El contralor del Centro de Instrumentaciones del Registro Sísmico en la Ciudad de México, Oscar Huerta Martínez, expresó que la zona serrana de Guerrero es “tierra de narcos”, lo que no permite que se coloque equipo para prevenir tsunamis, lluvias y mar de fondo.
Por Argenis Salmerón
Acapulco, Guerrero, 18 de noviembre (SinEmbargo/ ElSur).- El contralor del Centro de Instrumentaciones del Registro Sísmico en la Ciudad de México, Óscar Huerta Martínez, advirtió que en la zona serrana de Guerrero, el crimen organizado impide que coloquen torres de transmisión de emergencias.
“Es tierra de narcos”, dijo consultado por reporteros al finalizar la ponencia “Avances del Sistema de Alertamiento Sísmico en México”, impartido en la Universidad Hipócrates, en Acapulco. El especialista comentó que hombres armados pararon sus camionetas para impedirles la entrada, y que incluso evitaron que tomaran fotografías.
La vigilancia sísmica en la zona de Guerrero es vital para México y su capital, debido a que desde hace años expertos del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) como Gerardo Suárez, han advertido que en el futuro puede registrarse un gran temblor y muchos pequeños sismos con epicentro en las costas de Guerrero.
Otro investigador, Víctor Manuel Cruz Atienza, autor del libro autor del libro Los Sismos. Una Amenaza Cotidiana, publicado en 2013, ha advertido que el hecho de que hasta ahora no se hayan registrado sismos más graves de los se presentaron después del paso de “Ingrid” y “Manuel”, en 2014, significa que cada año se acumula energía, convirtiéndose en “una bomba de tiempo”.
En la Brecha de Guerrero, según explica en su texto, podrían ocurrir uno o dos terremotos de magnitud 8 o bien dos a cuatro eventos de magnitud 7.8, por lo que la población debe de estar informada y preparada.
Sin embargo, Huerta Martínez señaló ante reporteros que la delincuencia organizada no sólo no deja instalar equipo de medición, sino que en la sierra de Petatlán hubo un robo de equipo dentro de una torre de transmisión de emergencias, y dijo que se interpuso una demanda, pero no precisó la fecha.
Por otro lado, alertó que hay una brecha en el tramo Acapulco-Zihuatanejo, donde se concentra energía en las placas tectónicas porque no ha concluido el ciclo sísmico.
Estimó que en un “tiempo cercano” puede ocurrir un sismo de gran magnitud, mayor que el que ocurrió en 1985 en la Ciudad de México –de 8-1 grados-, “lo mejor de la olla de vapor, cuando va explotar, es que vaya soltando de alguna manera pequeños volúmenes de energía”.
EXISTEN HERRAMIENTAS, PERO…
Comentó que Guerrero y su principal centro turístico, Acapulco, tienen las herramientas para alertar sobre este tipo de fenómenos. Sin embargo, dijo, hace falta que las autoridades le den mayor difusión, “creo que el estado tiene los elementos para hacerlo, Guerrero cuenta con torres de transmisión de emergencias y solamente se está transmitiendo la alerta sísmica”.
Señaló que esas torres también pueden emitir señales de prevención de tsunamis, lluvias y mar de fondo, “no hay radios suficientes, para que funcionen correctamente las antenas tendríamos que tener un radio en cada vivienda, ¿qué hay que hacer?, que la autoridad haga un convenio, no solamente entregar televisores para el apagón analógico”.
Indicó que en Guerrero hay un registro de mil sismos cada año, “nosotros no evitamos que colapsen las casas, nosotros evitamos que estén habitadas mientras se desarrolla el fenómeno”.
Mencionó que al igual que en Colima, Jalisco y Oaxaca, en Guerrero hay un mayor peligro de sismos con una magnitud frecuente de 7 grados, “si ocurriera un sismo de nueve grados no lo platicaríamos”, aseguró.
Aseguró que la previsión para cualquier tipo de fenómeno natural no solamente lo tiene que hacer Guerrero si no todo el país, “es un tema muy serio, la preparación, al parecer al gobierno le gusta reparar las consecuencias y no prevenir los desastres”.
También dijo que las autoridades ya tienen la información de los alertamientos, es decir hay las herramientas para dar un informe a tiempo de cualquier fenómeno y canalizarlo a Protección Civil.
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