“El candidato del PRI a la presidencia, quienquiera que sea, será contaminado por la asociación con el actual gobierno. La candidata panista más probable, Margarita Zavala, es popular, pero es la esposa de un ex Presidente, Felipe Calderón, que es ampliamente culpado por un aumento de la violencia provocada por su inepta represión contra el crimen. El PRD tiene poco apoyo. Las relaciones infligidas con los Estados Unidos y una economía debilitada por la embestida de la administración Trump también jugarían en las manos de López Obrador”, dice The Economist en un amplio texto que lo critica por su “falta de respeto a las instituciones”.
Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).– La influyente revista inglesa The Economist dedica en su nueva edición un largo texto contra el precandidato presidencial mexicano Andrés Manuel López Obrador. Destaca que “carece del respeto por las instituciones”. Dice que ha moderado su discurso pero que eso no garantiza que se moderará en una eventual Presidencia. Afirma que “gran parte de la élite mexicana reza para que tal bufonería vuelva a demostrar su destrucción”.
Pero, además, sostiene que si gana “México se embarcará en un peligroso experimento político”.
Sin embargo, señala que sus posibles contrincantes están imposibilitados por ellos mismos, por sus partidos, por el Gobierno en curso y, en el caso de Margarita Zavala, por el desempeño de su marido, el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
The Economist, cita a Juan E. Pardinas, Director General del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), quien dice que “como Alcalde de la Ciudad de México, López Obrador causó menos caos que su imagen sugirió que podría. Construyó avenidas e introdujo una pequeña pensión universal. La deuda aumentó un modesto 9 por ciento en términos reales durante su Alcaldía. ‘Se puso bien con las empresas y con los desarrolladores’, dice Agustín Barrios Gómez, del Consejo Mexicano de Relaciones Exteriores, ex Diputado del PRD. Dejó el cargo con un índice de aprobación del 84 por ciento. Pero prefería las políticas populares a las buenas. Las pensiones no exigían que los futuros beneficiarios contribuyeran. La inversión en vías se habría gastado mejor en el transporte público. No trabajó para profesionalizar la policía o el poder judicial. En resumen, ‘él no era un constructor de instituciones’”.
“Ese fracaso apunta a su rasgo más preocupante: el desprecio por las normas, la separación de poderes y el imperio de la ley. Después de perder las elecciones en 2006, sus partidarios amenazaron con una revolución y bloquearon Reforma, una de las principales avenidas de la capital, durante seis semanas. En 2001 respondió débilmente al linchamiento de un hombre sospechoso de robar imágenes religiosas cerca de la Ciudad de México, diciendo: ‘No interferimos con las creencias del pueblo’. Aunque personalmente honesto, López Obrador carece del respeto por las instituciones que lo harían un efectivo luchador contra la corrupción”, afirma la publicación, con una fuerte presencia en el mundo de los negocios y las finanzas globales.
“A medida que se aproxima la tercera (y probablemente final) carrera a sus 63 años, está tratando de ser menos divisivo. Apoyó el plan de Peña de visitar a Trump en enero. Ha sido más amigable con los negocios. Decepcionados por el desempeño de la economía bajo el reformista Peña, algunos empresarios están ‘más dispuestos a darle oportunidad al señor López Obrador’, dice Gerardo Esquivel, economista del Colegio de México”, sostiene.
“Por ahora, López Obrador tiene para sí el campo político. Morena es básicamente un partido de un solo hombre, lo que significa que su cuota de transmisiones de propaganda partidaria puede centrarse en promoverlo. Otros partidos tienen que dividir sus recursos entre varios políticos; ninguno ha seleccionado a su candidato presidencial para 2018”, afirma la revista inglesa.
“El candidato del PRI a la presidencia, quienquiera que sea, será contaminado por la asociación con el actual gobierno. La candidata panista más probable, Margarita Zavala, es popular, pero es la esposa de un ex Presidente, Felipe Calderón, que es ampliamente culpado por un aumento de la violencia provocada por su inepta represión contra el crimen. El PRD tiene poco apoyo. Las relaciones infligidas con los Estados Unidos y una economía debilitada por la embestida de la administración Trump también jugarían en las manos de López Obrador”, agrega.
La influyente revista inglesa inicia su texto narrando cuando Andrés Manuel López Obrador terminó un discurso en la plaza principal de Jilotepec, en estado de Veracruz. “La multitud avanza. Se tarda 15 minutos para pasar a través de la conmoción para llegar al coche aparcado fuera de la tienda donde habló. El punto de la manifestación es promover al partido de López Obrador, Morena, en las elecciones municipales que se celebrarán en Veracruz en junio. Pero su objetivo principal es mucho mayor: ganar la presidencia de México en su tercer intento, en 2018”.
“Esa es una perspectiva que emociona a algunos mexicanos y aterroriza a otros. Una figura de importancia nacional desde hace más de 20 años, AMLO, como se le llama a menudo, ha amenazado con fulminar los privilegios, la corrupción y el establishment político. Si barrenos todo eso, le dice a los pobres mexicanos, y sus vidas mejorarán. Muchos otros escuchan en ese mensaje la amenaza de un populista carismático que castiga la empresa, debilita las instituciones y hace retroceder las reformas. Los más preocupados lo ven como una versión mexicana del fallecido Hugo Chávez, un autócrata que destrozó la economía venezolana y socavó su democracia”, agrega la publicación, que desde hace años ha mantenido un discurso ríspido contra líder de izquierda mexicano.
Pero México, agrega, al igual que algunos países más ricos, puede ahora querer una política más drástica. “Los votantes están enfurecidos por la corrupción, el crimen, que está aumentando de nuevo después de una caída, y el débil crecimiento económico. Poco después de que el señor López Obrador habló en Jilotepec, el fiscal de Veracruz informó que 250 cráneos pertenecientes a víctimas de las bandas de narcotraficantes habían sido encontrados en fosas cercanas a la capital del estado. Muchos mexicanos han dejado de creer que cualquiera de los partidos que han gobernado México este siglo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del Presidente Enrique Peña Nieto, o el Partido de Acción Nacional de oposición (PAN), hará mucho sobre tales horrores. Y ahora enfrentan un enfrentamiento con un presidente estadounidense [Donald Trump] que quiere poner fin al TLCAN, deportar a millones de mexicanos, construir un muro y obligar a México a pagar por él”.
El líder de Morena, dice The Economist, propone responderle con su propio discurso incorruptibilidad, y al nacionalismo de Donald Trump con un nacionalismo ardiente propio. “En Jilotepec se quejó contra el ex Gobernador de Veracruz, ahora enfrentando cargos de corrupción y huyendo de la policía. Golpea al PRI, el partido del fugitivo, como ‘corrupto y cínico’, y al PAN como ‘corrupto e hipócrita’. El mensaje llega a casa. ‘México es rico, pero los que nos gobiernan nos roban’, dice un partidario”.
López Obrador ha llevado su campaña a Estados Unidos, donde se presenta como el único político que puede enfrentarse a Trump, recuerda. “En Nueva York, el 13 de marzo denunció a Peña por permitir que su homólogo estadounidense bañara de ‘insolencia e insultos’ a millones de mexicanos que viven en Estados Unidos. Un Presidente López Obrador significaría ‘machos alfa de cualquier lado de la frontera’, dice Juan Pardinas de IMCO, un think-tank. A los votantes les puede gustar esa idea”.
The Economist dice enseguida que López Obrador es el primer candidato para las elecciones del próximo año. Y que en una elección de una vuelta, podría ganar con tan poco como el 30 por ciento de los votos.
“Si eso sucede, México se embarcará en un peligroso experimento político”, agrega.
Después de resumir su biografía, la publicación inglesa señala que López Obrador ha sido “un oponente incansable de las medidas de modernización de la economía, desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte con los Estados Unidos y Canadá, que entró en vigor en 1994, hasta la apertura del mercado de la energía a los inversores privados bajo Peña en 2014. Si es elegido, López Obrador promete celebrar un referéndum sobre la Reforma Energética. Un capítulo de su libro más reciente se llama ‘privatización es un sinónimo de robo’. Se ha unido a un sindicato de maestros radical y perjudicial para resistir una Reforma Educativa promovida por Peña, que exigiría a los profesores de las abismal escuelas estatales que tomen las pruebas de evaluación”.
“Su victoria no es cosa segura. Su ímpetu sería disminuido si Morena hace mal en la elección del Gobernador en el Estado de México en junio. Los votantes de cualquier tipo, cualquiera-menos-AMLO, podrían unirse detrás de un candidato; casi la mitad de los votantes tienen una opinión negativa de él [López Obrador], una proporción mucho mayor que para cualquier otro candidato potencial. Tiene un talento para la autodestrucción. En 2006, su ventaja de 16 puntos desapareció después de que se negó a participar en el primer debate televisado y llamó al Presidente, Vicente Fox, ‘chachalaca’, un pájaro conocido por su cacareo”, señala The Economist.
Concluye: “Gran parte de la élite mexicana reza para que tal bufonería vuelva a demostrar su destrucción. Pero se ha vuelto más suave y disciplinado. El peligro es que, incluso si él es más astuto acerca de obtener el poder, no puede ser más sabio sobre cómo ejercerlo”.
López Obrador atraviesa por otro periodo de críticas surgidas cuando un padre de los normalistas desparecidos en Ayotzinapa lo cuestionó sobre su relación con el ex Alcalde de Iguala, José Luis Abarca, a quien el Gobierno federal acusa de haber ordenado el secuestro y asesinato de los estudiantes en septiembre de 2014.
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En su gira por Nueva York, Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio Tizapa, uno de los 43 estudiantes de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos.
Tizapa esperó a que concluyera un mitin que el martes encabezaba López Obrador en Nueva York y lo enfrentó mientras la camioneta en que viajaba el líder de Morena avanzaba lentamente.
El hombre se acercó al vehículo, se presentó y cuestionó al político por sus vínculos con Ángel Aguirre, ex Gobernador de Guerrero, y José Luis Abarca.
“No seas provocador”, dijo López Obrador, según se puede constatar en un video del suceso, y le exhortó a “reclamar al Ejército” y al Presidente Enrique Peña Nieto.
Ayer, representantes del partido los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) y el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lo criticaron e incluso lo retaron a presentar pruebas de que las Fuerzas Armadas fueron participes de la desaparición de los jóvenes estudiantes.
“Señor López, [los militares] son mexicanas y mexicanos que se prepararon para defender a los mexicanos, a las familias mexicanas, y que en el discurso simplista las señala, las lastima y no prueba; ante esos señalamientos, y particularmente en el tema de Ayotzinapa, mínimamente tiene que ir al Ministerio Público para llevar las pruebas del señalamiento que hizo el día de ayer”, manifestó el titular de Secretaría de Gobernación, en conferencia de prensa.