Un gasto innecesario, tiempo perdido, falsos positivos o incluso daño a la salud, son algunas de las consecuencias de llevar a cabo estudios médicos innecesarios. Sin embargo, hay otros que son obligatorios y pueden salvar tu vida.
Por Consumer Reports
Ciudad de México, 17 de abril (SinEmbargo/LaOpinión).- Someterte a una serie de exámenes médicos puede parecer buena idea, como si tu médico no estuviera escatimando esfuerzos en su búsqueda de una enfermedad oculta. Y que te hagan el examen correcto en el momento correcto te puede salvar la vida. Pero someterte a pruebas que no necesitas no solo es una pérdida de tiempo y dinero, sino que también pueden causar daño.
“Te puede exponer a radiación, causar ansiedad innecesaria y llevar a exámenes y tratamientos de seguimiento costosos que, a su vez, conllevan riesgos, en ocasiones mayores a los de la enfermedad que buscan detectar“, señala la doctora Tanveer Mir, M.D., presidente de la Junta de Regentes del Colegio Estadounidense de Médicos.
Las inquietudes sobre la realización excesiva de pruebas han crecido tanto que más de 60 grupos, que incluyen al Colegio Estadounidense de Médicos, la Academia Estadounidense de Médicos de Familia y el Colegio Estadounidense de Cirujanos, además de Consumer Reports, participan ahora en un proyecto llamado Choosing Wisely (“Cómo elegir sabiamente”) para alertar a los pacientes y a sus médicos sobre los riesgos.
Las tasas de algunos exámenes se están reduciendo, pero son necesarios más avances de acuerdo con un estudio publicado en 2015 en la revista JAMA Internal Medicine.
Estos son cinco ejemplos de exámenes comunes que se realizan más a menudo de lo necesario.
PRUEBAS DE ESFUERZO PARA DETECTAR ENFERMEDAD CARDÍACA
¿Por qué normalmente no la necesitas?: Muchas personas se someten a esta prueba, que también se llama prueba en caminadora o prueba de ejercicio, como parte de su examen médico de rutina. Una encuesta de Consumer Reports realizada entre personas de 40 a 60 años de edad sin antecedentes ni síntomas de enfermedad del corazón encontró que casi un 10 por ciento se había sometido a pruebas de esfuerzo en los últimos cinco años.
Pero si tienes un riesgo bajo, estas pruebas, que consisten en hacerte caminar en una banda caminadora estando conectado a un electrocardiograma (ECG) para medir la salud cardíaca, no se recomiendan. Además, pueden arrojar resultados engañosos que pueden requerir pruebas adicionales, según el doctor Mark Creager, M.D., presidente de la Asociación Estadounidense del Corazón y director del Centro Cardíaco y Vascular en el Dartmouth Hitchcock Medical Center en Hanover, N.H.
Estos exámenes de seguimiento incluyen angiografías coronarias, que te pueden exponer a una dosis de radiación equivalente a de 600 a 800 radiografías del tórax. Una prueba de esfuerzo físico cuesta varios cientos de dólares; los exámenes de seguimiento pueden añadir miles de dólares a la cuenta.
¿Cuándo vale la pena realizarlas?: Las pruebas de esfuerzo físico pueden ser necesarias si tienes síntomas de enfermedad cardíaca, como dolor de pecho o falta de aire o si tu médico determina que tienes un mayor riesgo de un ataque al corazón debido a hipertensión arterial o niveles de colesterol altos, diabetes, tabaquismo u otros factores de riesgo.
RADIOGRAFÍA DE TÓRAX ANTES DE CIRUGÍA
¿Por qué normalmente no la necesitas?: Muchos hospitales solicitan regularmente radiografías antes de las cirugías. Sin embargo, en el caso de los pacientes que tienen un bajo riesgo, estos exámenes encuentran algo que requiere que un cirujano o anestesiólogo cambien la atención solo dos por ciento de las veces, de acuerdo con un estudio realizado en 2015 por la revista JAMA Internal Medicine. En la mayoría de los casos, una historia clínica y un examen físico les darán a los médicos toda la información que necesitan.
“Hace treinta años, los hospitales realizaban radiografías preoperatorias porque la mayoría de los pacientes que se sometían a cirugía pasaban una gran cantidad de tiempo anestesiados, así que los médicos querían asegurarse de que sus pulmones estuvieran saludables”, explica la doctora Debra Monticciolo, M.D., profesora de radiología en Ciencias de la salud de la Universidad de Texas A&M y portavoz del Colegio Estadounidense de Radiología. “Pero a medida que los procedimientos se han vuelto más y más cortos, a menudo requieren sedación consciente. Las radiografías se han vuelto mucho menos necesarias”.
Recibir una radiografía cuando no la necesitas podría desencadenar una falsa alarma que lleve a exámenes de seguimiento innecesarios y retrasar la atención que sí necesitas. La cantidad de radiación que utiliza una radiografía es pequeña, pero el riesgo de cáncer a causa de la radiación puede ser acumulativa, por lo que es buena idea evitar la exposición siempre que sea posible.
¿Cuándo vale la pena realizarlas?: Las radiografías del tórax antes de una cirugía son necesarias si tienes antecedentes de enfermedad cardíaca o pulmonar o síntomas de esos padecimientos. También debes someterte a una radiografía del tórax si eres mayor de 70 años y no te han tomado una en los últimos 6 meses o si te harán una cirugía en el corazón, los pulmones o cualquier otra parte del pecho.
TOMOGRAFÍAS COMPUTARIZADAS PARA DOLORES DE CABEZA Y CONMOCIONES
¿Por qué normalmente no la necesitas?: Si estás sufriendo una fuerte jaqueca o si te golpeaste con fuerza la cabeza, realizarte una tomografía computarizada, la cual combina múltiples radiografías para crear imágenes en 3D, puede parecer lógico. Pero a menudo la prueba es innecesaria.
De hecho, una de cada tres tomografías computarizadas por lesiones menores de la cabeza no son útiles, según un estudio realizado en 2015. “Las conmociones no se pueden detectar en una tomografía computarizada”, explicó el doctor Edward Melnick, M.D., autor principal del estudio y profesor asistente de medicina de emergencia en la Universidad de Yale.
Además, una de cada ocho visitas al médico por un dolor de cabeza o una migraña lleva a una tomografía computarizada o una resonancia, de acuerdo con un estudio realizado por la escuela de medicina de la Universidad de Michigan en 2014. Pero incluso en personas con dolores de cabeza recurrentes, solo de uno a tres por ciento de los exámenes detectan una anomalía significativa.
“Los pacientes vienen pidiendo una gammagrafía cerebral y los médicos están tan preocupados de que no notarán algo que pueda desatar una demanda que les dan a los pacientes lo que quieren, incluso cuando no hay una necesidad real”, explica el doctor Brian Christopher Callaghan, M.D., autor del estudio.
Esas gammagrafías pueden detectar “incidentalomas”, es decir, resultados ligeramente anormales que llevan a exámenes de control pero que, al final, resultan inofensivos. Y las tomografías computarizadas innecesarias pueden exponerte incluso a más radiación que las radiografías que no necesitas.
¿Cuándo vale la pena realizarlas? En la mayoría de los casos, un examen neurológico que incluye preguntas sobre la lesión y los síntomas puede determinar si tú o tu hijo han tenido una conmoción. Puedes esperar someterte a una tomografía computarizada únicamente después de un accidente automovilístico, una caída de bicicleta si no llevabas casco u otro accidente serio, o si presentas síntomas inquietantes como confusión, pérdida de la conciencia, debilidad u hormigueo en un lado del cuerpo o pérdida de la audición o la vista.
En caso de dolores de cabeza, los exámenes imaginológicos pueden ser apropiados si tienes síntomas inusuales, un examen neurológico anormal o si tu médico no puede diagnosticar el problema con base en tus síntomas.
ULTRASONIDOS DE LA ARTERIA CARÓTIDA
¿Por qué normalmente no la necesitas?: Puede que hayas visto que ofrecieran esta prueba en una clínica móvil o una feria local de la salud. Esta prueba, que se promueve como una manera simple e indolora de evaluar tu riesgo de un ataque cerebral, busca obstrucciones en las arterias carótidas que se encuentran en ambos lados de tu cuello. Sin embargo, menos de dos por ciento de las personas que tienen bloqueos en estas arterias y que por lo demás no tienen otros síntomas terminan teniendo un ataque cerebral.
El examen no expone a las personas a la radiación, pero a menudo sugiere que hay un bloqueo cuando en realidad no lo hay, de acuerdo con un estudio realizado en 2014 por la revista Annals of Internal Medicine.
“Esto puede llevar a más pruebas e incluso a cirugías innecesarias para desbloquear las arterias, lo cual a su vez conlleva el riesgo de un ataque cerebral”, indica el doctor Michael LeFevre, M.D., vicepresidente de medicina familiar y comunitaria en la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri, y expresidente del Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EU, el cual asesora al gobierno sobre asuntos de salud pública. De hecho, un tratamiento común para arterias carótidas obstruidas, llamado endarterectomía carótida, puede desencadenar ataques cerebrales en el dos al cuatro por ciento de las personas.
Es por eso que el equipo de trabajo, junto con la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA), y el Colegio Estadounidense de Cardiología, no recomiendan pruebas de detección de ecografías para la mayoría de las personas.
Cuándo vale la pena realizarla: Los beneficios de la prueba superan los riesgos si tienes antecedentes de ataque cerebral o mini ataque cerebral (ataque isquémico transitorio), que a menudo está marcado por síntomas como adormecimiento o debilidad de un lado de la cara o dificultad para hablar o para entender.
EXÁMENES PÉLVICOS PARA MUJERES
Por qué normalmente no lo necesitas: Algunos ginecólogos y médicos de atención primaria combinan un examen de Papanicolaou, el cual puede detectar cáncer del cuello uterino, con un examen pélvico. Esa prueba, cuyo propósito principal es detectar cáncer de ovario, consiste en un examen abdominal y vaginal realizado por el médico en busca de anomalías en los ovarios y el útero.
Sin embargo, no hay evidencia sólida de que un examen pélvico ayude a detectar el cáncer de ovario o aliviar problemas benignos como los miomas uterinos o los quistes al permitir que los médicos los traten de manera más temprana, según una revisión de la revista JAMA Internal Medicine en 2015. Por el contrario, pueden hacer que las mujeres se sientan incómodas y ansiosas, y puede incrementar ligeramente el riesgo de cirugías innecesarias. Por esta razón, el Colegio Estadounidense de Médicos (ACP) ya no recomienda realizar exámenes pélvicos regularmente.
Sin embargo, muchos médicos aún los realizan. Alrededor de la mitad cree erróneamente que son muy importantes para detectar el cáncer de ovario y muchos los llevan a cabo solo para tranquilizar a las pacientes, de acuerdo con un estudio llevado a cabo en 2012 por la Universidad de California en San Francisco.
Cuándo vale la pena realizarlo: Puede ser necesario un examen pélvico si estás experimentando posibles signos de advertencia de inflamación, dolor pélvico, molestias durante las relaciones sexuales o problemas urinarios como fugas o incontinencia. Incluso si no necesitas un examen pélvico completo, la mayoría de las mujeres deben someterse a pruebas de detección regulares en busca de cáncer cervical.
6 EXÁMENES QUE SÍ NECESITAS
Asegúrate de estar al día con estas pruebas de detección cruciales.
PRUEBAS DE LA PRESIÓN ARTERIAL
Qué es: Una lectura de tu cifra sistólica (superior) y diastólica (inferior).
Quién las necesita: Todos.
Qué tan a menudo: Al menos cada dos años y mínimo una vez al año si tus lecturas son de 120 sobre 80 o superiores.
PRUEBAS DE COLESTEROL
Qué es: Un análisis de sangre para medir los niveles de colesterol LDL (malo) y HDL (bueno).
Quién las necesita: La mayoría de los hombres debe comenzar a los 35 años y las mujeres a los 45. Las personas que tienen presión arterial alta, antecedentes familiares de enfermedad cardíaca u otros factores de riesgo como el tabaquismo en general deben comenzar antes (los hombres a los 25 y las mujeres a los 35).
Qué tan a menudo: Cada tres a cinco años, dependiendo de los resultados.
PRUEBA DE DIABETES
Qué es: Un examen de la glucosa en la sangre en ayuno y una prueba de HbA1c para medir el control del azúcar en la sangre a largo plazo.
Quién las necesita: Las personas que tienen presión arterial o colesterol alto, además de las personas que tienen sobrepeso u obesidad con otros factores de riesgo, como antecedentes familiares de diabetes o diabetes gestacional.
Qué tan a menudo: Cada tres años, dependiendo de los resultados.
PRUEBAS DE CÁNCER DE COLON
Qué es: Colonoscopia (un examen de todo el colon, realizado con un colonoscopio flexible), sigmoidoscopia (un examen del último tercio del colon), un estudio de las heces.
Quién las necesita: Personas de entre 50 y 75 años de edad.
Qué tan a menudo: Colonoscopia cada 10 años; sigmoidoscopia cada cinco años, junto con un análisis de las heces cada 3 años; o un análisis de heces cada año.
PRUEBAS DE CÁNCER DE SENO
Qué es: Una mamografía.
Quién las necesita: Mujeres de entre 50 y 74 años. Las mujeres de entre 40 y 50 años y las de 75 años en adelante deben hablar con un médico para saber si es buena idea someterse a pruebas con base en sus factores de riesgo.
Qué tan a menudo: Cada dos años.
PRUEBAS DE CÁNCER DEL CUELLO UTERINO
Qué es: Un examen de Papanicolaou (un análisis de muestras de tejido del cuello uterino) y una prueba del virus del papiloma humano (VPH) (para detectar el virus que puede provocar cáncer del cuello uterino).
Quién las necesita: Mujeres de entre 21 y 65 años de edad.
Qué tan a menudo: Un examen de Papanicolaou cada tres años. Las mujeres de entre 30 y 65 años pueden pasar cinco años entre una prueba y otra si se realizan una prueba de detección del VPH con su examen de Papanicolaou.
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