Legisladores y académicos expertos en derecho internacional y protocolo condenaron el nombramiento de cónsules y embajadores sin experiencia a los que simplemente se busca sacar del país para alejarlos de la vida pública o “darles vacaciones”.
Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).- La imagen de México en el mundo estaría menos deteriorada si en algunas embajadas y consulados estuvieran como titulares personal diplomático de carrera en lugar de políticos a los que el gobierno envió fuera del país para librarlos de la condena ciudadana por su mal desempeño como servidores públicos coincidieron ex funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), legisladores y académicos expertos en derecho internacional y protocolo.
México – según la página oficial de la Internet de la SRE– cuenta actualmente con 80 embajadas y 68 consulados. Ahora, se teme que siguiendo con la tónica que llevó al ex Gobernador priista de Veracruz, Fidel Herrara Beltrán, al consulado de Barcelona, en España, en las próximas semanas otros ex funcionarios como Rodrigo Medina de la Cruz [ex Gobernador de Nuevo León], Jesús Murillo Karam [ex Procurador General de la República], Emilio Chuayfett Chemor [ex Secretario de Educación], Eloy Cantú Segovia [ex Diputado Federal] y Enrique Martínez y Martínez [ex Secretario de Agricultura] puedan ser llamados por el Presidente para ocupar sedes diplomáticas, según una versión publicada en 6 de noviembre en la columna «MKIAVELO» del diario El Norte.
Uno de los motivos que permite a estos personajes llegar a las sedes diplomáticas es que el Presidente tiene la facultad directa de nombrarlos, en algunos casos sin que sean ratificados por el Senado, como sucedió con Herrera Beltrán.
“El servicio exterior está siendo utilizado. El Gobierno federal no desea tener a estos personajes en el país o quiere protegerlos”, aseguró Pedro Labariega Villanueva, ex funcionario de la SRE y autor del libro Derecho diplomático, normas, usos, costumbres y cortesías.
“El prestigio internacional de México ha caído mucho. El hecho de que el Presidente esté saliendo mucho nos da una idea de que en el exterior no se conoce la realidad del país y por eso el Presidente tiene que estar haciendo y recibiendo visitas”, añadió.
No sólo es el caso de Herrera Beltrán, en la lista de embajadores y cónsules que e encuentra en la página de la SRE se pueden contar al menos 13 personajes, algunos no siquiera con trayectoria política, sin experiencia en las relaciones diplomáticas propias del personal de servicio exterior de carrera.
“Desde hace más de 10 años hace falta visión sobre la Cancillería en estos temas, pero en los últimos tres años se ha hecho más evidente, porque ninguno de los dos secretarios [de Relaciones Exteriores] en este sexenio tiene un perfil y una cercanía de política exterior, son nombramientos políticos que no recogen las necesidades de México para realizar su política exterior”, opinó la Diputada Federal de Movimiento Ciudadano (MC), Claudia Corichi García, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores.
LOS CUESTIONADOS
El caso más polémico es el de Herrera Beltrán, quien fue cuestionado tanto en México como en España por los casos de corrupción registrados durante su gobierno (2004-2010).
«Tenemos mucha más indignación, mucha más tristeza y rabia que miedo (…) lo que tenemos son preguntas y esperamos respuestas», afirmó en una conferencia de prensa el 4 de noviembre la escritora, periodista y activista catalano-mexicana Lolita Bosch, tras conocer el nombramiento.
Otro caso cuestionado por la legisladora del MC es el del Embajador de México en Reino Unido, Diego Antonio Gómez Pickering, “no ha tenido ni siquiera trayectoria como negociador y la responsabilidad que tiene no es menor”. El coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado, Miguel Barbosa Huerta, pidió incluso su destitución luego de que durante las pasadas fiestas patrias, cambiara la tradicional arenga de «¡Viva México!» por la de «¡Viva Porfirio Díaz!».
Por su parte, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores para Europa, Rabindranath Salazar, expuso que el hecho de que Gómez Pickering hubiera cambiado al arenga, obligaba a que el gobierno de Enrique Peña Nieto lo separara de su representación diplomática.
Pero la polémica no terminó ahí, el coordinador del Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara Alta, Fernando Herrera Ávila estimó que la SRE tendría que haberle mandando “por lo menos un extrañamiento por confundir a los héroes de la Independencia con los de la Revolución, ya que también lanzó vivas a Emiliano Zapata” .
En septiembre pasado, Gómez Pickering también tuvo que salir al paso luego de que el líder laborista inglés, Jeremy Corbyn, le enviará una misiva en la que criticaba la forma en la que el gobierno mexicano había manejado el caso de los 43 alumnos desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
En una carta publicada en su cuenta de Twitter, el Embajador respondió con un resumen de las acciones hechas por el gobierno mexicano, difundidas a través de los medios de comunicación, como la invitación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para trabajar en México, la última reunión del Presidente Enrique Peña Nieto con los familiares de los normalistas y el anuncio de la nueva Fiscalía Especializada para la Búsqueda de las Personas Desaparecidas.
Casos como este “de alguna manera han creado al interior de la SRE una inconformidad por parte de los miembros del servicio exterior porque a embajadores de alta calidad, como en el futbol, se les ha puesto en la banca, los han ido relegando porque las políticas públicas y exterior de México de los últimos presidentes, desde Ernesto Zedillo (1994-2000), han sido la preocupación por un México totalmente comercial, más que agentes diplomáticos son agentes comerciales y la política exterior de México se ha ido a un lado”, expuso Labariega.
Otro caso citado por la legisladora de Movimiento Ciudadano es el del priista Fernando Castro Trenti, quien tras perder la elección a Gobernador en Baja California, el año pasado, fue designado como Embajador de México en Argentina.
“Otro crucial es Fernando Castro Trenti que durante el tiempo en que fue Senador, en el tema de política exterior no tuvo ningún desempeño, ni siquiera participaba en temas de política exterior”, expresó Corichi.
Un Embajador cuestionado antes de su nombramiento es Carlos Fernando Almada López, ahora representante de México en Japón, aunque ya tenía experiencia en la Embajada de Portugal, se le acusó de haber formado parte de uno de los escándalos de peculado más relevantes en los últimos 15 años: el caso Pemexgate, que lo mantuvo durante cinco años prácticamente a salto de mata, hasta que los abogados Alonso Aguilar Zínser y el reconocido Marco Antonio Zazueta lo sacaron adelante. Luego se reincorporó a la actividad pública en el Gobierno de Nuevo León: primero en la administración del priista Natividad González Parás, y luego con Rodrigo Medina de la Cruz, también del tricolor, con quien fue jefe de la Oficina Ejecutiva del Gobierno de la entidad y coordinador de Asuntos Internacionales de ese gabinete.
El ex Gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, como cónsul en Orlando, Florida, fue otro de los que despertó un amplio debate. Sabines Guerrero gobernó la entidad de 2006 a 2012, durante y después de su mandato se le acusó de una serie de excesos como haber dejado una deuda de 40 mil millones de pesos, el gasto de 22.5 millones de pesos en la remodelación de su despacho y un faltante de mil millones de pesos por obras públicas no ejecutadas, según detectó la Auditoría local.
“Lo menos que se puede pedir es que si son personajes que no tienen carrera diplomática, que al menos sean personajes presentables para que no lleguen a las sedes diplomáticas personas con mala fama pública, sin ética. Habría que ser más vigilantes de la seriedad de estos personajes y si tienen o no las características para representar al país”, expresó Jazmín Sánchez estrada, experta en Derecho Diplomático y Protocolo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Azcapotzalco.
Por su parte, la Diputada Corichi destacó el caso de la ex presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes Rangel, ex Embajadora de México en Cuba y actual representante en Brasil desde 2013, a quien la reconoció por su trayectoria política, pero criticó por su falta de experiencia diplomática, a pesar de haber sido ya dos veces representante en otros países.
Un caso más es el de Marisela Morales Ibáñez, actual Cónsul en Milán, Italia. El nombramiento de la ex Procuradora General de la República, cuya designación, según dijo en 2013 el Senador del PRD, Alejandro Encinas Rodríguez, fue una especie de “carta de impunidad”, por su papel en casos como el llamado “Michoacanazo” y la falta de un debido proceso en el caso de la francesa Florance Cassez, quien salió libre tras ser sentenciada por secuestro.
Una polémica reciente es la del nombramiento de el académico Miguel Basáñez Ebergenyi como Embajador en Estados Unidos. Los senadores panistas Mariana Gómez del Campo Gurza, Javier Lozano Alarcón y Marcela Torres Peimbert cuestionaron su falta de experiencia como diplomático, ya que en su labor tendrá que defender a los mexicanos de cuestiones como las críticas racistas y xenofóbicas del precandidato republicano, Donald Trump.
En una reunión con senadores el 31 de agosto pasado, el académico aceptó carecer de experiencia diplomática internacional, a cambio ofreció todos sus conocimientos en “diplomacia ciudadana”.
– ¿Cuál es su opinión del Cónsul en San Francisco Andrés Roemer?, se le pregunta a la Diputada del MC.
– ¿Qué te puedo decir? El suyo es de esos nombramientos de gente cercana al ciertos políticos que se han estado dando y esas son las que tiene que mandar el Ejecutivo no sólo al Senado sino también a la Cámara de Diputados, para que sean ratificados o rechazados.
LA DIPLOMACIA Y EL PODER PRESIDENCIAL
Todos los entrevistados cuestionaron la falta de reformas en materia de la Ley del Servicio Exterior Mexicano y del Articulo 89 de la Constitución en lo referente a los nombramientos de embajadores y cónsules.
El Artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos en su fracción III señala de manera textual: “Las facultades y obligaciones del Presidente “nombrar los ministros, agentes diplomáticos y cónsules generales, con aprobación del Senado”.
Mientras que la Ley del Servicio Exterior Mexicano señala en su Artículo 19: “Sin perjuicio de lo que dispone la fracción III del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la designación de Embajadores y Cónsules Generales la hará el Presidente de la República, preferentemente entre los funcionarios de carrera de mayor competencia, categoría y antigüedad en la rama diplomático-consular”.
“Independientemente de que un funcionario de carrera sea designado Embajador o Cónsul General, el Presidente de la República podrá removerlo libremente en los términos de la fracción II del artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero esa determinación no afectará su situación como personal de carrera, a menos que la separación ocurra en los términos de la fracción II del artículo 57 de esta Ley”, concluye.
El problema, a juicio de los entrevistados, es que en algunos nombramientos son acuerdos políticos los que operan, demeritando con personajes de dudosa autoridad moral y sin conocimiento de protocolos diplomático la imagen de México en el extranjero.
“Si bien la política internacional es a través de los jefes de estado, la labor que hacían nuestros diplomáticos ha caído bastante fuerte. La política del presidente y de la SRE ha respondido más a un aspecto de carácter político y no a un política que responda a las necesidades internacionales, expresó Labariega Villanueva.
“México antes era líder en América Latina, pero ahora Brasil y Argentina, con todo y sus problemas, lo son. Hemos tenido varios tropiezos porque los diplomáticos no han podido cuajar, tenemos el caso Cassez, esto sucedió porque México no supo presionar y no supo sellar la relación con Francia que se venía dando con cierta frecuencia a y través de una diplomacia cultural”, agregó.
En este contexto, la Diputada Corichi destacó que las inconformidades que el desplazamiento de diplomáticos de carrera está provocando “son peligrosas”, por ello, consideró necesario aplicar una reforma a la ley y a la Constitución para asegurar que quienes ocupen estos puestos sean personal diplomático de carrera y con calidad moral comprobada.
Otra reforma que consideró necesaria es que la responsabilidad de los nombramientos no sólo recaiga en el Presidente y el Senado sino también en la Cámara de Diputados.
A través de un correo electrónico se pidió a la SRE información sobre los mecanismos para nombrar a su personal diplomático, sin embargo, no se recibió respuesta alguna.