La madre de uno de los hijos de Ismael “El Mayo” Zambada, jefe del Cártel de Sinaloa, explicó en una carta a un juez en EU, como fueron los años de constante peligro al lado del capo, en los que perdió a casi toda su familia a consecuencia de esa relación.
Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).- Leticia Ortiz Hernández fue una de las parejas del narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada. En una carta enviada a una jueza de Estados Unidos en 2018, en la que pedía el perdón para su hijo que entonces era juzgado en su corte, reveló algunos detalles sobre cómo fue la relación del jefe del Cártel de Sinaloa.
En la misiva, señala que la relación estuvo basada en el amor, y aunque el tiempo que duraron juntos fue “una vida de lujos y armas”, también hubo dolor, pues no sólo uno de sus hijos se involucró en el mundo del narco, sino que también ella y su familia fueron objeto de las venganzas por parte de los enemigos de Zambada García.
Relata que se enamoró del capo en 1988, a pesar de estar casado y ser 13 años mayor. “Mis padres se oponían a esa relación, pues mi señor padre era un hombre muy estricto, y sabía a lo que Ismael se dedicaba, pero yo no los escuché y a los dos años de iniciada esa relación, nació mi hijo Serafín en San Diego, pues por aquel entonces vivíamos en Tijuana”, explica la carta, de la cual el semanario Ríodoce obtuvo una copia.
Ambos se conocían de toda la vida ya que son originarios de El Salado, en Sinaloa, sin embargo, fue hasta que Leticia terminó sus estudios de Psicología, que iniciaron un romance.
LOS ARELLANO FÉLIX Y LA PAREJA
La relación, de la que nació Serafín Zambada Ortiz, empezó a pasar por tensions 1992, debido a la guerra entre el Cártel de Sinaloa y el de Tijuana, encabezado por los hermanos Arellano Félíx, a pesar de que en el pasado, tanto “El Mayo”, como los Arellano había sido amigos, incluso, Benjamín Arellano era padrino de bautizo del hijo de la familia.
Una década después, en marzo de 2002, los padres y otros integrantes de la familia de Ortíz Hernández murieron en un atentado en un restaurante de Mazatlán perpetrado por el cártel de los hermanos Arellano Félix, en el que ella y su hijo eran el objetivo.
“Fue un dolor desgarrador todavía en este momento que estoy escribiendo estas líneas me da un dolor en mi corazón por la pérdida de mis seres queridos”, explica la misiva. La familia había viajado a Mazatlán para asistir al tradicional carnaval y para festejar el cumpleaños número 9 de Serafín, quien enfermó de varicela, por lo que Leticia tuvo que regresar a Culiacán con sus hermanos y su hijo.
Horas después se enteró que un comando había ingresado al restaurante en el que estaban sus padres y sus tíos, quienes perdieron la vida en el atentado.
“Yo tuve una educación directa y cercana a mis padres, pero yo sé que los decepcioné cuando me enamoré del padre de mis hijos”, señala la carta.