expresó que pese a vivir en una época donde el conocimiento está al alcance de un click esto no ha implicado que todo el mundo quiera ese conocimiento “porque en el fondo estamos pasando por una era, que yo denomino la era de la idiotez o la era de los idiotas”.
“Y no por la concepción moderna que tenemos de ese concepto. Vamos a explicarlo bien. Idiota es un término griego que define a aquella persona que se aleja de los aspectos públicos, de la vida pública, y que sólo se preocupa de sí misma”, precisó.
Al igual que en estos temas, Vico desmontó durante la plática las falsas ideas que existen sobre la llamada generación de cristal: “Yo rompo una lanza a favor de esa nueva generación. Odio el concepto de generación de cristal, y aún más detesto el de la generación de mazapán, y creo que estamos haciendo un flaquísimo favor a las nuevas generaciones insultándolas de ese modo”.
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—¿Cómo nos ayuda la Filosofía a sobrevivir?
—Lo que he hecho, mi compromiso con el público, ha sido dar contestación a esa pregunta, de hecho si vemos la historia de la Filosofía y nos acercamos a los pensadores más clásicos desde Platón a Aristóteles, vemos que lo que hace Aristóteles en su libro Ética a Nicómaco es intentar dar soluciones a su hijo para poder llegar a ser feliz y le da soluciones muy concretas, como tener amigos, que es algo que planteo y dar contestación a muchas preguntas.
En Himalaya, después del éxito de “Yo te explico Filosofía”, que era el abordaje de los grandes temas de la historia de la Filosofía o algunos de ellos. Entonces me dijeron: ¿Cómo damos una herramienta útil a nuestros escuchas? Y bueno pues fue plantearnos 10 capítulos, donde nos acercáramos desde mi planteamiento filosófico y mi análisis de la realidad a los temas más candentes y dar contestación, y por lo menos indicar un camino.
Así es como surge “Filosofía de supervivencia” y ese ha sido el hilo conductor de toda esta serie.
—En la serie abordas además, entre otros temas, la confianza, la responsabilidad y el pensamiento crítico, ¿cómo han cambiado estas ideas en la actualidad?
—Han cambiado muchísimo desde los vaticinios que yo hice en Filosofía para desconfiados (Planeta, 2019), donde al final del libro yo hablaba de tres escenarios apocalípticos que pondrían en jaque al mundo. Uno de los escenarios que planteaba era la pandemia, una posible llegada de una pandemia. Esto sale publicado en junio de 2019 y poco tiempo después nos llegó el golpe en las narices.
La falta de confianza interpersonal ha motivado mucho en mi último libro de Ética y va de la mano de la falta de responsabilidad social en una sociedad que no confiaba en los demás, en una sociedad que no iba a ser responsable. Y de estos lodos, el golpe de realidad que nos hemos llevado es que muy pocos países han sido capaces de salir adelante por sus propios medios de la pandemia y han tenido que esperar la llegada de mamá ciencia para salvarnos del agujero y esta es una de las cosas que yo evidencio en estos podcasts de “Filosofía de supervivencia”.
Tenemos grandes problemas de falta de confianza en el mundo y esto repercute en la falta de responsabilidad y en muy mal manejo del pensamiento crítico. No hay posibilidad de pensar críticamente desde la soledad y el ostracismo. Necesitamos confiar en los demás, tener sociedades fuertes, sociedades no tan vulnerables, y esto nos ayuda a salir. Lo pongo como ejemplo en uno de los capítulos de cómo Finlandia es un ejemplo en el alto índice de confianza interpersonal y por ende alto índice de responsabilidad social. Ellos sólo han tenido una ola pandémicas y aquí en México vamos por la cuarta y en la Europa no escandinava van por la sexta. Buenos, pues apliquemos el pensamiento crítico y veamos en qué estamos fallando. Estas son reflexiones que se van a encontrar en esta serie de podcast.
—Por otra parte tocas la cuestión de la salud mental. Esta es una de las principales afectadas ahora en la pandemia. ¿Hay algún antecedente en alguna otra época en el que se viera afectada la salud mental?
—Pues sí que la ha habido y muchas veces más de lo que nos podamos imaginar. De hecho, basta con leer el Decameron de Giovanni Boccaccio, que es justo en la gran peste europea para darnos cuenta de estos problemas. Este libro tiende mucho a la búsqueda y a la evasión sexual, pero tenemos un ejemplo clarísimo también que es el momento histórico, ese paso que existe de la Polis a la Cosmópolis del mundo griego, cuando pasamos de ciudades estado —donde el consentimiento de identidad y pertenencia era muy fuerte y daba solución a los problemas emocionales y éticos de la sociedad— a una sociedad que revienta con la llegada de Alejandro Magno, que conquista todo el mundo y el ciudadano pierde ese sentido de identidad porque ya se convierte en un ciudadano del mundo.
Sobre ese momento histórico, Alain de Botton, el gran filósofo suizo nos habla de la aparición de la ansiedad, de un problema mental, de salud mental, que hoy tenemos. Se han disparado los niveles de ansiedad y los niveles de depresión, de hecho el consumo de ansiolíticos se ha duplicado en todo el mundo igual que los antidepresivos y en un momento histórico muy claro, muy marcado y que tenemos muy bien constatado.
Es precisamente la Filosofía la que sale en salvaguarda de los seres humanos. Decía Séneca aquella frase maravillosa de: “los médicos son los sanadores del cuerpo, los filósofos somos los sanadores del alma”. Es la Filosofía la que trata de dar soluciones a los problemas de ansiedad en el mundo cosmopolita griego y aparecen escuelas que ya existían antes como los escépticos o como los cínicos, pero con mucha más fuerza y también los estoicos y los epicúreos. Estas son cuatro corrientes filosóficas que intentan dar solución a esa ansiedad.
Hoy en día tenemos los ansiolíticos más a la mano, pero no sólo son los ansiolíticos. Los niveles de consumo de alcohol se han multiplicado 40 por ciento en México en este periodo pandémico. O sea, estamos sufriendo estos achaques. El suicidio infantil y juvenil ha subido 12 por ciento en nuestro país, y bueno los datos de depresión tenemos datos duros del examen médico automatizado de la UNAM; el último que se ha hecho la comparativa entre 2019 y 2021 nos arrojó un aumento de 10 por ciento de depresión en nuestros jóvenes.
Es momento de dar un paso adelante desde la Filosofía y ayudar a la gente para que salga de este trance lo mejor que pueda, igual que pasó hace dos mil 300 años.
—Tratarás además la sociedad del conocimiento. Hoy como nunca hay una mayor accesibilidad al conocimiento, pero al mismo tiempo es una época del negacionismo, del conspiracionismo. ¿Cómo lidiar con estas rupturas del conocimiento?
—Primero haciendo una autocrítica. El conocimiento está al alcance de todo el mundo, pero no todo el mundo quiere ese conocimiento porque en el fondo estamos pasando por una era, que yo denomino la era de la idiotez o la era de los idiotas. Y no por la concepción moderna que tenemos de ese concepto. Vamos a explicarlo bien. Idiota es un término griego que define a aquella persona que se aleja de los aspectos públicos, de la vida pública, y que sólo se preocupa de sí misma.
Esto lo hemos ido potenciando desde finales del siglo XX e inicios del siglo XXI. Todo el modelo neoliberal, todo el modelo capitalista en el que vivimos y que está basado fuertemente en la potenciación del individuo porque el que compra, el que consume, el que sostiene este modelo es el individuo no el grupo.
Cuando nos reunimos en grupo no necesitamos consumir, nos basta con nuestra presencia y con el gusto de estar juntos para pasarla bien y si consumimos no es la motivación primera del reunirnos. La razón primera de reunirnos es disfrutarnos los unos a los otros, pero cuando estamos solos consumimos y necesitamos de este consumo para justificar el estar solos. Ahí es donde empieza la era de la idiotez y cuando estamos solos la posibilidad del pensamiento crítico desaparece, porque el pensamiento crítico como ya se ha definido muchas veces, desde el gran José Carlos Ruiz, filósofo cordobés, nos define que el pensamiento crítico no es sólo lo que pienso, mi percepción del mundo por mis circunstancias, sino por el juego entre esta percepción con la percepción de los otros, de vivir y entender sus propias circunstancias.
En ese momento surge el pensamiento crítico, pero como vivimos en una sociedad de idiotas, o sea de personas que sólo se preocupan por sí mismas, nos impedimos el pensamiento crítico y empezamos a consumir sólo aquella información que confirme nuestra percepción del mundo, entonces se le llama en psicología el sesgo de confirmación, así que lamentablemente vivimos en una sociedad oscurantista, donde los negacionistas de las vacunas, los terraplanistas, los 20 mil conspiranoicos de todo tipo, los que creen en la homeopatía, la acupuntura, las flores de Bach; campan a sus anchas porque cada vez que piensan que el hombre no llegó a la luna, a un golpe de click encuentran videos en YouTube que confirman esta estupidez sobre la que ellos están montados.
En esta línea, en el podcast del Himalaya hablo del pensamiento crítico como la necesidad de contrastar estas ideas con las de otros y, bueno, averiguar si estamos en lo correcto o no.
—Hablas de la generación de cristal. Es un tema que ha dado pauta a todo un debate, porque hay quienes se refieren a la generación de cristal como quienes manifiestan su desacuerdo ante ciertos preceptos que están arraigados a la sociedad y con los que se busca romper, en ese sentido, ¿cuál sería la generación de cristal, la que arroja luz sobre estas cuestiones que consideran caducas o quienes se molestan con ellos por intentar romper con estas cuestiones?
—Está fantástico como lo planteas, porque lo primero en ese capítulo lo primero que digo es ‘posiblemente escuches este capítulo considerando algo y te vas a ir con lo contrario’, porque hay que evidenciar que estos podcast tienen un público objetivo que es el joven adulto y el adulto más maduro, un público que precisamente podríamos entender como que no es generación de cristal, porque yo rompo una lanza a favor de esa nueva generación. Odio el concepto de generación de cristal, y aún más detesto el de la generación de mazapán, y creo que estamos haciendo un flaquísimo favor a las nuevas generaciones insultándolas de ese modo. Primero, porque lo que nos molesta es lo propio de todo nuevo cambio generacional, las generaciones vienen para evidenciar los fallos de las generaciones que ya están establecidas y que deben de tender a desaparecer simplemente por ley natural.
Nos molesta que los jóvenes hagan las cosas de manera diferente y que además no solo las hagan, sino que se comporten y se manifiesten de manera diferente, y por eso las llamamos generaciones de cristal porque nos molesta que se quejen y se manifiestan constantemente, pero es que esta queja es necesaria, y además, los culpables de las quejas de esta generación, que nadie se confunda, somos nosotros. Somos los padres de esta generación, nosotros somos los que les estamos heredando un mundo deshecho, un mundo lleno de problemas, que tiende a la extinción, y que resulta que cuando vemos las actitudes de ellos de revelarse ante nosotros y exigir que las cosas se hagan diferente somos tan estúpidos que nos molesta.
Sin embargo, es importante decir, todos los cambios generacionales, ahí Ortega y Gasset era muy claro porque hablaba que las generaciones se dividen en grupos de 15 años y entre cada dos generaciones hay un relevo o revolución generacional; todo esto es necesario, porque sino hubiese habido a lo largo de la historia esta renovación y este choque entre generación vieja y generación entrante, pues realmente jamás habríamos salido de las cavernas, entonces es importante que seamos reflexivos sobre esto.