Luego de un cuarto de siglo bajo el manto de «complicidad» de gobiernos priistas durante 13 años y de panistas en otros 12 años, Carlos Romero Deschamps renunció a la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana que encabezaba desde 1993, con cuatro reelecciones que violaron los estatutos.
Disidentes recuerdan cómo «obedeció» los intereses presidenciales desde que «traicionó» a Joaquín Hernández Galicia «La Quina», y luego vino el «Pemexgate», la caída de Pemex, el huachicoleo y, finalmente, las denuncias por lo que era una acusación reiterada de disidentes: enriquecimiento ilícito del priista y de su familia.
Ciudad de México 17 de octubre (SinEmbargo).– Carlos Romero Deschamps tomó la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) el viernes 25 de junio de 1993, después del interinato de Sebastián Guzmán Cabrera y el golpe a Joaquín Hernández Galicia «La Quina» el 10 de enero de 1989 durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Y, a pesar de que los Estatutos Generales prohiben más de una reelección, continuó en la dirigencia sindical en los sexenios priistas y panistas posteriores mientras se hundía Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa a la que llegó como chofer en 1959.
«Jamás haremos ninguna alianza con los enemigos de nuestro partido [el PRI, al que se afilió en 1961] ni con los adversarios del señor Presidente», dijo el entonces líder petrolero hace 26 años en su toma de posesión, sin elección de por medio. Llamó a Salinas de Gortari «Presidente de lujo», rescata el archivo de la revista Proceso.
Era el Secretario del Interior del Comité Ejecutivo General del STPRM y los Estatutos establecen que ese cargo suple al Secretario General, entonces Sebastián Guzmán Cabrera, quien estaba enfermo. En este periodo 2019-2024 el Secretario de Interior y Diputado federal priista es Manuel Limón Hernández, quien supliría a Romero Deschamps tras su renuncia la tarde del miércoles.
«Me comprometo solemnemente a defender, aun a costa de mi propia vida, los sagrados intereses de los trabajadores, y a no permitir de ningún modo que sean violados sus derechos, porque todos nuestros compañeros merecen respeto, porque el sindicato petrolero es una entidad prestigiada que sigue viva y actuante», declaró Romero Deschamps a sus 49 años y prometió el voto del gremio petrolero al PRI, partido del que fue Diputado y Senador por vía plurinominal desde 1979 hasta 2018.
Romero Deschamps, dijo el vocero del sindicato alterno Petromex, Óscar Solórzano, «no fue electo en una asamblea democrática –como lo exponen los Estatutos–, no hubo un procedimiento de voto libre, directo y secreto. Se impuso a un tipo que no sabía de política sindical ni tenía formación técnica de Pemex [estudió Contaduría en la Escuela Bancaria de Tamaulipas], pero que sí sabía obedecer a los intereses del Presidente y a la camarilla del poder»
El oriundo de Tampico, Tamaulipas, antes de ser Secretario de Interior y tomar la Secretaría General del STPRM, fue Secretario General de la sección 35 del STPRM (1978-1979) en Tula, Hidalgo.
María de Lourdes Díaz Cruz, conocida como “Lula”, del Movimiento Nacional de Transformación Petrolera (MNTP) con sede en esa sección 35, evocó que Romero llegó a la Secretaría General del STPRM «traicionando a su mentor ‘La Quina’, a quien le bañaba los perros y boleaba los zapatos, traicionando a los trabajadores petroleros porque entregó el Contrato Colectivo de 1988 y traicionando a la industria petrolera porque con Carlos Salinas de Gortari inició su desmantelamiento».
En 1991 se cerró la Refinería «18 de marzo» en la Alcaldía Azcapotzalco, al norte de la Ciudad de México, la cual fue cuestionada por contaminar el suelo y el aire del Valle de México. Romero Deschamps era su titular. Hoy solo queda el nombre de la estación del Metro de la línea 7.
«Carlos Romero Deschamps es un traidor a la patria, porque no solo lesionó los derechos de los trabajadores, ha violentado los estatutos reeligiéndose y se impuso entonces hasta 2024. Es un ladrón, un abusivo; es el huachicolero mayor de la industria petrolera. Él sabe que tiene cuentas pendientes con los trabajadores», afirmó Lula del MNTP.
Tras el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), «el sistema político no calculó que perdería el poder, pero era un sistema donde no pasaba nada si se pasaban los fondos del sindicato petrolero, mil 500 millones de pesos, a la campaña del candidato priista Francisco Labastida Ochoa», afirmó Óscar Solórzano, vocero de Petromex.
«El ‘Pemexgate’ puso como manifiesto que había la total impunidad en el país. Se otorgó perdón y olvido a Romero Deschamps», evocó. Desde 2011 el delito de supuesto desvío de recursos quedó prescrito.
LEGISLADOR CON EL PANISMO
La transición democrática de México se registró en el 2000 con el fin de más de 70 años del PRI en el poder y la elección de la mayoría ciudadana del Partido Acción Nacional (PAN). Carlos Romero Deschamps, después del escándalo del Pemexgate, siguió como Diputado federal priista (2000-2003) y líder sindical petrolero reelegido.
«El PRI y el PAN implementaron el corporativismo como una época de oscurantismo para mantener el control, la manipulación y el esclavismo electoral. El PRI y el PAN significaron una absoluta complicidad de intereses delincuenciales», dijo Óscar Solórzano, vocero del sindicato Petromex.
Durante los sexenios panistas de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) se registró un boom de producción de hidrocarburos en Pemex principalmente impulsado por el Complejo de Cantarell. La revista Contralínea reportó la semana pasada que en el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa la producción petrolera sexenal ocupó el cuarto lugar en los últimos 42 años a un precio altísimo de 92.56 dólares por barril, el más alto en el periodo, con ingresos totales de 545 mil 496 millones de dólares. Pero la deuda de la empresa siguió al alza.
Romero Deschamps, priista, llegó a manifestar «su solidaridad» con el mandatario blanquiazul Fox Quesada. A finales del sexenio de Calderón, se publicó cómo Paulina, la hija de Romero Deschamps, presumía en Facebook bolsas Hermés de miles de dólares y viajes por todo el mundo, en aviones comerciales y privados; paseos en yates, así como comidas en restaurantes exclusivos y vinos Vega Sicilia de más de 10 mil pesos la botella, mientras el líder sindical que ingresaba 24 mil pesos mensuales siguió en el cargo sindical.
A su hijo José Carlos Romero Durán le regaló un automóvil Enzo Ferrari, edición limitada con un costo de 2 millones de dólares, y su hijo Alejandro posee un yate de nombre “El Guly” que se suma a los navíos “El Güero” y “El Indomable” de la familia Deschamps.
La disidente María de Lourdes Díaz del Movimiento Nacional de Trabajadores Petroleros (MNTP) aseguró que desde el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari comenzó el desmantelamiento de la industria petrolera, pero «Vicente Fox siguió traicionando a la patria, Felipe Calderón, lo mismo y Enrique Peña Nieto fue la cereza en el pastel».
EL LÍDER PETROLERO CON EPN
Un año antes del término del sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), cuando el entonces precandidato Andrés Manuel López Obrador subía en las encuestas, Carlos Romero Deschamps se reeligió en la dirigencia sindical petrolera en 2017, un año antes de que terminara su periodo.
En el marco de protestas de la ciudadanía, el Congreso, incluyendo el Senador Romero Deschamps (2012-2018), aprobó la Reforma Energética en 2013 que abrió las puertas a la inversión privada en el sector energético después de 80 años de monopolio de Pemex.
Durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la petrolera registró una caída pronunciada en la producción que se sumó al descenso en el precio internacional del petróleo y la deuda se elevó a más de 100 mil millones de dólares.
A inicios de año, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador evidenció cómo el robo de combustible se permitía desde la Torre de Pemex. En el 81 Aniversario de la Expropiación Petrolera, Romero no estuvo a lado del Presidente como acostumbró en sexenios priistas y panistas.
Esta semana se revelaron audios de ex funcionarios de Pemex hablando sobre sobornos en la administración pasada cuando Emilio Lozoya Austin, prófugo de la justicia, estaba en la dirección. El Gobierno de Peña Nieto sabía desde 2018 de esas grabaciones que en los últimos días han revelado Univisión y otros medios en relación con un panorama de corrupción y pago de sobornos en Pemex, de acuerdo con documentos obtenidos por esta cadena.
Hasta 2019, sin un cargo en el Congreso (sin fuero); con su abogado Juan Collado Mocelo en prisión preventiva por presunto lavado de dinero (en su detención el petrolero se tiró al suelo en un restaurante), y presionado por diversos grupos disidentes detrás de la Secretaría General, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda lo denunció ante la Fiscalía General de la República (FGR) por presunto enriquecimiento ilícito de él y seis familiares.
Desde 2016, en el sexenio peñista, Miguel Arturo Flores Contreras, del grupo disidente Petroleros Activos en Evolución (PEA), lo denunció ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la entonces Procuraduría General de la República, al igual que a sus hijos, por delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
«No soy un representante sindical nuevo. Hemos pasado por muchos problemas, por persecuciones, por acosos, por señalamientos; por mil cosas. Pero bueno, la unidad es lo que ha fortalecido a esta organización”, dijo en agosto Romero Deschamps en una asamblea luego de la negociación del Contrato Colectivo del Trabajo 2019-2021.
«Independientemente de que me muera ahorita o dentro de no sé cuánto, o termine mi periodo como Secretario General [2019-2024], que el que venga encuentre la unidad que hemos construido todos alrededor de nuestra organización. Eso pesa más que todo el dinero del mundo», agregó el petrolero de 76 años, quien decidió dejar la dirigencia sindical.