El cigarrillo electrónico constituye hoy la sustancia de mayor riesgo usada por los adolescentes, ya que estos objetos calientan una solución líquida que generalmente contiene nicotina y producen un vapor inhalable. Más del 55 por ciento de los fumadores adultos trataron de dejar el cigarrillo el año pasado y solo el 7 por ciento lo pudo hacer, de acuerdo con cifras del gobierno estadounidense.
Por Matthew Perrone
Washington, Estados Unidos, 17 de enero (AP).- El vapeo de adolescentes ya es una epidemia mundial que afecta a 3.6 millones de menores de edad que usan Juul y otros cigarrillos electrónicos. Pero nadie sabe cuál es la mejor forma de ayudar a los adolescentes que pueden ser adictos a la nicotina.
El cigarrillo electrónico constituye hoy la sustancia de mayor riesgo usada por los adolescentes, según las autoridades estadounidenses, que dicen que Juul y productos similares se propagan con mayor velocidad que los cigarrillos, el alcohol, la marihuana y otras sustancias.
Los cigarrillos electrónicos calientan una solución líquida que generalmente contiene nicotina y producen un vapor inhalable.
En países como Estados Unidos está prohibido venderles estos cigarrillos a menores de 18 años, pero estos dicen que las consiguen con amigos o por la internet.
Si bien se han tomado algunas medidas para evitar que los cigarrillos electrónicos lleguen a las manos de menores de edad, no se habla casi de cómo tratar la adicción a la nicotina en chicos de hasta 11 años de edad. Es posible que algunos logren dejar el cigarrillo sin ayuda de nadie, pero los expertos dicen que a muchos les costará y tendrán síntomas de ansiedad, irritabilidad, problemas para concentrarse y una pérdida de apetito.
Los médicos que tratan a pacientes jóvenes tienen varios dilemas: Las terapias contra el cigarrillo, como los parches y los chicles de nicotina, no se pueden vender a los menores porque no se han hecho suficientes experimentos y los resultados son pobres. Además, los jóvenes tienden a pensar que es imposible hacerse adictos al cigarrillo electrónico y no tienen incentivos para dejarlo.
El mal sabor y la mala experiencia del cigarrillo cuando se lo prueba por primera vez puede desalentar a muchos jóvenes y evitar que contraigan el hábito. Pero eso no sucede con el vapor del cigarrillo electrónico, que es más fácil de inhalar, según expertos.
Superar una adicción requiere disciplina, paciencia y la disposición a seguir un plan de tratamiento, algo que no se da fácilmente entre los menores, afirman expertos.“Los adolescentes tienen sus propias ideas acerca de lo que funciona con ellos y hacen lo que les viene en gana”, declaró Susanne Tanski, experta en prevención del tabaco de la Academia Americana de Pediatría. “Necesitamos desesperadamente estudios que digan lo que puede funcionar en esta población”.
Desde su salida a la venta en Estados Unidos en el 2007, el cigarrillo electrónico y otras máquinas de vapeo se propagaron en forma desmedida y son un negocio de 6 mil 600 millones de dólares. A su propagación ayuda la existencia de aparatos pequeños, fáciles de esconder, como Juul, que vaporizan una cantidad suficiente de una solución con altos niveles de nicotina y se usa con sabores como vainilla, mango y pepinos.
Las autoridades estadounidenses por ahora no han vetado su venta.
Los cigarrillos electrónicos son una plaga en las escuelas de Estados Unidos. Uno de cada cinco estudiantes de secundaria dijo que vapea el mes pasado, según estadísticas del gobierno.
Juul y otras marcas son ofrecidas a los adultos como una forma de dejar el cigarrillo, pero no hay muchos estudios acerca de los efectos de su consumo a largo plazo, sobre todo en los jóvenes. La nicotina puede afectar el aprendizaje, la memoria y la atención de los adolescentes. No hay estudios de su impacto en los pulmones, que no terminan de madurar sino hasta pasados los 20 años.
“Me asusta como pediatra porque siento que hay un experimento sin control alguno entre los jóvenes”, manifestó Tanski. “No se dan cuenta del daño y nosotros no podemos mostrarles lo que les va a pasar”.
Dejar de fumar es muy difícil. Más del 55 por ciento de los fumadores adultos trataron de dejar el cigarrillo el año pasado y solo el 7 por ciento lo pudo hacer, de acuerdo con cifras del gobierno estadounidense.
Ningún método para dejar de fumar ha dado resultados satisfactorios por ahora, como así tampoco las terapias psicológicas.
El psiquiatra Jonathan Avery, especializado en adicciones, dice que un problema grande es el hecho de que muchos médicos jamás oyeron hablar de Juul y no reconocen los aparatos de vapeo que les llevan sus pacientes.
Los adolescentes, por otro lado, se muestran “suspicaces” cuando se les dice que están inhalando una sustancia altamente adictiva, de acuerdo con Avery, quien trabaja en el Hospital Presbiteriano de Nueva York.
Unos dos tercios de los adolescentes de Estados Unidos no saben que Juul contiene nicotina, según un estudio reciente de la Truth Initiative, una agrupación que se opone al cigarrillo.