Greenpeace alertó que la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, aprobada en fast track la semana pasada, y la Ley de Biodiversidad –actualmente discusión– dan paso a la explotación de los recursos naturales y de la fauna en México. Ambas legislaciones promovidas por el PVEM, acusó, son “una muy mala combinación: la Ley de Biodiversidad que desprotege las plantas, más una Ley Forestal que baja los requisitos a la explotación, es la receta perfecta para perder la biodiversidad».
Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).- La nueva Ley de Desarrollo Forestal, de la mano con la propuesta de Ley General de Biodiversidad, facilitan el saqueo de los recursos genéticos forestales en bosques y selvas, y en todos los ecosistemas de México, denunciaron organizaciones de la sociedad civil. Ambas legislaciones fueron promovidas por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
En entrevista para SinEmbargo, Miguel Rivas, campañista de Océanos de Greenpeace México, señaló que el partido del tucán no sólo perdió la brújula con el fomento de ambas legislaciones. Las cuales, alertó, se convierten en la «peor amenaza» para la conservación de los ecosistemas del país. Pese a que México es considerado unos de los tres megadiversos a nivel mundial.
«Nosotros hemos resaltado que el Partido Verde perdió el rumbo […], que al parecer sus intereses son empresariales, que tienen que ver con el lucro sobre la biodiversidad, más que por promoverla y proteger el capital natural de la nación», acusó.
Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) la gran diversidad natural ofrece oportunidades de desarrollo para el país y a la vez atribuye una gran responsabilidad en el cuidado de la naturaleza.
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El activista destacó que detener la aprobación de la Ley de Biodiversidad es de suma importancia para proteger los recursos naturales de México.
«Actualmente vivimos una pérdida de biodiversidad muy acelerada y México, como país megadiverso es un reservorio, un santuario de la biodiversidad. Si dejamos que estas leyes pasen, dejamos en bandeja de plata la explotación y extinción de especies. El número de especies en riesgo podría duplicarse», alertó.
Las organizaciones Greenpeace, Defenders of Wildlife y Teyeliz señalan que de ser aprobada durante el actual periodo de sesiones, a finales de abril, la Ley General de Biodiversidad permitiría entre otras cuestiones:
-La importación de primates exóticos bajo el falso argumento de conservación cuando no existen en México programas de reproducción de la especie.
-El aprovechamiento extractivo de subsistencia de las tortugas marinas, productos y subproductos.
-La desprotección de los psitácidos (loros) mexicanos que conllevaría al aumento en el tráfico ilegal, lo cual estaría contraviniendo lo dispuesto por la Organización de las Naciones Unidas en cuanto a la reducción de dicha actividad ilícita.
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Por otro lado, distintas organizaciones han acusado que la iniciativa de reforma a la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, aprobada el martes pasado en la Cámara de Diputados, es un retroceso en los derechos de indígenas y campesinos en materia de manejo forestal comunitario. «Reduce los requisitos necesarios para la autorización de explotación» de los bosques, acusó Miguel Rivas.
En días pasados, productores, organizaciones y académicos ofrecieron una conferencia de prensa en el Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos), donde acusaron que dicha Ley deja abierta la posibilidad de que los bosques sean impactados, debido a un manejo inadecuado al ser arrebatados de las comunidades indígenas.
Raúl Benet, del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), aseguró, durante el mensaje a medio, que con la Ley Forestal, las autoridades exhiben una “necesidad de control con las políticas forestales. Muestra un proyecto de Gobierno autoritario que no quiere dejar ningún resquicio de participación ciudadana”.
Benet criticó que la “avaricia y codicia” representan al PVEM y no “un Verde relacionado con el medio ambiente”. Criticó que el partido no haya atendido la solicitud de más de 100 organizaciones de todo México ni del Congreso del Estado de Oaxaca, quienes demandaron la apertura de la discusión del documento de la iniciativa.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda); el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS); la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF); Silvícola Ocote Real; Silvicultores y Productores Agropecuarios Quetzalpapalot; la Unión Estatal de Silvicultores Comunitarios de Oaxaca (UESCO) y la Unión de Ejidos Sierra Norte de Puebla, subrayaron que la Ley:
-Deja en la discrecionalidad y la incertidumbre la integración de las manifestaciones de impacto ambiental a los planes de manejo y sus correspondientes autorizaciones ni señala cuál es la autoridad que dictamina sobre este asunto, dejando la interpretación de un doble trámite ante diferentes autoridades.
-No define la disposición de integrar un padrón de dueños y técnicos con desempeño superior, que reciban incentivos de agilización de trámites y autorizaciones automáticas.
-No incorpora las propuestas para el fortalecimiento de unidades regionales con enfoque integral y concurrente con otros sectores, habilitado para recibir las funciones de dictamen y capacitado para la atención inmediata de contingencias sanitarias.
Miguel Rivas, de Greenpeace, pidió que no ocurra lo mismo con la Ley de Biodiversidad que aún está por discutirse. «La Ley Forestal pasó como tememos que pase la de Biodiversidad, en fast track, sin ninguna discusión ni mayor consulta», dijo.
El activista alertó que la legislación «deja al 97 por ciento de la flora fuera de la Ley, se dejan fuera para darle la potestad a la Forestal. Así esta Ley es el instrumento con el cual se manejarían todas las especies, excepto las que estén en peligro, éstas le corresponderían a la de Biodiversidad».
«Es una muy mala combinación: Ley de Biodiversidad que desprotege las plantas, más una Ley Forestal que baja los requisitos a la explotación, es la receta perfecta para perder la biodiversidad», lamentó.
Con la falta de protección, acusó, lo que el PVEM pretende hacer es permitir la explotación de los recursos, «es el primer fin que estas dos leyes tienen», aseguró.
«Te quedas con que es una legislación muy laxa, que no protege y que además facilita la explotación de recursos, como saqueo, es una explotación desproporcional a los recursos», agregó.
Rivas hizo un llamado a que el partido del tucán deponga la Ley de Biodiversidad y a que se dé el tiempo de discutir y reflexionar lo que, en sus palabras, «es una Ley muy importante como para quererla aprobar en un par de meses. Que se den el tiempo de hacer una consulta general y pública».
Finalmente, extendió una invitación a los ciudadanos que deseen sumarse a la petición en línea «Firma para que la iniciativa de Ley General de Biodiversidad se deseche», que fue lanzada a finales de febrero y al momento ha recabado la firma de 35 mil 371 personas.
«Estas leyes no pueden aprobarse como si fueran algo trivial cuando en realidad están determinando el futuro del país», remarcó.