Paco Ignacio Taibo II habló con SinEmbargo sobre las historias de su libro La Libertad, editado por Planeta, las cuales, dijo, lo apasionan y tienen detrás un trabajo de investigación de años. En la plática también compartió lo que ha hecho y cuáles son sus planes en el Fondo de Cultura Económica.
Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).– Paco Ignacio Taibo II trae entre manos un libro de 13 relatos auténticos cuyo corazón se centra en nueve historias que reflejan la lucha por la libertad y que se combinan con un pilón de ensayos de historias de la Historia que se agrupan bajo el título La Libertad (Planeta).
Activista, escritor, historiador y autor de biografías entrañables como laS de Pancho Villa y el Che Guevara, Paco Taibo II reúne en esta obra las historias de vida de:
Vasili Blücher, un general soviético que cambió 10 veces de nombre; el “barón loco” Roman Ungern von Sternberg; el espía Vaysett que actuó contra la Comuna de París; Herón Proal, llamado »el Lenin mexicano”; Carlos Aponte, “un hombre que se dedicó toda su vida a buscar la revolución”; Rodolfo Walsh, «el padre de todos los periodistas de investigación de izquierda del siglo XX», entre otras más.
El también director del Fondo de Cultura Económica (FCE) explicó en entrevista que tenía un puñado de historias que ha ido investigando a lo largo de los años y que en la la segunda oleada de la pandemia pudo ir plasmando en un libro.
“La guía es: historias de gente que vivieron y murieron para la libertad. Tenía en el clóset ocho y empecé a darles forma y redacción. Eran investigaciones viejas, algunas venían de 10 años que las venía procesando. Lo que tenía era la posibilidad de tener tiempo para narrarlas y una obsesión, que es: la Historia puede ser muy divertida, puede ser muy amena”, compartió Taibo II.
No obstante, abundó, al terminar estas primeras historias se encontró que venían “del lado luminoso”. Fue cuando dio con una historia que viene del lado oscuro: la de un espía contra la Comuna de París que fue fusilado en la calle Puebla. “Me parecía tan chistosa y tan absurda que dije, ‘no la quiero tirar fuera’. Entonces dije: ’el corazón del libro son los luchadores de la libertad, pero va a entrar esta historia porque me gusta mucho, ya me vale’. Y entonces fue adentro”.
Pero no fue la única historia que entró que rompía con el molde que se había trazado: “luego dije, ‘tengo la historia de los leones alados en la flota veneciana’. Y yo digo, qué hacían unos leones alados, que son símbolos asirios, en la flota veneciana contra los turcos. Me había puesto a investigar por curiosidad, y había salido un material, y dije: ‘lo voy a escribir, sale va pa’dentro’. Y luego digo, ‘bueno tengo el photoshop de Stanlin, ¿lo voy a dejar fuera el photoshop de Stanlin que es divertidísimo? No, va pa’dentro’”.
Paco Ignacio Taibo II explicó que al final lo que salió fue un libro cuyo corazón esencial son ocho, nueve historias, “en términos de la lucha por la libertad” y otros cuatro ensayos de “historias de la Historia”, que le resultaban atractivos.
“A estas alturas de mi vida, el informalismo me ha dominado y dije: ‘el título es equívoco, debería titularse ocho, nueve, historias de la libertad y cuatro historias raras del placer de contar la Historia”, reconoció. “Escribes los libros que te apasionan y estas historias eran historias que me apasionaban”.
Sobre la historia de Aponte, por ejemplo, explicó que era un revolucionario profesional que estuvo en todos lados: en México, en Venezuela, en Ecuador, en Perú. “Rastrearlo era un problema, porque por ejemplo los venezolanos no tienen registro de Aponte, no forma parte de su colección de héroes de la lucha por la libertad contra las dictaduras en Venezuela. Los cubanos sí porque muere al mismo tiempo que un personaje esencial que es (Antonio) Guiteras, pero sólo tratan la parte cubana. Entonces, ¿qué hice? Tratar de reunir al personaje con la información muy difícil”.
También dio detalles sobre uno de los textos que más le gustaron del libro, el referente al general ruso Blücher: “cuando empecé tenía referencias que no conectaban, o sea tienes a Blücher en la Revolución rusa en el 17, pero lo tienes combatiendo en España, dirigiendo la defensa en Madrid en el 36, pero lo tienes en China con Sun Yat-sen”.
“¿Cuál es el problema?”, añadió. “Que en cada lugar se llamaba diferente y había una historia diferente, tuve que rastrearlo hasta ver, pero si este cuate es el mismo. Y entonces el resultado es: a mí es uno de los textos que más me gusta”.
También destacó lo que escribió sobre Rodolfo Walsh, de quien había encontrado material novedoso cuando hizo un documental sobre él y tuvo acceso a su paso por Cuba y lo que hizo en términos de espionaje en el momento de Bahía de Cochinos. Indicó que también pudo consultar libros y artículos publicados a lo largo de los años, “y luego tuve una entrevista con su viuda, larguísima, que ni siquiera se usó para televisión, se usaron tres minutos o cuatro de esa larguísima entrevista, entonces dije: ‘tengo el material para contar mi Rodolfo Walsh’. Y lo conté”.
“La Historia no sólo es un espacio de investigación profunda, sino es un gran espacio narrativo”, abundó en ese sentido.
Cuestionado sobre las complicaciones que enfrentó para llenar los vacíos que pudieron dejar cada uno de estos personajes en su paso por el mundo, Taibo II explicó que la mejor técnica de la historia narrativa es decir cuando no se sabe y plantear las preguntas correspondientes.
“En la Historia tienes que tener esta flexibilidad para el material que tienes, si es interesante ponerlo sobre la mesa, pero no engañar al lector”, enfatizó.
Paco Ignacio reveló además que hubo dos historias que se quedaron fuera. Se guardó los nombres, pero no los motivos: “eran historias que no estaban maduras las investigaciones, una historia de un pintor mexicano y una historia de un compañero de Lenin en la primera época, esas dos se quedaron fuera porque le faltaba profundidad a la investigación”.
Paco Ignacio Taibo II también habló sobre su labor al frente del FCE: “Logré crear una estructura de comunicación interna que va por delante en los hechos, en la acción: bajemos el precio de los libros, colecciones, colecciones populares, sistemas de distribución diferentes, llegar al barrio perdido en una ciudad, llegar a la comunidad que necesita una minibiblioteca y se las podemos regalar, crear clubs de lectura entre jóvenes en escuelas de ciencias del mar en Veracruz, llegar hasta las comunidades coras en Nayarit o las yaquis en Sonora”.
Adelantó que hacia septiembre piensa hacer un primer balance de su etapa como director del Fondo y además habló sobre los proyectos que tiene en puerta la institución que dirige: “Nos vamos a las fuertes ferias de octubre. Estamos montando lo que va a ser Monterrey, Zócalo, Oaxaca. Estamos montando la Filij. Vamos a operaciones largas de fomento a la lectura con librobúses y presentaciones en movimiento. Vamos a tener varias operaciones grandes de fomento a la lectura. Están creciendo nuestros clubs, yo creo que clubs de lectura y salas de lectura vamos a llegar a fin de año con 10 mil de voluntarios en todo el país, 10 mil grupos, grupos de cinco, de 10, de 11, ya organizados en salas de lectura”.