Juan Moreno explicó para El País que la tarea para dar conocer el fraude no fue fácil. Por cinco semanas luchó por convencer que las historias perfectas de Claas no eran ciertas y sí creadas. Fue un calvario para él, sus palabras no tenían peso frente a los reportajes galardonados del reportero estrella.
Entre las historias inventadas se encontraban artículos sobre un preso de Guantánamo detenido ilegalmente, sobre niños secuestrados por Estado Islámico y sobre una mujer que asistía a la ejecución de una sentencia de muerte como testigo en Estados Unidos.
Ciudad de México, 18 de febrero (SinEmbargo).– Claas Relotius fue un periodista galardonado del prestigioso semanario alemán Der Spiegel. Fue despedido en diciembre de 2018 por falsificar e inventar hechos en sus artículos en los últimos años. Ahora sus textos llevan la advertencia: “Gefälschte Reportage (Reportaje falso)”.
Con 33 años de edad, Claas Relotius acumulaba en su carrera el Premio Alemán al mejor reportero en 2013, 2015, 2016 y 2018, los que le abrieron las puertas para trabajar de planta en el Der Spiegel. Sin mencionar que fue periodista del año en 2018 por la CNN.
Claas Relotius “se inventaba las historias, aseguraba haber entrevistado a gente a la que nunca vio y visitado lugares que no pisó”, recoge El País en su edición semanal.
No fue sino hasta que se encontró en su camino a Juan Moreno, un español criado en Alemania y colaborador del mismo medio, que dio con el fraude de sus historias.
“No soy ningún héroe, ni el gran defensor de la verdad. No me quedaba otra. Tengo cuatro hijas y por un momento me vi en la calle porque mi nombre aparecía en un artículo lleno de errores”, dijo para El País.
El artículo que le encomendaron a Moreno fue un reportaje que después sería titulado «La frontera de Jaeger», junto con el periodista estrella de la publicación: Relotius. Justo cuando Juan recorría la frontera de México y Estados Unidos siguiendo los pasos de la Caravana Migrante.
Cuando el texto había sido culminado por Claas Relotius, a Moreno no le cuadraron datos. En entrevista con El País explicó que escribió al departamento de comprobación de datos y documentación del semanario para que corroboraran lo sustentado en la nota, pero nadie hizo caso.
Dijo que en su segundo borrador el periodista alemán incluía una escena donde un militar disparaba contra un migrante, algo que lo intrigó aún más, pues ese gran dato no aparecía en el primera entrega y no era algo menor que pudo haber dejado pasar.
Narró para el diario español que la tarea para dar conocer el fraude no fue fácil; por cinco semanas luchó por convencer que las historias perfectas de Claas no eran ciertas y sí eran creadas. Fue un calvario para él, sus palabras no tenían peso frente a los reportajes galardonados. Perdió ocho kilos y no dormía.
Sin embargo, Juan Moreno se documentó bien y analizó cada detalle del reportaje que también llevaba su nombre a cuestas. Incluso habló con Relotius –cuando éste se enteró de su indagaciones– y sólo pudo comprobar que mentía.
En reportaje desencadenó en otros 60 que había hecho Relotius para el seminario, algunas historias que había escrito desde 2011 eran veraces, pero otras eran «completamente inventadas o adornadas con citas manipuladas u otros hechos de fantasía», indicó posteriormente la publicación.
Juan Moreno narra que tras señalar a Claas Relotius las consecuencias fueron en un principio peores para él. Tuvo que viajar a los Estados Unidos para entrevistar con varios de los supuestos entrevistados de su compañero, todos negaron conocer a reportero estrella.
A pesar de grabar esos testimonio nadie le creyó.
No obstante las consecuencias fueron cayendo por su propio peso, los jefes de la publicación descubrieron que su galardonado reportero había manipulado hasta correos y publicaciones en Facebook para que la verdad no quedara al descubierto.
Fue hasta el 19 de diciembre que Der Spiegel anunció el despido de Claas Relotius. «La verdad y la mentira están mezcladas en sus textos», explicó el semanario en su página web. La revista reconoció que el incidente marca un «punto bajo en sus 70 años de historia» y pidió perdón por el hecho.
Entre las historias inventadas se encontraban artículos sobre un preso de Guantánamo detenido ilegalmente, sobre niños secuestrados por Estado Islámico y sobre una mujer que asistía a la ejecución de una sentencia de muerte como testigo en Estados Unidos.
Ahora sus textos lucen la página web del sitio con una advertencia: «Reportaje falso”.
El periodista reconoció que al menos 14 de los artículos que escribió para Der Spiegel, algunos de los cuales ganaron premios, no cumplían con los estándares periodísticos, según la revista.
«Claas Relotius actuó con intención, de manera metódica y con un alto nivel de intencionalidad criminal», subrayó el semanario, agregando que el periodista había escrito sobre personas y citado a entrevistados con los que nunca se había reunido o hablado.
El 20 de diciembre el ex redactor del semanario alemán admitió haber inventado gran número de historias y devolvió cuatro de los numerosos premios con los que había sido galardonado por su labor periodística, según informó un portavoz de la asociación Reporter Forum, Cordt Schnibben.
– Con información de El País y Europa Press