El proyecto del chef Rodrigo Llanes quiere brindar una experiencia culinaria inspirada en el protocolo del emperador Moctezuma, para ello, busca financiamiento a través del fondeo colectivo.
Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).– El Colectivo de Alta Cocina, encabezado por el chef e historiador Rodrigo Llanes, tiene la idea de recrear una tradición milenaria, envuelta en la cultura gastronómica de las raíces prehispánicas, al recrear tanto platillos como la vajilla y el ritual diario de la mesa del máximo gobernante azteca.
Tras cinco años de investigación, Llanes rescató el protocolo de los cocineros de Moctezuma, a quien se le deleitaba a diario con comidas de 300 platos. En su palacio se reunían los mejores cocineros de México-Tenochtitlan, quevolcaban su pasión y esmero en el oficio de cocinar para el gran señor.
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Actualmente, tienen una campaña en la plataforma de crowdfunding Kickstarter, con la que buscan 106 mil pesos para reproducir la vajilla de 300 elementos, cuyas recompensas incluyen algunos platos o cenas de degustación.
Además, el 10 por ciento de la recaudación se destinará a apoyar la iniciativa «Una mano para Oaxaca».
Anteriormente, Mundano platicó con Rodrigo Llanes sobre «Los 300 platos», en donde explicó que la tesis con la que se tituló se llama «Conquista a la carta», una investigación histórica de cómo consiguieron alimento los españoles durante esta época, «hay un capítulo dedicado a describir cómo comía Moctezuma, quien tenía una forma realmente suntuosa de comer: todos los días le servían 300 platillos distintos, era un desfile de todos los hijos de la nobleza que iban mostrando el alimento en el palacio, él seleccionaba con una varita a aquel que se le antojaba”, dijo el chef.
Cuenta que los platos llevaban un brasero debajo para que se mantuviera caliente la comida y la idea le surgió cuando vio que distintos colegas de todo el mundo fomentaban el diseño de vajillas, y consideró importante rescatar ese patrimonio para que la cocina mexicana tuviera también esa cuestión de investigación, diseño y rescate histórico.
“A mí me pareció que era un patrimonio cultural perdido de los mexicanos, pero que por sus características de sofisticación y suntuosidad merecía ser rescatado, porque después de la Conquista algunos trataron mantener cierto protocolo de esta forma de comer pero nunca llegaron a estos niveles, entonces con el paso de los siglos se perdió por completo”, dice.
Hace un año, terminaron una campaña exitosa en Fondeadora, con la que fue posible hacer el prototipo con modelos impresos en tercera dimensión. Hoy en día, buscan lograr reproducir la vajilla en serie.
“La vajilla siempre va a constar de un plato base que va en espejo, si tú estás sentado de un lado de la mesa y tu compañero enfrente las dos personas tienen el mismo plato base y al centro se van poniendo una serie de bandejas que van a llevar distintos alimentos en pequeñas porciones de degustación para que puedas escoger con base en lo que ves, hueles y lo que se te antoja dentro de seis platillos”, explicó el dueño del restaurante El Jolgorio.
“Una vez que hayas terminado esa selección vamos a cambiar el plato base y la bandeja, vamos a llevar un alimento completamente distinto y será una sucesión de cinco tiempos. Todos los menús van a tener primero seis sopas diferentes, luego van a tener seis tamales diferentes, luego seis guisados con salsas, luego se trata de temporadas, en la de secas (o sea, la época en la que no llueve) vamos a tener guisados a las brasas y si es de lluvias, tendremos productos frescos de la tierra, desde verduras crudas con ensaladas u hongos. Los menús van a terminar con seis postres distintos, de esa manera reproducimos los 30 guisados que le servían al Tlatoani y se van a servir en una mesa común de 20 comensales, si multiplicas los 30 guisados por 20 comensales tendrías 600 platos diferentes”, finalizó.
Fondea en Kickstarter.