Su imagen aniñada y su frágil silueta de 1.69 metros de estatura y tan solo 40 kilos de peso rompió los cánones de belleza de la época en la que reinaban la voluptuosidad de las curvas y las melenas ondulas al estilo Marilyn Monroe, Brigitte Bardot o Sofía Loren.
Por Carmen Martín
Madrid, 18 sep (EFE).- Su pelo a lo garçon, sus inocentes pecas, sus impactantes pestañas maquilladas y su extremada delgadez junto a su aspecto aniñado convirtieron a Twiggy en la primera «top» del mundo, una modelo andrógina, de estética pop que aún inspira.
Corrían los años 60 cuando Twiggy, que mañana cumple 70 años, se convirtió en una estrella de la moda, su aparición dio un vuelco a la estética social, fue toda una revolución.
Su imagen aniñada y su frágil silueta de 1.69 metros de estatura y tan solo 40 kilos de peso rompió los cánones de belleza de la época en la que reinaban la voluptuosidad de las curvas y las melenas ondulas al estilo Marilyn Monroe, Brigitte Bardot o Sofía Loren.
Leslie Lawson, (Londres, el 19 de septiembre de 1949), Twiggy, nació en el seno de una familia humilde. Su infancia transcurrió en el suburbio Neasdenm. Pronto se convirtió en una joven elegante, arropado con una halo andrógino y la estética «mod».
En un abrir y cerrar de ojos, esta joven, hija de una operaria de imprenta y un carpintero, adoraba la moda desde niña, incluso aprendió a confeccionarse su propia ropa para crear un estilo propio y moverse por los circuitos mods. “Estaba loca por la moda”, confesó en alguna entrevista.
Gracias a su novio de entonces, Nigel Davies, conoció al peluquero estrella del momento, Leonard, quien no dudó en convertir su melena castaña en un corte a los garçon teñido de rubio platino, un cambio de imagen radical que llamó la atención del fotógrafo Barry Latega, que rápidamente la inmortalizó.
Este cambio de imagen acompañado de un maquillaje con ojos muy marcados e impactantes pestañas pintada al estilo de las muñecas la convirtieron en una modelo única.
Debido a su delgadez, sus padres la llamaban cariñosamente “Twigs” -ramita-, un original apodo con el que decidió abrirse camino en la moda. Días después, el periódico Daily Express publicaba: “Twiggy, el rostro del 66’”. Acababa de nacer la primera top model.
Twiggy rompía con los moldes estéticos de la época. La minifalda, las medias de colores, los jerséis con motivos pop y las botas de caña alta se convirtieron en sus mejores compañeros de viajes.
Su paso por la moda fue breve, fugaz. Se hartó de la exigencia de la industria textil. «Estoy cansada de ser una percha», decía a sus 21 años.
Cuatro años después de acaparar todas las portadas de revistas de moda y periódicos, la modelo británica da el saltó al cine de la mano del cineasta Ken Russell, que le dio un papel en The Boyfriend. En 1971, gano dos Globos de Oro, como Mejor actriz y Promesa revelación.
Publicó sus memorias Twiggy in Black and White (Twiggy en blanco y negro) y ahora, de vez en cuando, colabora como diseñadora para alguna firma o gran almacén.
Tal es la influencia de esta modelo, que a día de hoy, su estética sigue inspirando a diseñadores y estilistas. Su maquillaje de ojos arrasa esta temporada. Las protagonistas de «Euphoria», entre ellas la actriz Hunter Schafer, quien subrayaba su mirada poniendo «eyeliner» unos centímetros por encima de la línea de las pestañas.