Mantener una buena postura impacta en diferentes aspectos de la vida, desde el trabajo, la salud, las relaciones con los demás y sobre todo la percepción de uno mismo.
Por Lea Kaufman
Ciudad de México, 17 de diciembre (SinEmbargo/HuffingtonPost).- La buena postura es uno de los temas en los que se encuentran más contradicciones, por eso es hora de traer más conciencia a ella.
A pesar de que el cuerpo es la puerta de acceso al ser y la postura refleja cómo estamos, hay aún mucha confusión alrededor de estos temas. Por eso, a continuación la entrenadora persona cuenta las tres maneras más comunes en las que la postura afecta la vida y por supuesto, cómo resolverlo.
CÓMO TE SIENTES
Sabemos que la postura refleja cómo estás en cada momento. Pero esa relación es una relación de doble vía. Si estás mal, tu postura será mala, pero si tu postura es mala, es más probable que te sientas mal.
Cuando tienes una buena postura te sientes bien viviendo en ti mismo. Si tu postura no es la mejor, vas a tener dolores, molestias, te vas a cansar con más facilidad y sentir que tu cuerpo no te responde.
Cuando tienes una buena postura te sientes mejor en ti, vives mejor en ti, lo cual no quiere decir solamente que me siento «bien» sino que te sientes sostenido por tu esqueleto, a salvo en tu cuerpo, y poderoso. Esto es muy importante, no buscamos una buena postura solamente por «salud física», buscamos la sensación o sensaciones que queremos para nosotros en la vida.
Nuestras sensaciones colorean nuestras experiencias. Si, por ejemplo, estás a salvo en tu cuerpo, sintiéndote seguro, vas a sentir menos miedo en otras situaciones de tu vida.
Tal vez tener una casa te haga sentir seguro, o un coche poderoso, o una pareja valiosa. Sin embargo, al mejorar la postura, es posible empezarse a sentir así, como sea que tú te quieres sentir, ya mismo, de adentro hacia fuera y no al revés.
CÓMO TE VEN LOS DEMÁS
Dicen por ahí, «como te ven te tratan». Y eso es cierto. Pero tenemos que ir más profundo y preguntarnos, ¿qué es lo que ven los demás cuando nos ven? No es tanto la ropa que tenemos, ni siquiera la forma que adopta nuestro cuerpo. Todo eso claro que es percibido a un nivel consiente, pero a un nivel inconsciente y más poderoso, lo que perciben los demás de nosotros de manera inmediata, aunque no lo puedan expresar, es cómo nos sentimos.
Así, si nos sentimos cómodos en nuestro cuerpo, la gente se va a sentir cómoda alrededor nuestro. Si nos sentimos de alguna manera que no nos gusta, ese desagrado hacia nosotros mismos es lo que vamos a proyectar. Como ves, no es cuestión de forma, peso o tamaño, es cuestión de sensaciones y del vínculo contigo mismo. Y por supuesto, de cómo te mueves. Cuando te mueves con gracia, sin esfuerzo y con fluidez. Eso te hace más atractivo, más confiable y más creíble.
TU PRODUCTIVIDAD
La buena postura está directamente ligada a la vitalidad. Una mala postura hace que a lo largo del día te desgastes, tengas dolores y tu energía vaya bajando. Así, cuando estás trabajando, si no prestas atención a tu postura, tu vitalidad decae y con ella tu productividad.
Si tienes una mala postura mucha actividad de tu cerebro está ocupada en mantenerte de pie no a través de la alineación ósea natural, sino de compensaciones musculares que te generan tensiones. Cuando logras soltar esas tensiones, sueltas también esa actividad y el cerebro se refresca, dando lugar a más creatividad, eficiencia, claridad mental y enfoque. Todo esto te hace más productivo.
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