El triunfo de Ricardo Anaya Cortés sobre Javier Corral Jurado en las pasadas elecciones internas del PAN fue contundente.
Anaya se hizo de más del 80% de los votos de la militancia panista, aunque el porcentaje de los votantes fuera de alrededor del 50%.
Durante las campañas de ambos candidatos se dijo que Anaya pertenecía a la corriente maderista (acusada de los males que padece el PAN en la actualidad) mientras que Javier Corral se erigió como la vía de salvación de dicho instituto político, a través de su “rebelión de las bases”, eslogan que promovió durante toda su campaña.
Corral no pudo, sin embargo, conseguir que las bases se rebelaran y apenas antier tuvo que aceptar (entre quejas) su derrota, acusando la cargada en favor de Ricardo Anaya y los presumibles delitos electorales que se cometieron durante las votaciones, los cuales, dijo, no iba a denunciar porque sabía que no prosperarían.
Si bien Corral Jurado siempre criticó al ala anayista de ser comparsa del PRI de Peña Nieto, la campaña de Anaya Cortés no dudó nunca en desmarcarse del PRI acusándolo de todos los males que padece ahora el país y, además, de enfatizar la necesidad de regenerar al panismo nacional para poder convertirse en una opción real para las elecciones de 2018.
Nadie puede negar que, a sus 36 años, Ricardo Anaya es un político sólido, inteligente y con una idea muy clara de la situación del país, además de un político experimentado, con vitalidad y carisma, más carisma del que poseyeron Bravo Mena, Calderón Hinojosa e incluso Madero Muñoz.
De cumplir, pues, las promesas que hizo durante su campaña (regenerar el PAN, unificarlo, convertirlo en una fuerza realmente opositora), Anaya Cortés estaría apuntalando a este instituto político como una opción real para el 2018, teniendo en cuenta que el PRI se encuentra en este momento en la lona del descrédito moral y al PRD lo desmoronan sus guerras internas.
Si el PAN toma distancia y se desmarca claramente del PRI, entonces la sociedad lo verá como una opción real de cambio para las próximas elecciones presidenciales. Si sigue cerca y le da la espalda a la ciudadanía para entregarle su pecho al PRI, entonces el sueño de volver a ocupar Los Pinos se abismará de nuevo.
En manos de Ricardo Anaya Cortés estará esta oportunidad de oro para el nuevo PAN que augura.
Ya tiene a la mayoría de la militancia albiazul de su lado, ahora sólo le falta, con las acciones que ya ha anunciado (reducirse el sueldo, viajar en vuelos comerciales, castigar a los corruptos, etcétera) echarse a la bolsa a la sociedad.
@rogelioguedea