Por ahora la cinta busca más lugares en festivales y también distribución para llegar a salas de cine. Transition ofrece a través de la ficción una mirada de cómo fue para muchas personas vivir en soledad el confinamiento.
Ciudad de México, 18 de octubre (SinEmbargo).– El cineasta mexicano Alejandro Torres estrenó su opera prima Transition, cinta situada en el marco de la pandemia, en el Festival Internacional de Cine de Varsovia en Polonia.
«El simple hecho de ser seleccionados para un festival clase A, que tienen únicamente 15 festivales en le mundo que son competitivos, fue para nosotros un gran triunfo. El Festival recibió 4 mil 500 películas entre cortos y largometrajes, entonces el haber terminado en la selección de 15 películas es maravilloso», expresa Alejandro Torres en entrevista con SinEmbargo.
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La realidad superó cualquier ficción cuando el virus de COVID-19 se extendió por el mundo entero. Los planes de toda la población mundial se vieron afectados de alguna forma por la incertidumbre de una enfermedad que apenas empezaba y ya cobraba miles de vidas sin freno alguno.
El director Alejandro Torres vivió la noticia de un primer confinamiento desde Sudáfrica, país donde se tuvo que acentar por algunos meses debido a las restricciones, un hecho que también le sirvió de inspiración para su primera cinta.
Transition es una ficción inspirada en el contexto de la pandemia y tiene como protagonista a María, una mujer que esperaba navegar como tripulante en un velero junto a dos mexicanos que antes de emprender el viaje reciben una noticia que los hará volver a su país justo antes que todo se complique aún más. María decide quedarse.
«Esta mujer María, que es originaria de Francia, se siente completamente sola, tendrá que pasar el confinamiento ahí porque la Marina se queda desierta. Nadie puede ir a trabajar. Después de unos días empieza a sentir una presencia extraña que la empieza a poner muy inquieta», explica Alejandro.
La intención del director era la de hacer un cortometraje con los pocos recursos que tenía en sus manos y tomar por su propia cuenta los roles de dirección, fotografía y de sonidista para comenzar el rodaje .
«Fue un verdadero reto porque las producciones de cine tienen toda una maquinaria de gente talentosa que está aportando ahí su experta y creatividad».
«Cuando la vida me pone en Sudáfrica yo estaba preparado para intentar algo por mí mismo. […] Eso también fomentó la creatividad, porque al ser un película de un solo personaje, la captura de diálogos se estaba complicado y entonces yo me vi forzado a hablar con la cámara, hablar con las tomas y con el sonido ambiental. Fue un proceso interesante, muy creativo, pero definitivamente no fue fácil».
La idea de un largometraje parecía inconcebible pero la historia fue tomando fuerza y con tiempo de sobra impuesto por el confinamiento dieron pie a que se sí se pudiera transformar en ello.
«Lo más complicado fue tomar la decisión de iniciarlo. No sabíamos qué iba a pasar, qué tan grave iba a estar todo. Estábamos en contacto con las noticias de lo estaba sucediendo en México y en Sudáfrica, pero de alguna forma para nosotros fue como un refugio en lo que nos quisimos enfocarnos. Todas la mañanas veíamos las noticias y toda esa energía de alguna forma nos pesaba».
Por ahora la cinta busca más lugares en festivales y también distribución para llegar a salas de cine. El objetivo es poder ofrecer a través de la ficción una mirada de cómo fue para muchas personas vivir en soledad el confinamiento.
«Creo que la cinta puede resonar porque mucha gente en la pandemia estuvo sola. Si bien fue duro para muchos, para millones en todo el mundo, hubo también personas que se redescubrieron a así mismos, quizá empezaron a pintar, a tocar el piano, y escribir poesía, creo que puede conectar a muchas personas».