Umberto Eco nació en Alejandría el 5 de enero de 1932, fue intelectual, escritor, semiólogo y filósofo de reconocido prestigio a nivel internacional. Entre sus obras maestras, destaca «El nombre de la rosa» (1980), un éxito de ventas ambientado en el siglo XIV, que narra la investigación que realizan fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa serie de crímenes que ocurren en una abadía.
Roma, 20 feb (EFE).- Umberto Eco, el escritor filósofo, y semiólogo italiano que criticó a lo largo de su vida la manipulación en el periodismo y la corrupción, autor de obras inolvidables como «El nombre de la rosa», falleció este viernes en su casa a los 84 años, informó hoy el diario italiano La Repubblica.
El rotativo italiano La Republica informó que la muerte del autor de «El nombre de la rosa» ocurrió en torno a las 22:30 hora local (21:30 GMT) y fue confirmada por la familia.
Eco nació en Alejandría el 5 de enero de 1932, y destacó como semiólogo, filósofo y escritor.
Tras conocer la noticia, el Primer Ministro italiano, Matteo Renzi, expresó sus condolencias a la familia y destacó de Eco su «inteligencia única» capaz de «anticipar el futuro».
«Fue un ejemplo extraordinario de intelectual europeo, unía una inteligencia única con una incansable capacidad de anticipar el futuro», destacó Renzi, según informan los medios locales.
«Es una pérdida enorme para la cultura, que echará de menos su escritura y su voz, su pensamiento agudo y vivo, su humanidad», concluyó.
Entre las obras maestras de Eco, destaca «El nombre de la rosa» (1980), un éxito de ventas ambientado en el siglo XIV, que narra la investigación que realizan fray Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk alrededor de una misteriosa serie de crímenes que ocurren en una abadía.
La novela fue reeditada en numerosas ocasiones, merecedora del premio Strega (1981), en Italia, y el premio Medicis, en Francia, y fue llevada más tarde al cine por el director J.J. Annaud con gran éxito.
Ocho años después publicó «El péndulo de Foucalt», también una de sus mejores títulos que narra la historia de tres intelectuales que inventan un supuesto plan de los templarios para dominar el mundo.
«El péndulo de Foucault» fue publicada en Italia en 1988, y fue uno de los libros más vendidos ese año, aunque la crítica no mostró demasiado interés por ella, excepto «L’Osservatore Romano», órgano oficial de la Santa Sede, que en un inusitado ataque la tachó de «bufonada, pura charlatanería, profanación y blasfemia».
Su último libro fue «Número cero», un libro en el que abordó los misterios que rodearon la muerte el dictador italiano Benito Mussolini.
La novela, publicada en España en abril de 2015, fue editada en otros 34 países y en ella realizó una feroz e irónica crítica al mal periodismo, la mentira y la manipulación de la historia.
Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en el 2000, Eco además de ser conocido por novelas como «La isla del día antes», «Baudolino» o «La misteriosa llama de la reina Loana», a lo largo de su vida profesional también fue responsable de numerosos ensayos sobre semiótica, estética medieval, lingüística y filosofía.
Su primera obra de semiótica fue «La structura assente», publicada en 1968, y a ella le siguieron «Forme del contenuto» y «Il segno» (1973), dos aclaraciones de la primera que culminaron en una obra más completa sobre la materia, «Tratado de semiótica general», publicada en 1975.
Trabajó en la RAI desde 1954 hasta 1958, y después fue profesor agregado de Estética de 1962 a 1965 en las universidades de Turín y de Milán.
Se inició en el neovanguardista Grupo 63 de intelectuales, y publicó su estudio sobre el arte contemporáneo, «Opera aperta»(1962), al que le siguieron «Diario mínimo» (1963) y su conocido «Apocalípticos e integrados, 1965» sobre cultura de masas y medios de comunicación.
Colaboró, además, en publicaciones como «The Times Literary Supplement» y «Tel Quel», y durante 35 años con la editorial Bompiani.
En 1988 fundó el departamento de Comunicación de la Universidad de San Marino, y además fue profesor emérito y presidente de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de la Universidad de Bolonia (norte) desde 2008.
Nombrado por la Mesa del Consejo de la UNESCO (1992), miembro de su Foro de Sabios, junto a otros intelectuales es miembro de la Academia Universal de Culturas, Eco fue nombrado Doctor «honoris causa» por más de 25 universidades de todo el mundo, entre ellas, la Complutense de Madrid, Tel Aviv, Atenas, Varsovia y Berlín.
Legión de Honor de Francia desde 1993 y premio austríaco de Literatura Europea por toda su obra en 2004, en Salzburgo, en sus últimos años de vida compaginó su actividad académica y literaria con conferencias, coloquios, debates y colaboraciones en los medios de comunicación.
EL MUNDO DE LA CULTURA Y LA POLÍTICA LAMENTAN SU MUERTE
El mundo de la cultura y de la política de Italia lamentó hoy la pérdida Umberto Eco.
En Twitter, el escritor Roberto Saviano publicó un mensaje sencillo de despedida en el que citó las últimas palabras de la novela que fue llevada al cine por el director Jean-Jacques Annaud.
«Nomina nuda tenemos. Adiós profesor» escribió.
La frase entera con la que concluye la novela es «stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus», una expresión en latín que, en esencia, explica la idea de que al final solo queda el nombre de las cosas.
Desde el mundo de la política, el diputado del Partido Demócrata (PD, en el Gobierno) Ivan Scalfarotto lamentó en Twitter la muerte de «un gran italiano».
También el presidente de la región italiana de Emilia-Romagna y miembro del PD, Stefano Bonaccini, recordó frases del éxito de ventas «El nombre de la rosa» y despidió al Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2000 con un «Ciao #UmbertoEco».
Nacido en Alejandría el 5 de enero de 1932, Eco fue intelectual, escritor, semiólogo y filósofo de reconocido prestigio a nivel internacional.
Su última novela, «Número Cero», es una crítica al mal periodismo, la mentira y la manipulación de la historia.
En una entrevista con Efe en abril pasado en su casa de Milán, frente al castillo Sforzesco, cerca del Duomo, tras publicar esta su última novela, Eco declaró es una parodia sobre estos tiempos convulsos porque «esa es la función crítica del intelectual». EFE