La empresa Electricite de France S.A., de las cuales el Gobierno de Macron posee el 84 por ciento, considera actualmente un plan para nacionalizar la empresa, de acuerdo con fuentes que cita Bloomberg.
Ciudad de México/París, 17 de abril (SinEmbargo/EFE/AP).– El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, en medio de su campaña para reelegirse al frente del Gobierno de su país, dijo que el Estado tendrá que tomar el control de «algunas» empresas de energía para reforzar la independencia energética francesa y evitar así el aumento libre de los precios de la luz y el gas.
“El Estado deberá hacerse cargo de varios aspectos del sector energético”, señaló Macron, de acuerdo con un reporte de Bloomberg. “Tendremos que retomar el control de varios actores industriales”, añadió.
La empresa Electricite de France S.A., de las cuales el Gobierno de Macron posee el 84 por ciento, considera actualmente un plan para nacionalizar la empresa, de acuerdo con fuentes que cita Bloomberg. Esto, debido que dicha compañía tiene una alta cantidad de deudas y enfocarse en el futuro de la producción de energía nuclear.
Macron, quien se encuentra cabeza a cabeza pero aún favorito ante Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, ha prometido nombrar a un Primer Ministro directamente a cargo de la planificación ecológica.
Éste se apoyará a su vez en dos ministros que se repartirán la planificación ecológica en los territorios y la energética, para dejar atrás el gas, el carbón y el petróleo, a cambio de más energías renovables y un impulso de la energía nuclear, con la que el liberal quiere asegurar la independencia energética del país.
Macron insiste en su estrategia de aliar ecología y economía, apostando por la inversión y la innovación para sustituir las energías fósiles por hidrógeno, especialmente en el transporte, e incitar a la compra de vehículos eléctricos que podrán pagarse con un plan de cien euros al mes.
Esta estrategia de conciliar la ecoansiedad de las nuevas generaciones con la ansiedad de ver la imposición de un nuevo modo de vida como un muro de los más climatoescépticos, pasará por reforzar la educación en desarrollo sostenible, formar a 400.000 personas en nuevas profesiones y hasta crear una «fiesta de la naturaleza» anual -en mayo- para ensalzar la relación con la naturaleza.
El candidato, que representa una corriente de centro derecha con tintes sociales, repitió los eslóganes para defender el balance de un mandato en el que el Estado ha sido condenado por «inacción», por no cumplir sus compromisos de reducción de carbono entre 2015 y 2018.
Ya la semana pasada, Macron consideró «chocante» y «excesiva» la remuneración del consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, que ha recibido 19.1 millones de euros a cuenta de 2021, y quiere que a nivel europeo se fije «un techo» y se regule lo que pueden recibir los grandes ejecutivos.
«Si no, la sociedad explota», subrayó Macron en una entrevista a la emisora France Info, con ocasión de la segunda vuelta de las presidenciales del próximo 24 de abril en la que se enfrentará a la ultraderechista Le Pen.
Insistió en que esta cuestión hay que abordarla en la Unión Europea porque el Estado francés «no es accionista» de Stellantis de forma directa, y además la empresa tiene su sede social en los Países Bajos, aunque su sede operativa está repartida entre Francia, Italia y Estados Unidos.
El objetivo sería así evitar que haya «remuneraciones abusivas» y para eso su propuesta es «poner techos» y una gobernanza de las compañías «aceptable».
Preguntado sobre la idea de limitar la remuneración máxima dentro de una empresa a 20 veces lo que cobra el trabajador con el sueldo más bajo, respondió que en principio está «en favor de la libertad de las empresas» pero en el caso de Tavares «estamos en niveles astronómicos».
Le Pen, apoyada por muchos votantes de la clase trabajadora, dijo que más trabajadores deben ser accionistas. “Claro que es escandaloso y es aún más escandaloso cuando son los CEO que han metido su empresa en dificultades”, afirmó el viernes en declaraciones transmitidas por la televisora BFM.
“Una de las maneras de reducir este pago, que suele ser desproporcionado con la vida económica, es tal vez admitir a los trabajadores como accionistas”, consideró.
Stellantis respaldó el paquete, a pesar de que la reunión anual de los accionistas lo rechazó por 52.1 por ciento a 47.9 por ciento de los votos. La reunión fue presidida desde Holanda, sede legal de la empresa. Bajo el código civil holandés, el voto es consultivo y no vinculante.
La empresa dijo en un comunicado que ha tomado nota de la votación, como explicará en un próximo informe.
Stellantis, cuyas marcas incluyen Peugeot, Fiat, Jeep, Opel y Maserati, reportó que sus ganancias netas el año pasado se triplicaron a 13 mil 400 millones de euros (15 mil 200 millones de dólares),
El Gobierno francés es el tercer accionista más grande de Stellantis, con una participación del 6.15 por ciento a través de Bpifrance Participations S.A., el banco público de inversiones.