El actor inglés es candidato a mejor actor de reparto en los Oscar por su trabajo junto a Leonardo DiCaprio en la aclamada The Revenant. Además, protagoniza la nueva edición de Mad Max
Ciudad de México, 18 de enero (SinEmbargo).- Sin ánimo de restarle un ápice de mérito de talentoso Michael Fassbender, podríamos decir que en lo que a protagonistas y estrellas de cine se refiere, Tom Hardy es eso que pasa mientras todos hablamos del actor de Steve Jobs.
No hay que elegir. Es bueno que en las películas contemporáneas haya mucho Fassbender y haya, con fortuna y buen gusto, mucho Tom Hardy.
No descubrimos la pólvora. Desde Inception, con Leonardo DiCaprio, el actor nacido en Londres en 1977 accedió al estatus de estrella global y lo bien que hizo en no adscribirse a la moda pasajera de 50 Sombras de Grey y optar por proyectos más interesantes.
Ahora, junto a Leonardo DiCaprio, protagonizada The Revenant, el filme que al final parece le dará el primer Oscar al recordado actor de Titanic y a Hardy una postulación como secundario que no le viene mal en estos tiempos donde su prestigio sube como la espuma.
“Él no me abandonaría en la vida real”, elogió Leo a su compañero, quien no dudó en ponerse las ropas del malo malísimo de turno para bordar con hilos dorados la personalidad de una criatura impopular, brillando con su maldad en el esplendor de la nieve patagónica.
UN ACTOR DE LONDRES
Viene de la escuela de actores británicos que ha dado sustento tanto al cine de Hollywood como el de Reino Unido. Es guapo, dicen las muchachas, portador de un rostro un tanto extraño y dúctil, que le permite transformarse a su antojo y es un intérprete de estudio, ex alumno del Richmond Drama School y el Drama Centre de London.
Inició su carrera en 2001, en la miniserie Hermanos de sangre y debutó en el cine con Black Hawk, de Ridley Scott.
En el Batman de Christopher Nolan, The Dark Knight Rises, interpretó al villano Bane, una muestra de que no teme a las superproducciones como lo comprueba su protagónico en Mad Max: Furia en la carretera, que ya marcó récord de taquilla y aspira a una estatuilla dorada en la categoría de mejor película.
Junto a Charlize Theron, Hardy vivió un rodaje intenso en el que abundaron las discusiones y en el que debió morigerar el peso legendario de Mel Gibson, el protagonista histórico de la saga.
A las órdenes del experto del cine de acción George Miller, Tom sorteó con éxito la prueba, aunque tuvo que admitir que en el inicio las cosas no le resultaron nada fáciles.
¡“Al principio me sentí abrumado porque Mad Max es sinónimo de Mel Gibson. Es un papel amado por mucha gente y temía que a nadie le gustara mi versión. Parecía que era como lanzarme al fracaso. Pero también me sentí entusiasmado”, confesó.
Hay críticos que consideran que la postulación al Oscar de Tom Hardy es un poco desproporcionada, pero la presencia del británico tanto en el cine de acción como en filmes más intimistas como The Drop –uno de los últimos trabajos de James Gandolfini- lo comprueba como un intérprete versátil del que cine puede esperar mucho y bueno todavía.