Es difícil encontrar, en estos días, quién hable bien de Miguel Ángel Mancera en la capital del país. ¿Qué pasó con el ex Procurador de la Ciudad de México? ¿Por qué las encuestas muestran una gran decepción por el actual Jefe de Gobierno? Analistas y políticos hablan sobre su desplome. Coinciden en que hay pocas propuestas y que las decisiones que ha tomado son erróneas. El fuego amigo y enemigo lo cruza de lado a lado, mientras su cercanía con el gobierno federal, de extracción priista, se acentúa. Para la realización de este reportaje se solicitó una entrevista con Mancera para que hablara de sí mismo y de su trabajo. Al cierre de la edición, su equipo de prensa todavía no la aceptaba.
Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- Son pasadas las 14 horas del miércoles 10 de septiembre. El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, arriba a una breve conferencia de prensa en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
Falta exactamente una semana para que el mandatario local acuda a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) a presentar su segundo informe de labores y él ha pasado los últimos tres días presentando ante los congresistas federales y locales su propuesta para aumentar el salario mínimo, la primera proposición económica relevante en lo que va de su gestión y que se presenta tras iniciativas impopulares, como el aumento del costo del boleto del Metro o las nuevas restricciones en el programa Hoy No Circula.
Pero esta mañana, en la radio, su antecesor en el cargo, Marcelo Ebrard Casaubón, le ha lanzado un reto: dialogar públicamente para aclarar los presuntos desvíos de recursos y corrupción en la construcción de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, cerrada parcialmente desde marzo pasado.
Apenas un día antes, tras siete meses de que 12 estaciones de la Línea 12 fueron cerradas tras detectarse fallas en los rieles, el contralor general capitalino, Hiram Almeida, había dado a conocer un listado de 33 funcionarios y ex funcionarios señalados como responsables. Entre las irregularidades encontradas por la Contraloría -atribuibles, en algunos casos, a funcionarios de la gestión ebrardista- se mencionaron el desvío de recursos, sobreprecios y uso de documentos apócrifos.
Ebrard salió a defenderse. Aseguró que no es y nunca ha sido corrupto. Durante una entrevista radiofónica en Noticias MVS Primera Emisión, invitó al Jefe de Gobierno a dialogar para aclarar el problema.
De modo que hay expectación sobre la respuesta que dé Mancera a su antecesor. Para eso se ha organizado de última hora una conferencia de prensa, no prevista en la agenda del funcionario. Por la mañana, ha tenido eventos públicos pero ha evitado hablar del tema. Aquí lo hará, tras entrar, flanqueado por su equipo, al salón donde lo espera la prensa.
Vestido con un traje oscuro, camisa impecablemente blanca y una corbata de seda color lila, Mancera Espinosa avanza con paso firme, e incluso se permite lanzar algunas sonrisas a su paso. La posición erguida que siempre mantiene le ayuda a verse más alto de lo que en realidad es; como no hay nadie que lo acompañe en el estrado, su figura centra toda la atención. Se le nota confiado, como quien se sabe en territorio seguro.
Qué imagen tan distinta de la que apenas unas horas antes proyectaba en el Senado de la República, a donde había acudido a presentar su propuesta del aumento salarial ante una veintena de senadores y algunos miembros de su gabinete. Ahí, sentado en el Salón de Protocolos de la Junta de Coordinación Política del Senado, se le notaba incómodo. Miraba poco hacia donde estaban situadas las cámaras de la prensa; prefería mantener la vista en uno de los monitores dispuestos para acompañar la presentación del Secretario de Desarrollo Económico de la capital: Salomón Chertorivski.
Erguido siempre, procuraba mantener el gesto serio, impasible, y cuando sonreía lo hacía con esa extraña sonrisa parecida a la de los niños cuando son forzados a saludar o dar las gracias. Sólo una vez traicionó la firmeza de su expresión: cuando, al tomar agua, se permitió hacer unas muecas, jugar con sus labios. Luego regresó al gesto enjuto. Y lo prolongó cuando fue su turno para hablar. Pronunció su discurso con la misma expresión impasible y con algunos movimientos de manos, escasos y predecibles.
Ahora, en su cancha, se le nota más cómodo. La conferencia que dará será breve, con espacio para apenas unas cuantas preguntas.
Es un reportero del diario Reforma quien le lanza la pregunta, cuya respuesta todos vinieron a buscar:
–¿Usted acepta el reto que le lanza Marcelo Ebrard para que haya un debate o un diálogo público en relación a Línea 12 del Metro? –le cuestiona.
–Es un asunto de análisis jurídico y de análisis administrativo. No veo yo ninguna posibilidad de volverlo político y por supuesto la necesidad de un debate político –ataja Mancera, y no puede disimular del todo la satisfacción de quien se sabe que está saliendo bien librado de una situación, aunque el escenario había sido tan cuidado que no había forma de no hacerlo, de equivocarse. Al retirarse, el mandatario sale nuevamente flanqueado por su equipo.
Después, ese mismo día, Ebrard cuestionará sus palabras y nuevamente lo llamará a dialogar e insistirá en que la Línea 12 es un asunto político. Pero Mancera ya no contestará.
Dos días antes de que el Jefe de Gobierno presente su informe, Ebrard lo retará de nuevo a un diálogo. En su cuenta de Twitter, el ex mandatario local le cuestionará: “A Mancera: si todo el tema de la Línea 12 es técnico porqué el miedo al diálogo (constructivo) para que los ciudadan@s sepan la verdad?”.
Pero Mancera ya no contestará.
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La visita de Mancera Espinosa este miércoles 17 a la Asamblea Legislativa quizá no diste mucho de ese escenario aséptico de hace una semana. El formato que se tiene previsto para el evento, similar al del año pasado, indica que previo a que el Jefe de Gobierno se dirija a los legisladores locales para dar cuenta del estado de su trabajo, los coordinadores de cada bancada darán el posicionamiento de su grupo parlamentario; es decir, que nuevamente no habrá posibilidad de cuestionamientos. Mancera Espinosa ni siquiera estará presente durante los posicionamientos de los legisladores.
Pero ni un escenario fuera de riesgos; ni la respuesta positiva que recibió su propuesta de aumentar el salario mínimo en las cámaras legislativas federales y local; ni el que su gobierno diera finalmente a conocer a algunos de los responsables por las fallas en la Línea 12 le alcanzaron al Jefe de Gobierno para evitar las voces escépticas sobre su trabajo al frente de la capital del país.
La gestión de Mancera podría caracterizarse como “un juego de luces y sombras”, sugiere el politólogo Eduardo Bueno León, académico de la Universidad Iberoamericana. “Es una gestión que ha tratado de mantener equilibrios sin grandes iniciativas políticas, como las que caracterizaron a sus antecesores”, considera.
Pero ello, dice, ha evidenciado que no sólo ha habido decisiones equivocadas por parte del Alcalde, sino una ausencia de ideas.
“No ha incrementado esta dinámica de desarrollismo que dejó Ebrard, esta dinámica social de López Obrador […]. Más bien ha tratado de hacer una gestión en base a dos o tres cosas, que para que hayan pasado dos años expresa una ausencia de ideas, más allá de su plataforma electoral”, opina.
Una voz más crítica es la del también politólogo Telésforo Nava. Para el académico de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la gestión del Jefe de Gobierno ha sido una suma de omisiones y políticas erróneas, de las que la única excepción sería la propuesta para incrementar el monto del salario mínimo.
Nava atribuye las equivocaciones del mandatario a su falta de pericia política.
“Él no tiene una estatura política. No se le ha visto, como era el caso de Marcelo Ebrard o Andrés López, gran habilidad política, labia política, carisma político, que de alguna forma envolviera, atrajera a la población y lograra también altos acuerdos con los políticos”, señala.
A decir de la Senadora panista Gabriela Cuevas Barrón, legisladora por el Distrito Federal, tras 21 meses al frente del gobierno de la capital, Mancera no ha logrado definir el sello de su administración.
“Yo creo que le ha faltado enfocarse en causas, descubrir cuáles son sus grandes temas. A diario anuncia algo, pero al final es difícil acordarnos de qué porque va cambiando mucho de temas. Entonces, es difícil pensar en qué sello tiene esta administración”, expresa.
Bueno León y Cuevas Barrón coinciden en que el perfil de Mancera Espinosa, más de funcionario que de político, también han influido en cómo ha manejado su rol como gobernante.
“Yo creo que Mancera viene de una trayectoria más de funcionario que de político, y eso le da un perfil de liderazgo distinto. No es aquel líder que va haciéndose en las calles y campaña tras campaña, fue producto de una gestión dentro del gobierno de Marcelo Ebrard, y creo que eso también marca su administración como Jefe de Gobierno, en donde ha preferido la parte administrativa que la parte de marcar un liderazgo más político”, opina la Senadora.
Bueno León dice que, a diferencia de sus antecesores, Mancera no tiene un estilo de confrontación o de crítica. El suyo, considera, es más bien un estilo “parsimonioso”.
El problema es que ha sido esa falta de pericia política la que ha hecho que Mancera tome decisiones equivocadas, considera el académico Nava. La consecuencia más evidente de su política errónea ha sido la caída que ha tenido en la aprobación ciudadana, añade el politólogo.
No es cosa menor si se recuerda que Mancera ganó la Jefatura de Gobierno con poco más de 63 por ciento de los votos de los capitalinos, más de lo que obtuvieron, en su momento, sus antecesores Ebrard y López Obrador en la contienda por el mismo cargo.
Pero también su acercamiento con el gobierno federal, de extracción priista, le han generado críticas al mandatario local. El incidente del pasado 2 de septiembre, cuando la plancha del Zócalo capitalino fue usada como estacionamiento por quienes asistieron a Palacio Nacional al mensaje que dio el Presidente Enrique Peña Nieto, fue visto por muchos como muestra de una aparente subordinación del Jefe de Gobierno, ante la tibia y tardía respuesta que dio. Sin embargo, no ha sido el único episodio por el que se habla de una sujeción al jefe del Ejecutivo federal.
Desde el inicio de su gestión, Mancera ha mantenido una estrecha relación con el gobierno federal, especialmente en temas de seguridad, infraestructura y desarrollo social. Particularmente, en su momento llamaron la atención el respaldo que dio a la implementación de la Cruzada contra el Hambre en la ciudad y la Reforma Educativa, ambos proyectos del gobierno federal. Mancera ha asegurado que su trato con el Ejecutivo federal es “institucional”.
La Senadora Cuevas Barrón expone así lo que supone este acercamiento:
“Es difícil entender después de la confrontación histórica que ha habido entre el gobierno del DF y el gobierno federal, ver que la mayor parte de los anuncios que hizo el presidente Peña en su informe tenían que ver con infraestructura en el DF y en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Es difícil ver también en un perredista que permita ver la operación de Sedesol en la Ciudad de México, que eso tampoco se había visto nunca.
«Creo que sí genera ciertos contrastes que al mismo tiempo le están generando problemas con el público de izquierda tradicional muy antipriista que existe en la Ciudad de México; yo creo que en el DF es el público con el mayor nivel educativo del país, y al final aquí se vivieron muchos de los excesos del autoritarismo priista”.
A la falta de experiencia y visión política del Alcalde, Nava le suma la ausencia de un gabinete que lo respalde en su trabajo.
“Eso es lo que le hace falta a Mancera también: un equipo político que pueda sacar adelante a la ciudad, que tenga iniciativas, que tenga ideas. Eso es lo que no tiene; tiene un montón de aduladores, que a diario le están diciendo que es lo mejor y lo máximo. Está bien que se lo digan pero también trabajen para que hagan efectivo eso”, dice.
PROMESAS Y REALIDADES
Durante la campaña electoral, así como en su discurso al asumir el cargo, Mancera dijo que las áreas prioritarias para su administración serían la seguridad, la educación, el desarrollo de los programas sociales, y la atención de la ciudadanía con acciones como la pavimentación y el rescate de espacios urbanos. También aseguró que el Distrito Federal ya no sería una ciudad en construcción, sino una urbe de grandes obras.
Sin embargo, en sus primeros 21 meses, la gestión de Mancera no ha hecho grandes propuestas. “Con excepción de su proposición de aumentar el monto del salario mínimo”, considera Bueno León.
Para el Diputado Santiago Taboada, recientemente nombrado vicecoordinador de la bancada panista en la ALDF, los temas prioritarios de análisis en este momento sobre la gestión de Mancera son la inseguridad, la economía y la situación de la Línea 12 del Metro.
En materia de seguridad, el más reciente Reporte de Índice Delictivo de la Ciudad de México (RINDE), de la organización Consejo Ciudadano Ciudad de México, refiere que en el primer semestre del año las averiguaciones previas por distintos delitos de alto impacto disminuyeron 14.9 por ciento, al pasar de 21 mil 80 en el año 2013 a 17 mil 948 en 2014.
Sin embargo, hace un mes el diario Reforma hizo un recuento de 22 asesinatos que se han registrado en la capital, ligados a delincuencia organizada y la venta de droga, en las delegaciones Gustavo A. Madero, Iztapalapa, Tláhuac y Tlalpan. El medio también recordó hechos como el desmantelamiento de dos narcolaboratorios, la captura de jefes del narcotráfico, decomisos de droga y el hallazgo de una fosa clandestina en Tlalpan, así como el rescate de 11 tamaulipecos secuestrados en la colonia Américas Unidas.
Apenas el pasado 24 de julio fue baleado José Ramón Fontanet Rendón, subdirector de levantamientos en el área de Catastro de la Secretaría de Finanzas. Fue asesinado a bordo de su camioneta, cuando otra camioneta le cerró el paso y le dispararon 13 veces. Sólo recibió cinco tiros, dos de ellos en la cabeza.
En junio, en la colonia Cuautepec de la delegación Gustavo A Madero, fue ejecutado un supuesto narcomenudista apodado ‘El Bofe’. Cinco días después fueron asesinados seis integrantes de una familia en Cuautepec Barrio Alto.
Pero quizá el caso más emblemático en lo que va del gobierno mancerista ha sido el de la desaparición de 12 jóvenes del bar After Heaven, en la Zona Rosa, el 26 de mayo de 2013. Tres meses después, el 23 de agosto, sus cuerpos fueron encontrados en una fosa clandestina en Tlalmanalco, Estado de México.
Desde el inicio de su gestión, el Jefe de Gobierno ha sostenido que se trata de casos“atípicos”, “hechos localizados” o de repuntes temporales de la violencia y reiteradamente ha rechazado que en la ciudad operen cárteles del narcotráfico.
Respecto al problema de la Línea 12 del Metro, el pasado 8 de septiembre, tras casi seis meses de que se suspendiera parcialmente el servicio en la Línea 12 del Metro, el contralor general dio a conocer los nombres de los primeros 33 sancionados por las fallas. Para los panistas, ha sido una respuesta insuficiente, pues no se ha castigado a uno de los que consideran entre los principales responsables, Francisco Bojórquez.
Los panistas también han cuestionado en quién recaería la obligación de pagar por las fallas detectadas. El 12 de septiembre el Secretario de Finanzas del gobierno capitalino, Edgar Amador Zamora, informó que el gobierno pagaría más de 500 millones de pesos por la rehabilitación de la Línea 12, para lo cual destinarían parte del gasto corriente programado para 2015.
En lo que respecta a la economía, el Diputado Taboada critica las decisiones de incrementar el costo del pasaje del Metrobús y del Metro, así como las nuevas restricciones al programa Hoy No Circula. El politólogo Fernando Bueno dice que se trató de “gravísimos errores que han marcado su gestión” y que incluso el propio mandatario atribuyó como causas de la caída en su popularidad.
Para el académico no se trata sólo de un asunto coyuntural de aceptación, sino que tiene que ver con los principios ideológicos de un gobierno de izquierda. “Mancera incumplió eso, quebró, rompió el pacto que es toda elección entre un candidato de las izquierdas y el electorado de izquierdas que lo apoya. Mancera lo rompió”, dice.
Para el politólogo Telésforo Nava, otros asunto que requiere atención en la agenda de la ciudad es cómo el gobierno ha favorecido a los desarrolladores inmobiliarios.
Al respecto, la red ciudadana #VecinosUnidos, que agrupa a comités vecinales, ha señalado que desde el gobierno de Ebrard se ha favorecido al sector inmobiliario a través de leyes y normas favorables a ellos, a costa de la viabilidad de la ciudad, del patrimonio histórico de la ciudad y del patrimonio personal de sus habitantes.
Para ellos, Mancera ha dado continuidad a esa política.
CRIMINALIZAR LA PROTESTA
En materia de derechos civiles, el activista Daniel Gershenson considera que con Mancera ha habido un retroceso. La demostración fehaciente de ello es la criminalización de la protesta social que ha sido denunciada desde el inicio de su gestión, expone.
El informe Control del espacio público: informe sobre retrocesos en las libertades de expresión y reunión en el actual gobierno, elaborado por diversas organizaciones agrupadas en el Frente por la Libertad de Expresión y la Protesta Social, señala que desde el 1 de diciembre de 2012 “inició una nueva forma de respuesta por parte de los cuerpos policiacos en la capital del país […] y se dio origen a una serie de acciones administrativas y legislativas que pareciera pretenden inhibir la protesta social, ya que se establecen procedimientos por parte de los cuerpos policiacos que se traducen en constantes ‘encapsulamientos de contingentes’”.
El informe da cuenta de las detenciones arbitrarias e ilegales, torturas y malos tratos, casos de “abuso de autoridad” e imputaciones falsas a los detenidos durante movilizaciones. Uno de ellos fue el operativo policiaco “Transmisión del Poder Ejecutivo”, el 1 de diciembre de 2012, en el que fueron detenidas 99 personas, 12 de ellas menores de edad. Aunque Mancera aún no asumía el poder para entonces, Gershenson critica que no haya repudiado los hechos y, por el contrario, haya dado continuidad a esas prácticas.
El 10 de junio de 2013, durante la marcha conmemorativa por los hechos violentos del 10 de junio de 1971, evento conocido como ‘Halconazo’, hubo enfrentamientos entre la policía y asistentes, que terminó en la detención de 27 personas, algunas de forma arbitraria.
Para la entrega del primer informe de labores de Peña Nieto, el 1 de septiembre de 2013, hubo diversas manifestaciones. Se reportaron encapsulamientos y detenciones arbitrarias. El 2 de octubre, durante la marcha para conmemorar la masacre estudiantil de 1968, hubo enfrentamientos entre ganaderos y personas que, en su mayoría, portaban el rostro cubierto. Hubo 102 detenidos y al menos 32 lesionados. Organizaciones civiles que acompañaron la marcha para documentar abusos, registraron que muchas de las detenciones fueron hechas por policías vestidos de civil, además de que hubo agresiones directas contra manifestantes pacíficos.
El 1 de diciembre de 2013, al cumplirse un año del gobierno de Peña Nieto, diversas organizaciones convocaron a una marcha de protesta. Una de las consignas era en contra la criminalización de la protesta social. Los contingentes fueron seguidos todo el tiempo por un centenar de agentes de la Policía de Investigación, que vestía ropa negra y equipo de comunicaciones. Sólo se registraron actos violentos al terminar la marcha y 14 personas fueron detenidas, entre ellas una periodista, detalla el informe.
Pero el episodio más reciente en el tema de la protesta se ha dado en un ámbito distinto: el de las leyes.
El pasado 30 de abril, previo al puente vacacional, la ALDF aprobó la llamada Ley de Movilidad del Distrito Federal, la cual establece más y mejores alternativas de movilidad, pero también restringe, a juicio de organizaciones civiles, de “forma ilegítima” los derechos a la libertad de expresión y reunión.
A principios de mayo, el Frente señaló las “irregularidades” encontradas en la normatividad, principalmente en las relacionadas con la protesta social. De acuerdo con el Frente, la ley contiene artículos que interfieren en el ejercicio de la libertad de expresión, además de términos imprecisos que regulan el derecho a la protesta social. Cuestionan, principalmente, los artículos 212, 213 y 214.
En su artículo 212 establece “la necesidad de dar aviso en las manifestaciones públicas, condicionándolas a que tengan una ‘finalidad perfectamente lícita’ y prohibiendo la ‘perturbación de la paz y tranquilidad de la población’”. Esto, considera la agrupación, deja abiertos y vagos dichos conceptos para su interpretación discrecional por las autoridades en las manifestaciones, alejándose de los mínimos indispensables que toda restricción a la libertad de expresión debe tener.
El pasado 28 de agosto, el Frente presentó un amparo contra la Ley de Movilidad. Mediante una acción que representa a 14 mil ciudadanos, se busca combatir la inconstitucionalidad de la ley contra la protesta a través de firmas de colectivos de estudiantes, sindicatos, académicos, artistas, periodistas, activistas de organizaciones de sociedad civil y personas defensoras de derechos humanos. Los amparos interpuestos por el Frente se suman a las acciones de inconstitucionalidad promovidas por la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) y por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
“En una ciudad que se jacta de ser una ciudad que mira hacia adelante, justificadamente en muchos temas, pero en cuanto al respecto irrestricto a los derechos civiles creo que Mancera y el resto de su gabinete de seguridad ha dejado mucho qué desear y la percepción generalizada, que tiene un sustento en los hechos, es que son tiempos de autoritarismo”, expresa Gershenson.
“LLAMARADA DE PETATE”
Entre el primer trimestre de 2013 y el mismo periodo de 2014, en el Distrito Federal aumentó 7.1 por ciento el porcentaje de personas que ganan menos de lo que cuesta la canasta básica, de acuerdo con el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En el mismo intervalo, la capacidad de compra se redujo 11.2 por ciento.
A decir del Diputado Taboada, en el tema de la economía hay asuntos pendientes que atender. Sin embargo, fue hasta hace unos meses que el mandatario local hizo la primer propuesta relevante en esta materia, al sugerir aumentar el salario mínimo de 67. 29 a 82.86 pesos, y luego un incremento gradual hasta alcanzar 171.03 pesos.
La propuesta de un aumento al salario mínimo llegó después de decisiones que generaron un amplio rechazo en la ciudadanía: el aumento del costo del pasaje del Metro y los cambios al programa Hoy No Circula, que plantearon más restricciones para la circulación de automóviles con mayor antigüedad.
Bueno León dice que fueron errores que le han sido difícil revertir al Jefe de Gobierno. “Por eso un poco la propuesta de los salarios mínimos busca un poco compensar ese gravísimo error”, considera.
Aunque los entrevistados ven positiva la propuesta de aumentar el salario mínimo, Nava señala que el gobierno de Mancera necesita de más cosas para revertir las fallas que ha tenido su gestión hasta ahora.
“Si no, eso va a ser simplemente una llamarada de petate y al rato se va a diluir”, expresa.
En los cuatro años que le quedan al frente del gobierno capitalino, Mancera aún puede recomponer el rumbo de su administración, opina la Senadora Cuevas.
“Cuatro años es suficiente para recomponerlo, pero me parece que va a tener un gran reto el próximo año, en cómo configurar un gabinete que realmente sea su equipo, siga sus prioridades y se enfoque a darle resultados a la ciudad, tener una agenda disciplinada, clara, contundente y con resultados muy concretos, muy visibles para la gente, y creo que lo más difícil lo va a tener en el tema de las candidaturas y en la polarización y división que puede fragmentar a la izquierda. Si él no logra tener cierta gobernabilidad en la Asamblea y con las delegaciones, sí se le puede complicar mucho más la maniobra”, señala.
Por ahora, dice Bueno León, el mayor obstáculo para Mancera es él mismo. Si no diseña una estrategia para relanzar su gobierno, podría ser el último jefe de gobierno de la izquierda, advierte. “Si no el último, al menos quien crea las condiciones para que la oposición PRI-PAN crezca y pueda estar en condiciones de disputarle al PRD en la próxima elección la hegemonía en el DF”.