Las parejas que se divorcien tendrán una separación menos traumática, al menos en el aspecto material, con el nuevo concepto de casa que puede dividirse en dos partes totalmente independientes y que estará disponible a partir de 2017.
Rotterdam (Holanda), 17 sep (EFE).- Diseñado por el estudio holandés OBA, «Prenunptial Housing», como se denomina el proyecto, es un revolucionario concepto de vivienda que ha sido ideado por el experto en cultura pop y relaciones públicas Omar Kbiri.
«Mientras él mismo buscaba casa con su novia, fue consciente de los problemas que familiares y amigos tenían en este sentido y pensó que una vivienda con estas características podría ayudar a que el proceso de separación fuera menos dolorosa», explica el arquitecto Xander den Duijn del estudio OBA.
Kbiri contactó a su gabinete para que le ayudaran «diseñar una vivienda que pudiera dividirse en dos».
Como respuesta a la creciente tasa de divorcios y separaciones, el edificio, que actualmente se encuentra en fase de desarrollo, consistirá en una vivienda flexible formada por «diversas unidades que puedan conectarse y desconectarse sin demasiado esfuerzo», cuenta Den Duijn.
Los antiguos cónyuges seguirán siendo vecinos pero con viviendas y vidas totalmente independientes porque incluso el interior, cuyo diseño dependerá de las preferencias y necesidades de los inquilinos, está pensado para ajustarse de manera sencilla a las posibles futuras divisiones.
En la casa unitaria «la cocina y el baño estarán compartidos pero su construcción prevé que sean fáciles de separar como componentes individuales, y en sustitución un habitáculo más sencillo será incluido en cada una de las partes», explica el arquitecto holandés.
Precisamente, comenta den Duijn, el mayor reto del proyecto «ha sido diseñar una casa formada de dos unidades autónomas que en apariencia parecen una sola, una forma de diseño que permite que la casa sea una única o dos, según fluya la relación de pareja».
El joven equipo con sede en Amsterdam piensa que la casa, que estará disponible para el mercado internacional, despertará especial interés entre las parejas de Bélgica, Portugal y Hungría, donde las tasas de divorcio se encuentran entre las más altas del mundo.
Aunque más allá de diseñar una vivienda exclusiva para matrimonios que se «atrevan a comprarla pensando en un futuro incierto», este concepto de vivienda puede también ser útil para parejas que quieran vivir separados de vez en cuando.
Para den Duijn está claro que «la casa solucionaría problemas de vivienda de parejas divorciadas, pero, como nueva tendencia, ayudaría a otros tipos de familias con necesidades nuevas y modernas».
En realidad, está pensada para cualquier formato de familia o familias cuyas preferencias puedan cambiar con el tiempo, como puede ser una pareja que esperan un hijo porque sin esfuerzo van a poder añadir una habitación a la vivienda actual.
Inspirados por los canales y las numerosas arquitecturas flotantes de la capital holandesa, esta vivienda flexible podrá instalarse sobre el agua o en tierra firme.
Como si de un «Tetris» se tratara, el edificio se construirá a partir de materiales ligeros como fibra de carbono y madera semitransparente que permitan una sencilla separación, en el caso de ser necesaria, y que además se adapte a los diferentes entornos.
Es difícil saber todavía la aceptación que tendrá el nuevo concepto de vivienda y cómo podrá encajar en el mercado. De momento el pequeño estudio con base en Amsterdam ha recibido ya numerosas solicitudes de encargo por parte de compañías y particulares.