La serie de Netflix, llamada The Journalist, está basada en la historia de Mochizuki, una periodista del Tokyo Shimbun.
Por Yuki Kageyama
TOKIO, 18 de septiembre (AP).— Netflix está produciendo una serie original en Japón sobre una periodista que desafía a las autoridades, con la que espera enganchar a esta nación acostumbrada a la TV tradicional. Y el momento es oportuno.
La heroína de la serie está basada en una periodista sensacionalista de la vida real, Isoko Mochizuki, que ha cuestionado empecinadamente a un político que acaba de convertirse en Primer Ministro, Yoshihide Suga.
Suga asumió el cargo esta semana luego que su jefe, Shinzo Abe, renunció por problemas de salud.
La serie de Netflix, llamada The Journalist, está basada en la historia de Mochizuki, una periodista del Tokyo Shimbun que solía acosar con preguntas a Suga en conferencias de prensa cuando era vocero del jefe de gobierno, pese a que la interrumpían, ignoraban o ridiculizaban. Esto es algo común en Estados Unidos y otras naciones, pero rara vez visto en un país jerárquico y organizado como Japón.
La serie será dirigida por Michihito Fujii, el realizador detrás de una película galardonada de 2019 que Netflix adaptó para esta producción. Ryoko Yonekura, una actriz conocida por sus papeles de mujer fuerte, dará vida a una reportera que, al igual que Mochizuki, anda buscando escándalos y encubrimientos. Se estrenará globalmente el próximo año, anunció Netflix esta semana.
La serie se decidió mucho antes de que fuera claro que Suga estaba destinado a ser primer ministro.
“Buscamos un común denominador, una historia con la capacidad de viajar”, dijo Greg Peters, director de operaciones y producto de Netflix, a The Associated Press. “Hemos visto que las historias que conectan con la gente alrededor del mundo son historias auténticas, ancladas a la cultura local”.
Luego de cinco años en Japón, el servicio de streaming tiene 5 millones de suscriptores, un incremento respecto a los 3 millones del año pasado gracias a la pandemia del coronavirus, que llevó a más gente a buscar opciones de entretenimiento en casa. Pero es una fracción de los 193 millones de suscriptores a nivel global, 73 millones de ellos en Estados Unidos y Canadá.
La imagen de Netfix en Japón sufrió a principios de año con la muerte de Hana Kimura, quien aparecía en el reality show Terrace House. La luchadora profesional fue hallada muerta en un aparente suicidio tras haber sido víctima de acoso en las redes sociales.
Terrace House se transmitió en Japón en 2012 como un programa de Fuji TV, hecho con la compañía productora East Entertainment. Netflix, con sede en Los Gatos, California, adquirió los derechos para distribuirla globalmente en 2015, pero ha sido descrita como “una serie original de Netflix”. Los episodios donde Kimura aparecía fueron retirados.
“Nuestras más sentidas condolencias a la familia de la señorita Kimura en este terrible momento. Dada esta tragedia, toda la producción y lanzamientos de nuevos episodios se postergarán indefinidamente”, dijo entonces la empresa en un comunicado.
En Japón, Amazon Prime Video es No. 1 entre los servicios de streaming, y los más pequeños Hulu Japón, U-Next y Gyao de Yahoo! Japón también son rivales. El costo de Netflix oscila entre 800 y 1.800 yenes (7.50 a 17 dólares) mensuales.
Amazon no proporciona un análisis desglosado por nación de los 150 millones de clientes de Amazon Prime, pero se estima que son tres veces más que los de Netflix en este país asiático.
El director de adquisición de contenido de Netflix, Kaata Sakamoto, ha trabajado para el servicio desde su lanzamiento en Japón hace cinco años. Dijo que al principio casi nadie expresó interés en crear contenido para la plataforma.
Un éxito entre su programación original en japonés ha sido The Naked Director, sobre la vida de un director de películas pornográficas. Se estrenó el año pasado y actualmente se está filmando una segunda temporada.
La oportunidad de abordar temas a los que rehúye la TV convencional y el acceso a un público global hacen que Netflix sea potencialmente atractiva para los creadores de contenido, según Motohiro Tokuriku, un experto en tendencias digitales que trabaja para la plataforma japonesa Note.
“Solía tener la teoría de que los japoneses están demasiado acostumbrados a ver TV gratis y jamás se apuntarían para pagar por servicios de streaming, pero eso definitivamente está cambiando”, dijo.